Turismo de naturaleza

Disfrutar de la primavera en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

El centenario Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es una joya emblemática del patrimonio natural de Aragón. Cualquier estación resulta propicia para adentrarse en él, la primavera es una de las más esplendorosas

Panorámica en la ruta de las ermitas de Tella, con la Peña de las Brujas y el Castillo Mayor al fondo.
Panorámica en la ruta de las ermitas de Tella, con la Peña de las Brujas y el Castillo Mayor al fondo.
Javier Romeo-Archivo Prames

La primavera es el momento del año en el que el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se muestra en todo su esplendor. La flora despierta de su letargo invernal, las caducifolias tintan los bosques de tonalidades verdes, que irán alfombrando también los prados, aún cubiertos por la nieve en las cotas más altas y umbrías. La fauna resurge de sus cobijos invernales, retorna de sus migraciones y se entrega a la procreación. La música de ríos y cascadas, alimentados por el deshielo, llena barrancos y ríos. Un momento mágico de renacimiento y vitalidad.

Nos situamos en un ámbito natural protegido, lo que implica restricciones en los accesos, el tránsito y actividades realizables (la acampada libre no está permitida salvo para hacer vivac y con condiciones), limitaciones que varían además dependiendo del sector y la época del año. Por ello, a la hora de planificar nuestra visita o actividad, debemos informarnos previamente en los centros de visitantes y puntos de información que ofrece el parque en sus cuatro sectores, oficinas de información turística y sitios oficiales de internet.

El parque nacional está atravesado en buena medida por el sendero de gran recorrido GR 11 Senda Pirenaica, ruta montañera de referencia, homologada como Sendero Turístico de Aragón y que conecta los refugios de montaña guardados de Pineta y Góriz, abiertos todo el año. Al GR 11 y otros senderos se suman una amplia red de rutas señalizadas por el propio parque: senderos interpretativos autoguiados (6), senderos autoguiados (32), pistas y senderos periféricos (17). No serán caminos lo que nos falte.

Ordesa y sus tresmiles

El lugar más visitado y conocido del parque es el valle de Ordesa, coronado por el macizo de Monte Perdido y sus Tres Sorores o Treserols, Marboré (3.251 m), Monte Perdido (3.348 m), y Añisclo (3.257 m). En él encontraremos desde recorridos adaptados como el sendero accesible de la Pradera de Ordesa; senderos para hacer en familia como el de Soaso, que nos conducirá por el hayedo y junto a los saltos de agua del Arazas hasta la cascada de la Cola de Caballo; rutas por el frondoso bosque de Turieto; aéreos y espectaculares miradores y recorridos como la faja de las Flores o la faja Pelai, itinerarios de alta montaña que podremos realizar desde el refugio de montaña de Góriz, uno de los más frecuentados del Pirineo aragonés, ampliado en agosto pasado y ubicado al pie de los tresmiles citados.

El acceso principal al valle de Ordesa se realiza por Torla, en cuya entrada está ubicado el Centro de Visitantes de Torla, punto de información y centro de interpretación dedicado a la montaña, con un amplio aparcamiento gratuito. De él parten los autobuses que, cuando el acceso rodado particular está restringido (Semana Santa; 29 de junio al 15 de septiembre, 12 y 13 de octubre), llevan durante todo el día hasta la Pradera de Ordesa, donde hay también un punto de información.

Senderistas camino del circo de Soaso, valle de Ordesa.
Senderistas camino del circo de Soaso, valle de Ordesa.
Archivo Prames

Cañón de Añisclo

Espectacular garganta labrada por el río Bellós, el cañón de Añisclo es otro de los lugares más visitados del parque nacional. El desfiladero de las Cambras, el santuario rupestre de San Úrbez y la cueva de los Moros, la Plana Canal, la surgencia de la Fuen Blanca y el collado de Añisclo que da acceso al valle de Pineta, son solo algunos de sus atractivos. Un sendero señalizado se interna desde San Úrbez en el cañón y lo recorre hasta su cabecera, enlazando con el GR 11 que viene de Pineta y continúa al refugio de Góriz en Ordesa.

El principal punto de información de este sector está en Escalona (en agosto también los hay en San Úrbez y en Fanlo), donde encontraremos una pequeña exposición sobre el 'Patrimonio Mundial de la Unesco Pirineos-Monte Perdido’. Podemos acceder al cañón de Añisclo por la N-260 desde Fiscal a Sarvisé, tomando la HU-631 a Fanlo, o desde Aínsa y Escalona (A-138), tomando allí la carretera de Añisclo HU-631, que en ese sentido tendrá restringido el tráfico por obras durante unos 10 días a partir del lunes 6 de mayo, pudiendo utilizarse como alternativa la carretera de Puyarruego a Buerba.

Vista aérea del barranco de la Pardina, el cañón de Añisclo y su collado.
Vista aérea del barranco de la Pardina, el cañón de Añisclo y su collado.
Javier Romeo-Archivo Prames

Garganta de Escuaín

De menores dimensiones pero más angosto, la garganta de Escuaín es también un espectacular desfiladero esculpido en roca caliza por el río Yaga. La variedad de sus masas boscosas, fenómenos kársticos como la surgencia del Yaga, senderos como la pista de La Valle o recorridos más montañeros como el de Foratarruego y la faja Cazcarra o el espectacular sendero del mirador de Angonés desde Revilla, en la otra margen de la garganta, nos impresionarán en el que es el sector menos conocido del parque nacional.

Accederemos a Escuaín, donde hay un punto de información y una exposición dedicada al quebrantahuesos, por Escalona (A-138) y la carretera de Añisclo, tomando enseguida el desvío a Puértolas. La otra vía de acceso es continuando desde Escalona la A-138 hasta el Hospital de Tella, para tomar allí la carretera que lleva a Tella y a Revilla. En Tella está el centro de visitantes del parque de este sector y la 'La Casa de la Bruja', exposición dedicada a la magia y la etnobotánica del Alto Aragón. La ruta de las ermitas y el dolmen de Tella son otros atractivos.

Cascada del Cinca o Churro de Marmorés, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Cascada del Cinca o Churro de Marmorés, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Jaime Arbex

Pineta, la Valle Verde

El valle de Pineta o la Valle Verde es el cuarto sector y también uno de los más visitados del parque. Valle frondoso y abierto donde nace el Cinca, cuenta en su cabecera con un parador nacional, el de Bielsa, y un refugio de montaña, el de Pineta, a pie de carretera. Las posibilidades de recorridos familiares y más montañeros son amplísimas. Los senderos que conducen a los Llanos de la Larri y su salto de agua; la cascada del Cinca, la ascensión al Balcón de Pineta, camino del ibón de Marboré y los tresmiles del macizo de Monte Perdido y su glaciar, el sendero de la faja Tormosa... son solo algunos de los recorridos más conocidos.

Desde Aínsa, la carretera A-138 nos llevará a Bielsa, donde está ubicado el principal punto de información de este sector del parque, en "Casa Larraga", centro de exposiciones. En el mismo valle de Pineta hay también un punto de información ubicado al final de la carretera, en la margen derecha del Cinca.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido nos ofrece un sinfín de posibilidades para conocer lugares y paisajes deslumbrantes, disfrutar de la naturaleza y de la montaña en su estado más puro.

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