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Una temporada cinegética rica en trofeos singulares de corzo

Cada vez son más frecuentes las imágenes de cazadores posando con encornaduras extrañas.

Corzo con cornamenta de extraña morfología capturado en Calatayud.
Corzo con cornamenta de extraña morfología capturado en Calatayud.
Heraldo.es | A.N.

La temporada cinegética está destacando por la gran cantidad de trofeos singulares o de tamaño considerable encontrados. Cada vez son más frecuentes las imágenes de corzos -también llamados duendes del bosque- con encornaduras extraordinarias, muy codiciadas entre los cazadores que recorren kilómetros y kilómetros en busca de su presa.

Uno de los casos más recientes es el de es José P., quien a mediados de abril abatió a rececho un peculiar corzo de nueve puntas. Según él mismo explicó, tuvo que emplear una jornada entera para capturar al cérvido, que iba acompañado de una hembra que se percató de la presencia de humanos y a punto estuvo de arruinarlo todo.

Finalmente, este cazador encontró la oportunidad perfecta para disparar, y ahora presume orgulloso de un botín que, a causa de diversos factores naturales o genéticos, predomina en la provincia de Zaragoza.

Imagen del corzo de nueve puntas capturado.
Imagen del corzo de nueve puntas capturado.
 J.P.

La zona zaragozana de la Cordillera Ibérica está por encima de Huesca y Teruel en cuanto a la calidad de los trofeos de corzo. El agua calcárea -contiene alto nivel de minerales- contribuye notablemente en la buena formación de la cornamenta”, explica Nicolás Urbani, veterinario de la Federación Aragonesa de Caza, y ensalza la sanidad como otro de los agentes importantes.

Si hay un alto grado de parasitación, los animales se ven afectados. Sin embargo, en Aragón la gestión agroganadera de las especies que comparten hábitat con el corzo es positiva y, de esta forma, la higiene permite un buen desarrollo del organismo. Y también la correcta nutrición derivada de la variedad en flora de nuestra Comunidad es importante”, añade Urbani, quien entiende que en este aumento de la aparición de trofeos también influye directamente la “selección” de los cazadores.

La afición por esta especie no deja de crecer. De ahí que se busque la excepcionalidad en la capura. Los cazadores se centran en aquellos ejemplares adultos que les satisfacen”, concluye Urbani, coincidiendo con la opinión de Ángel Nuño, delegado de la Federación Aragonesa de Caza en la provincia de Zaragoza y aficionado corcero que vivió de cerca otra captura inusual.

Ocurrió hace un par de semanas en los montes de la Cordillera Ibérica de Calatayud, cuando su sobrino (A.N.D., de 22 años) se hizo con un espectacular corzo. Tanto por la dimensión de su cuerpo como por la morfología de sus defensas.

Corzo con cornamenta de extraña morfología capturado en Calatayud.
Corzo con cornamenta de extraña morfología capturado en Calatayud.
A.N.

“A veces, estas malformaciones se deben a golpes que han sufrido los animales y ya no les permiten que se desarrollen bien. Normalmente, tienen tres puntas, pero últimamente se están sucediendo los casos extraños”, valora Nuño, antes de concluir recordando que “Aragón se está llenando de cazadores del sur que vienen en busca de trofeos extravagantes”.

Atractivo turístico

Según datos de la Federación Aragonesa de Caza, cada temporada se matan cerca de 12.000 corzos en la Comunidad. Antes, los particulares o las asociaciones de los pueblos se encargaban de explotar los cotos; ahora, los ayuntamientos venden los aprovechamientos para que se organicen cacerías que generan turismo y, por consiguiente, ingresos. Junto a Guadalajara, Soria y Cuenca, Zaragoza figura entre las provincias españolas mejor preparadas para la captura de este mamífero. 

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