¿Qué hemos aprendido?

La burocracia es un lastre para los investigadores.
La burocracia es un lastre para los investigadores.
Aránzazu Navarro

Casi un año después de su convocatoria, por fin se ha hecho pública la asignación de fondos autonómicos para investigar en Aragón. El pasado viernes 7 de junio, vespertina, digital y sigilosamente, se comunicaba en el sistema de administración electrónica del gobierno la ‘Resolución de fecha de firma electrónica, de la directora general de Investigación e Innovación por la que se resuelve la convocatoria de subvenciones para el desarrollo de proyectos de I+D+i en líneas prioritarias de la RIS3 Aragón y de excelencia de carácter multidisciplinar para el período 2018-2020, cofinanciada con el programa operativo Feder Aragón 2014-2020’.

Los servicios correspondientes han adelantado una nota informativa donde se dice que "la publicación en el Boletín Oficial de Aragón (prevista para el próximo 12 de junio) sustituye a la notificación individual de la subvención, por lo que hasta que no se publique la resolución en el diario oficial no se iniciará el cómputo del plazo tanto para presentar la aceptación de la subvención como para los posibles recursos a la misma".

La decisión lleva firma electrónica de 4 de junio, aunque se dictó el 21 de mayo. Es un documento de seis páginas donde, con un lenguaje burocrático, espeso y aburrido, se resuelve el procedimiento. Se enumeran fechas de los pasos dados. Se explicitan reglas de juego y se destaca que "la cuantía global máxima de la convocatoria asciende a 3.968.000 millones de euros con cargo al Presupuesto de gastos de la Comunidad Autónoma de Aragón para los ejercicios 2019 y 2020". Esto va acompañado de una primera tabla de aplicación presupuestaria y una segunda detallando los fondos asignados a las ocho instituciones beneficiarias. A la resolución se adjuntan cuatro anexos, por orden: ‘Relación de subvenciones concedidas’ (55), ‘Relación de subvenciones no concedidas, (lista de reserva)’ (161), ‘Relación de subvenciones desestimadas’ (30), ‘Relación de solicitudes desistidas’ (1).

Los grupos agraciados cuentan con parte del año 2019 y el 2020 completo para conseguir objetivos consignados en proyectos de dos años. Los demás, a verlas venir. No solo por no disponer del crédito financiero ante unas expectativas incumplidas, sino también por haber agotado el crédito temporal, de retrasos en la decisión, impidiendo presentar las propuestas a otras convocatorias. Queda por ver la justificación de la baremación y, sobre todo, las desestimaciones; esas que no alcanzan el número mágico 60. Esto debe hacerse a la mayor brevedad posible. La Administración aragonesa tiene en sus manos ser transparente y mostrar cómo se han tomado las decisiones. Hemos de aprender y mejorar para el futuro. Pero también entender cómo correlacionan cantidad financiada y puntuación obtenida. Todo un mundo.

De hecho, caben algunas preguntas y conjeturas. Primera, si seguimos en la prórroga presupuestaria que se utilizó como argumento para justificar el retraso e incumplimiento de fechas previstas, ¿por qué ahora sí y antes no? Segunda, si la decisión de la directora general de Investigación e Innovación es de 21 de mayo, ¿por qué se ha esperado dos semanas para divulgarla? Tercera, si se buscó el pacto político y el consenso, ¿qué relación hay con las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo? Cuarta, como la consejera Pilar Alegría quiere ser alcaldesa, ¿será que tiene que cerrar los temas pendientes antes del cambio de tablero repartiendo el café para todos los interesados? Quinta, si es una oportunidad para la transparencia de la Administración aragonesa, ¿explicarán bien el proceso con toda la información para no formular hipótesis complementarias sobre el cómo y para qué de estas ayudas? Sexta, si el horizonte de gobernabilidad no garantiza la continuidad de la ‘excelente’ política científica de nuestro país, de Aragón, ¿será mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer? Séptima, ¿acaso será que conviene dejar saldadas las deudas por lo que pueda pasar ante la posible sustitución de élites y de privilegios? Está claro que una cosa es proclamar un Pacto por la Ciencia y otra es cumplirlo.

Chaime Marcuello Servós es profesor de la Universidad de Zaragoza

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