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Aragón se queda, por el momento, sin los nuevos 'coches fantásticos' de la Policía

Los nuevos i-ZETA son capaces de reconocer 400 matrículas por minuto y cuentan con lector de huellas dactilares. Las ciudades aragonesas se quedan fuera de la primera fase de implantación.

Coches i-ZETA de la Policía Nacional.
Coches i-ZETA de la Policía Nacional.
Policía Nacional

La dirección general de la Policía Nacional ha incorporado a su parque automovilístico un nuevo modelo de vehículo, el i-ZETA. Se trata de radiopatrullas con funcionalidades inéditas, como reconocer hasta 400 matrículas por minuto, incluso de noche o cuando la visibilidad es muy baja. También llevan encima una suerte de oficina móvil que permitirá leer huellas dactilares en la vía pública o reconocer documentos de identidad.

Estos ‘coches fantásticos’, armados sobre Toyota Prius+, no llegarán por el momento a ninguna de las ciudades aragonesas, según han señalado fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. Las primeras diez unidades aterrizarán de entrada en otros puntos del territorio nacional seleccionados para la primera fase de implantación. Los 152 restantes se desplegarán a lo largo de 2020.

El director general de la Policía Nacional, Francisco Pardo Piqueras, presentó ante la prensa, junto al subdirector general de Logística e Innovación, José García Molina, las nuevas unidades. En palabras del alto cargo, éstas "suponen un salto tecnológico en la flota policial”.

Tres cámaras y una grabadora

La consola central del vehículo da cabida una pantalla táctil de 10 pulgadas que permite el control de todas sus funciones. Los agentes podrán realizar consultas de información manuales –mediante la propia pantalla táctil o a través de un teclado externo- o automáticas –a través de los lectores de documentos o de huellas dactilares-.

El nuevo modelo cuenta con un sistema OCR de reconocimiento de matrículas con el que identificar automáticamente el vehículo que preceda al coche patrulla. Este sistema, capacitado para procesar cuatro centenares de placas por minuto, cumple con su cometido sin despeinarse “en un entorno de baja iluminación e incluso nocturno”. Esta función es especialmente útil para encontrar coches robados o atrapar a fugitivos.

En el interior del coche hay dispuestas una grabadora y tres cámaras, una de ellas en el habitáculo para detenidos. Estas permitirán tomar imágenes en la dirección de avance y en la de retroceso. De esta forma se registrará lo que ocurra en el interior del vehículo en todo momento, archivos que se guardarán durante treinta días por si fuese necesaria su revisión. Todo el sistema “está indubitado para garantizar la cadena custodia, admitiéndose como prueba en juicio, y proteger los derechos y las libertades de los ciudadanos. El habitáculo para detenidos cumple toda la legislación relativa a Derechos Humanos”, apuntan desde la dirección general.

Otra de las novedades es el sistema de lectura de huellas dactilares, así como de consulta automática de la documentación, convirtiendo los automóviles en auténticas oficinas rodantes. Un punto fuerte es la interconexión entre los i-Zetas, que facilitará a los agentes el acceso a información de otros cuerpos y bases de datos.

Una tecnología “limpia”

La incorporación de estos vehículos es “una apuesta por las tecnologías limpias y medioambientalmente sostenibles, con unidades más eficientes que consiguen reducir la huella de carbono de la flota policial”, añaden desde la Policía. Los nuevos vehículos han sido adquiridos mediante el sistema de renting que permite ir renovando la flota cada cuatro años. La flota de i-Zetas alcanzará las 162 unidades.

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