La Intervención General de la DGA plantea la depuración de responsabilidades en la Dirección General de Cultura por haber gastado 1,2 millones en 2018 sin el preceptivo respaldo presupuestario y sin que conste que se iniciaran las correspondientes modificaciones "una vez conocida la situación". Solo la cesión de juegos infantiles por parte del Ayuntamiento de Zaragoza, gobernado por ZEC, mereció un reproche similar del máximo órgano de fiscalización municipal.

En un duro informe, recuerda que la Ley de Transparencia tipifica como actuación "muy grave" el compromiso de gastos sin la debida autorización o liquidar obligaciones y ordenar pagos "sin crédito suficiente". Y añade que la normativa permite la imposición de sanciones "a quienes lleven a cabo dichas conductas".

Hasta 490 expedientes contables de Cultura se llegaron a acumular en la cuenta 413 (conocida como la de las facturas en los cajones), que se han pagado ahora a cargo de partidas de 2019 tras obtener la autorización del consejero de Hacienda, Fernando Gimeno. La orden especifica los gastos, de entre 14,76 y 18.069 euros, de los programas Promoción de la Cultura y Archivos, Museos y Bibliotecas, cuya última responsabilidad recae en el director general, Nacho Escuín, que depende a su vez de la consejera de Educación, Mayte Pérez.

El escrito de la interventora general, Ana Gómez, fue solicitado por Hacienda para autorizar el pago y no ahorra en calificativos. Considera que hubo una «irresponsable gestión» al asumirse gastos sin atender a las normas de ejecución presupuestaria. Así, alude a que la «falta de previsión» condujo en los últimos meses de 2019 a acumular facturas que superaban el crédito disponible, por lo que no se pudieron registrar.

A Ana Gómez también le llamó la atención "la negligencia" porque no solo se comprometió gasto sin respaldo presupuestario, sino que una vez conocida la situación real tampoco se actuó. No obstante, apuntó que se debía pagar porque los trabajos, estudios, reuniones, conferencias, viajes y hasta suministro de agua efectivamente se hicieron y los proveedores deben cobrar.

Entre los gastos están distintos eventos, como los premios Forqué, las exposiciones de los panteones reales y la guerra pirenaica y la gala del décimo aniversario de la Expo, además de la colaboración con el CDAN de Huesca.

La justificación oficial

En otro informe, el director general de Cultura justificó el agujero presupuestario con el argumento de que surgieron actuaciones que conllevaron gastos y que algunas facturas se recibieron cuando se había hecho el cierre contable. Aunque la interventora alude a que es "habitual" que se computen gastos del ejercicio anterior al siguiente por el cierre contable, destaca que en este caso las fechas de facturación evidencian que no es el motivo fundamental. "Se trata de facturas emitidas a lo largo de todos los meses de 2018", sentencia.

Fuentes oficiales de Educación minimizan la situación al considerar que se trata de una "disparidad de criterio" como ocurre con «muchos expedientes» de distintos departamentos de la DGA. "Entra en la normalidad administrativa", han añadido antes de recordar la "enorme actividad" de Cultura y sacar a colación los 500 millones que dejó sin pagar el Gobierno de Rudi.