Día mundial del asma

El 5% de los aragoneses padecen asma, una enfermedad que no desaparece pero disminuye con tratamiento

En el Día Mundial de la patología, los expertos insisten en que evitar los alérgenos y el tabaco es un buen método para reducir sus efectos. 

Cada 1 de mayo se celebra el Día Mundial del Asma, una enfermedad crónica que padecen 300 millones de personas en todo el planeta y que muchas veces se desconoce que se es asmático.

Fatiga, opresión torácica, una especie de silbido en el pecho al respirar o tos seca. Estos son algunos de los síntomas del asma, una enfermedad que hoy celebra su Día Mundial y que afecta al 5% de los adultos aragoneses y al 10% de los niños, según los datos facilitados por la neumóloga del Hospital Miguel Servet y presidenta de la Sociedad Aragonesa del Aparato Respiratorio (Sadar- Pneumoaragón), María Teresa Martín.

La neumóloga diferencia entre distintos tipos de asma, como el provocado por obesidad o por el tabaquismo, aunque uno de los más frecuentes (y que más se agrava en esta época primaveral) es el asma alérgico. "A las afecciones propias de las alergias, como la rinitis o la conjuntivis se suma también la dificultad para respirar y el resto de los síntomas de la clínica del asma", asegura Martín quien considera "muy importante" evitar estar en contacto con aquellos "alérgenos a los que se tiene especial sensibilidad". Además Martín, insiste en que el asmático debe evitar el tabaco por el incremento de los síntomas de la enfermedad.

"Un aspecto muy importante es que el paciente sepa que tiene asma"

Otro de los aspectos que se tienen que tener en cuenta cuando se tiene asma, es precisamente, conocer que se padece esta enfermedad. Aunque pueda parecer ilógico, los síntomas del asma se suelen confundir muchas veces "con un catarro". "Los pacientes relacionan los síntomas con el catarro porque el asma tiene una clínica frecuente. En el momento en que ven que persiste en el tiempo más de lo habitual es cuando acuden a consulta y se someten a algunas pruebas, como una espirometría por ejemplo, que les aporta el diagnóstico final", cuenta María Teresa Martín. 

Una vez que se sabe que se es asmático hay que conocer el tratamiento. Uno de los más frecuentes es el inhalador, aunque también se pueden usar los antiinflamatorios "para mantener al paciente estable, pero no para hacer desaparecer la enfermedad". "Para reducir sus efectos se utiliza un tratamiento crónico como en tantas otras enfermedades, pero el asma una vez que está ahí no se va", reconoce Martín.

Entre alguno de los agentes externos que exacerba los síntomas de la enfermedad está la contaminación atmosférica, aunque el cierzo de Zaragoza "la reduzca un poco". "La contaminación influye negativamente en el asma y en sus efectos para los que la sufren, pero Zaragoza es una ciudad que tampoco presenta altos índices", afirma la neumóloga.

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