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La Policía abre una investigación interna para aclarar los hechos y las causas del fallecimiento en plena detención

Activa el protocolo que se pone en marcha siempre cuando se produce alguna muerte en el transcurso de un operativo. En 2016 y 2017, dos arrestados murieron en los calabozos del Actur. La investigación dictaminó que ambas fueron motivadas por causas naturales

El suceso ha tenido lugar en la calle Sicilia, del barrio de San José
El suceso ha tenido lugar en la calle Sicilia, del barrio de San José
Guillermo Mestre

La Policía Nacional ha abierto una investigación para aclarar la muerte del joven colombiano de 29 años que falleció ayer cuando estaba siendo arrestado después de haber intentado agredir sexualmente a dos mujeres en el barrio de San José de Zaragoza. Así lo marca el protocolo que se pone en marcha siempre que se produce alguna muerte en el transcurso de un operativo, según explicaron fuentes policiales.

La investigación interna, que se comunica a la Dirección General de la Policía en Madrid, es independiente a la que se abre en los juzgados y va encaminada a aclarar los hechos. Este mismo protocolo se activó en otros casos recientes, ocurridos también en Zaragoza, que finalmente se archivaron sin consecuencias. En ambos casos, se trataba de detenidos que aparecieron muertos en los calabozos por causas naturales.

En agosto de 2017, el Juzgado de Instrucción número 10 de la capital aragonesa abrió una investigación para aclarar las circunstancias de la muerte de Roberto A. S., de 42 años, en los calabozos de la comisaría de la Policía Nacional del Actur

Roberto A. S., antiguo politoxicómano y con numerosos antecedentes penales relacionados en su mayoría con robos, había sido arrestado una vez más por un delito común y trasladado a la comisaría del Actur. Solicitó ser trasladado al hospital para que le dieran medicación para dormir, cosa que los agentes hicieron. 

Tras regresar a los calabozos y meterlo en una celda con otras dos personas, le dieron la cena. El hombre comió algo pero no se la llegó a terminar. Después, se durmió y ya no volvió a despertarse. Los policías descubrieron que estaba muerto en la hora del desayuno. El cuerpo no presentaba signos de violencia y sus compañeros de celda tampoco se enteraron de su fallecimiento. 

El caso guardaba muchas similitudes con el de Miguel Ángel Fernández Fernández, de 33 años, muerto el 6 de abril de 2016 en los mismos calabozos del Actur. El forense también determinó que su fallecimiento se produjo de manera natural, por una patología cardiaca. Lo llamativo fue que el deceso se produjo entre las 5.00 y las 8.00 de ese día pero los agentes no se percataron hasta las 14.30, cuando le llevaron la comida.

También en este caso, el titular del Juzgado de Instrucción número 1 ordenó el archivo de la causa abierta. Tras visionar las grabaciones de seguridad, recibir los informes ampliatorios de los forenses y tomar declaración al compañero de celda del fallecido, el juez  no apreció indicios de delito. De ahí que el instructor optara por el sobreseimiento provisional de las actuaciones.

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