constitución de los ayuntamientos en aragón

Vox aúpa a Azcón (PP) en Zaragoza y Luis Felipe (PSOE) da la sorpresa en Huesca

El centroderecha cierra ‘in extremis’ el pacto en Aragón, pero deja a Ana Alós sin el bastón de mando.

Luis Felipe es investido alcalde de Huesca por sorpresa.
Luis Felipe es investido alcalde de Huesca por sorpresa.
Pablo Segura

El mismo pacto que el centroderecha selló ‘in extremis’ en Aragón para dar a Jorge Azcón (PP) la Alcaldía de Zaragoza saltó por los aires en Huesca, donde un voto en blanco convirtió al socialista Luis Felipe en regidor por sorpresa, ante una atónita Ana Alós que miraba a Cs y a Vox intentando averiguar de qué color fue la traición. La tranquilidad y emotividad con la que se vivió la constitución de los ayuntamientos de la capital aragonesa y de Teruel, donde se respetó el guion y Emma Buj repite, contrastó con el "esperpento" (Lambán dixit) que se registró en Huesca, y que dio la vuelta a España.

Luis Felipe tuvo que improvisar su discurso para reconocer, con naturalidad, que él mismo era el más sorprendido. Peor reaccionó Javier Maroto, vicesecretario nacional de Organización del PP, que minutos después de la constitución del Consistorio difundió en Twitter (y después borró) su intención de "iniciar los trámites para una moción de censura al alcalde socialista de Huesca para que se cumpla el acuerdo pactado (entre PP, Cs y_Vox)". En Aragón Ana Alós, la más afectada, y Luis María Beamonte, líder regional del PP, pedían prudencia. Daniel Pérez Calvo, de Cs, permanecía expectante, porque le correspondería al PP tomar la iniciativa. En su caso, aseguró que no tenía "ningún motivo" para dudar de los tres ediles de Cs en Huesca, que se desvincularon del voto en blanco, y negaba que su formación incumpliera el acuerdo pese a la acusación de los populares.

Huesca refleja a la perfección la inestabilidad política que emana de enrevesados pactos nacionales que fracasan al chocar con el territorio. En 24 horas, la Alcaldía oscense pasó de Ana Alós a José Luis Cadena (Cs) y volvió a Alós (PP), para recaer en Luis Felipe (PSOE), porque alguien, se desconoce quién y por qué, rompió el acuerdo y acabó gobernando la lista más votada. Santiago Morón (Vox) quiso dejar claro que su concejal "nada tiene que ver. Somos un partido de fiar que respeta los acuerdos", resaltó.

La misma intranquilidad se vivió en Zaragoza donde, ya de madrugada, se despejó la incógnita, y a primera hora los dos concejales de Vox confirmaban a Azcón que le auparían hasta su añorada alcaldía. Pero aún no está claro a cambio de qué. Mientras Cs sigue renegando de Vox, salvo cuando mantiene reuniones "cordiales", y la ya vicealcaldesa Sara Fernández reitera que no permitirá que entren en el Gobierno ni que marcarán la agenda, los de Abascal no tiran la toalla. Es más, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, aseguró que los acuerdos con el PP para toda España contemplan que en los próximos 20 días se definirán cómo están en los distintos gobiernos municipales.

PSOE y PAR aprovecharon el "espectáculo" vivido en Huesca para poner en evidencia las cuestionables artes de PP, Cs y Vox. Lambán se mostró "consternado por el esperpento" que el centroderecha está ofreciendo en los últimos días en la Comunidad y consideró "inaudito" que planteen una moción de censura en Huesca. "Nunca Aragón había sido tan ninguneado por otras fuerzas políticas desde Madrid", zanjó.

Su socio preferente para el futuro Gobierno de Aragón, el aragonesista Arturo Aliaga, denunció que "espectáculos" como el de Huesca generan "desafección" en los ciudadanos y "descrédito en la clase política". Lo más vergonzoso es que "en tableros de Madrid se juegue con quién va a ser alcalde en Aragón".

También Nacho Escartín, secretario general de Podemos Aragón, tachó de "colofón de la desvergüenza los votos secretos inesperados" en Huesca, mientras Álvaro Sanz, de IU, acusó a Ciudadanos de ser un partido "débil y poco de fiar incluso para los suyos".

Aunque la mayor sorpresa se vivió en Huesca, hubo otras alianzas digamos que curiosas. En María de Huerva, Cs sumó sus votos a PSOE y CHA para dar su apoyo a Tomás Díaz (IU) en la alcaldía; y PP y CHA pactaron repartirse la legislatura en Aguarón para desplazar al PSOE. También en Vera del Moncayo pactaron PSOE y PP gobernar dos años cada uno.

Con el reparto del poder municipal consumado, y el líder del PP- Aragón, Luis María Beamonte, satisfecho por gobernar ayuntamientos que concentran al 70% de la población, la partida continúa y es el futuro Gobierno de Aragón el que está en juego. Para Lambán es un proceso independiente. "Cada elección tiene su personalidad y su ámbito de decisión", advierte, quizá en un intento de mantener la puerta abierta a que los naranjas se sumen al pacto PSOE-PAR, una opción que Pérez Calvo no tardó ayer en volver a desechar. El de Cs aseguró que no tiene ninguna intención de sentarse con Lambán y Aliaga, porque no necesitaría al PAR en un hipotético pacto PSOE-Cs, y les invitó a mirar a Podemos.

CHA tiende la mano, y aboga por un "acuerdo político" que impida que se reediten en la DGA los pactos de PP y Cs con la "ultraderecha". Sanz (IU) advierte a Lambán de que «ya está tardando» en llamar a la izquierda "si quiere ser presidente". Y el socialista lo sabe, y por eso mañana volverá a hablar con Podemos, imprescindible para activar una alternativa si Cs mantiene su cerrazón.

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