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Aumentan los niveles de contaminación en Aragón por la ola de calor

Algunas poblaciones aragonesas, como Huesca o Torrelisa, han registrado estos días elevados niveles de ozono troposférico, un contaminante que en concentraciones altas puede ser muy dañino para la salud.

Calor en Zaragoza
Calor en Zaragoza
José Miguel Marco/Francisco Jiménez/ Guillermo Mestre

La ola de calor está causando estragos en todo el país y, especialmente en el valle del Ebro, donde este fin de semana se han alcanzado los 44 grados. Varias localidades aragonesas han registrado algunos de los valores más altos de España, entre ellas, La Almunia de Doña Godina, Híjar, Quinto, Calatayud o Zaragoza. Además de las evidentes molestias, problemas de salud y propagación de incendios que se dan estos días a consecuencia de las altas temperaturas, existe otro factor de riesgo que se potencia en este contexto: la contaminación, sobre todo por ozono troposférico (O3).

Con estas temperaturas extremas, el consumo de electricidad se ha disparado, principalmente por el uso de aires acondicionados, y también ha sido intenso el tráfico urbano e interurbano, tanto por el calor como por el inicio de las vacaciones, que ha generado un aumento de los desplazamientos por carretera. Tanto el tráfico rodado como la producción de electricidad en centrales térmicas para satisfacer esa demanda de energía han aumentado los niveles de contaminantes primarios, como los óxidos de nitrógeno.

El problema es que esos contaminantes, que ya de por sí son perjudiciales, en contacto con las altas temperaturas y la luz, generan una serie de reacciones químicas que incrementan la producción de ozono troposférico (O3), también conocido como ozono malo, un contaminante secundario que en niveles altos puede ser muy dañino para la salud, así como para la vegetación y los cultivos.

“Hay un ozono, que es el ozono bueno, el que está en la estratosfera, que cumple una función de protegernos frente a rayos cósmicos y que tiene, además, un efecto invernadero positivo que ha permitido la vida en la Tierra. Pero el ozono troposférico (O3) es el ozono malo, el que está donde no debería y tiene unas propiedades oxidativas que pueden provocar enfermedades respiratorias, como asma o epoc”, explica Juan Carlos Gracia, miembro de Ecologistas en Acción en Aragón. “Además -añade- el O3 es un contaminante que migra con el aire y se va, paradójicamente, a zonas rurales”.

Niveles dañinos para la salud

Durante la ola de calor, los niveles de O3 han sido altos en varios puntos de la Comunidad aragonesa, tal y como recogen los datos publicados por el Gobierno de Aragón en su página web sobre la calidad del aire. Además, grandes incendios, sobre todo el de Tarragona, han arrastrado hacia Aragón contaminantes, “no solo ozono -indica Gracia-, sino también material particulado [PM10 y PM2,5], que es el más dañino para la salud”.

Así, el pasado jueves, por ejemplo, en Huesca y Torrelisa (Huesca) se superó durante una hora el umbral que obliga a informar a la población, establecido para el ozono troposférico en 180 microgramos por metro cúbico (µg/m3). Aunque el umbral de afección a la salud se establece en 240µg/m3, si se superan los 180µg/m3 durante más de una hora, se produce “una concentración tóxica y dañina para la salud”, apunta el miembro de Ecologistas en Acción en Aragón. De hecho, la Agencia Europea de Medio Ambiente ha estimado en 1.800 los fallecimientos prematuros anuales en España a consecuencia de la exposición a niveles de ozono similares a los registrados estos días.

Otros municipios aragoneses, aunque no han superado la barrera de los 180µg/m3 de ozono troposférico, sí han registrado niveles considerados “malos” en la calidad del aire durante la ola de calor, entre ellos Zaragoza.

Los parámetros actuales vienen marcados por la normativa estatal, si bien “los criterios de la OMS -puntualiza Gracia- son más restrictivos”, pues establecen el límite recomendado en 100 μg/m3 de media en 8 horas, unos valores que la entidad ecologista considera que habría que incorporar a la legislación española.

Tráfico y centrales térmicas, principales agentes de contaminación

Desde Ecologistas en Acción, señalan que ante este episodio de superación de los 180µg/m3 durante más de una hora, el Gobierno de Aragón activó el protocolo de información a la población “por el potencial daño que puede generar a la salud humana”. Sin embargo, la organización considera que ese protocolo se limita a informar a los ayuntamientos afectados y a publicar los datos en su página web, algo que estima insuficiente, ya que esa información no siempre llega a los ciudadanos.

“La DGA activó el protocolo de información, pero de ahí a que la población esté informada, es otra cosa. Habría que activar otro tipo de alertas, como enviar SMS al móvil de personas interesadas cuando se produzcan estos niveles, algo que ya propusimos y que no se ha hecho. No decimos que la DGA no esté cumpliendo con sus obligaciones legales, pero seguramente lo está haciendo al mínimo”, comenta Gracia.

La entidad ecologista entiende que el ozono troposférico (O3) es un contaminante secundario “muy difícil de abordar” porque, además, al ser transfronterizo, puede emigrar y provenir de otras zonas por la acción del viento, y que los planes de acción deberían fijarse conjuntamente a nivel estatal. Sin embargo, Juan Carlos Gracia considera que la elaboración de esos planes viene encomendada por la ley y que la DGA no puede “excusar su inacción en la de los demás”.

Entre las medidas que deberían abordarse en esos planes, además de informar eficazmente a la población, Ecologistas en Acción señala como imprescindibles las enfocadas a atajar a los “precursores” de los principales contaminantes, fundamentalmente el tráfico y las grandes centrales térmicas: “La única forma de mejorar la contaminación del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando el transporte público, la bicicleta y el tránsito peatonal. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas, como la de Andorra, y penalizar el combustible y los vehículos diésel”.

Precauciones ante niveles altos de ozono

Ante episodios de ola de calor y alta contaminación del aire por ozono, la organización ecologista recomienda mantener una serie de precauciones, entre ellas, no realizar ejercicio o esfuerzo físico al aire libre si no se tiene costumbre, así como evitar las horas centrales del día y el atardecer, ya que son los periodos en que los niveles de ozono son más altos. Por otra parte, Ecologistas en Acción recuerda que deben tener especial cuidado con estas indicaciones los grupos más sensibles: personas mayores, niños, personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares, mujeres gestantes y deportistas.

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