¿Cuáles son los pasos a seguir para el tratamiento de un ictus?

Dolor de cabeza muy agudo, pérdida de movilidad o dificultad para hablar o comprender correctamente son algunos de los primeros síntomas del ictus, un accidente cerebrovascular del que los hospitales de Aragón atienden ocho a diez casos al día y que afecta al año a unos 3.300 aragoneses. Esta afección se ha convertido en la segunda causa de muerte en España (hace unos días el expresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba fallecía debido a un ictus)  aunque en la Comunidad las defunciones se han reducido en un 30% desde el año 2009, tras la aplicación de acciones para detectarlo cuanto antes. Y es que el tiempo se convierte en un factor fundamental cuando se trata de sobrevivir al ictus.

Los expertos coinciden en que es primordial acudir al hospital más cercano o llamar al 112 o al servicio de urgencias (061) en cuanto se note alguno de los síntomas. Será a partir de ese momento y siempre que se cumplan determinadas condiciones (ictus agudo de menos de 16 horas de evolución, sin límite de edad y con calidad de vida y pronóstico de salud aceptable), cuando se active el Código Ictus, un protocolo implantado en toda la Comunidad para la rápida atención y tratamiento de esta afección cerebrovascular. 

Una de cada 6 personas sufrirá un ictus

Una vez en el hospital, los expertos valorarán y definirán el tipo de ictus que se está sufriendo (que puede ser isquémico o infarto cerebral o hemorrágico). La primera tipología es la más frecuente y según el procedimiento de atención que contempla el Código Ictus médicos de urgencia y neurólogos revisarán los criterios para practicar, o no, un tratamiento de fibrinolisis (la disolución de un trombo con un medicamento aplicado vía intravenosa en las primeras cuatro horas y media después del ictus).

Hasta septiembre de 2016 este era el único tratamiento disponible en la Comunidad para tratar el ictus, pero actualmente también se plantea la posibilidad de someter a los pacientes a un tratamiento endovascular (trombectomía) consistente en la extracción mecánica del trombo permitiendo la recanalización del vaso. Si se decide que el paciente no puede ser sometido a ninguno de estos dos métodos será ingresado en la planta de hospitalización. Además, el Código también contempla la posterior rehabilitación de los afectados y los actos a seguir para la estabilización del paciente que se llevarán a cabo unas 48 o 72 horas tras la intervención que proceda. Por último, se realizará un seguimiento y las actividades sociosanitarias que procedan para conseguir la reinserción del afectado.

Comer bien y algo de deporte

El protocolo incide en la importancia de cómo prevenir un ictus, a través de charlas y actividades de concienciación. El presidente de la Asociación Ictus de Aragón (AIDA), Miguel Lierta, tiene claro cuáles son los pasos que se pueden adoptar en la vida cotidiana para ello. "Es necesario comer bien, la dieta mediterránea es una de las mejores. También hacer deporte en la medida de las posibilidades y teniendo en cuenta nuestras características físicas. Además es necesario visitar al menos una vez al año al médico de Atención Primaria para que nos haga una analítica y una toma de tensión con el fin de ver si padecemos hipertensión o no", explica Lierta mientras asegura que "España es un país de hipertensos y por tanto se debe evitar el consumo de sal". 

Además, y para "evitar que el ictus te parta la vida", tal como reza su lema, AIDA lleva a cabo numerosas actividades, como talleres de debate u otros que "ayuden a las personas que han padecido un ictus a reinsertarse en la sociedad", según explica Lierta. "Tenemos un centro de neurorehabilitación en el que atendemos a pacientes que ya han recibido su alta en el Salud, pero que pueden seguir necesitando apoyo de logopedas, psicólogos, fisioterapeutas o trabajadores sociales", añade.