La Fiscalía de la Audiencia Nacional considera "imparable" el procesamiento del etarra Mikel Carrera Sarobe, alias ’Ata’, por el asesinato de Manuel Giménez Abad el 6 de mayo de 2001 en Zaragoza después de que lo hayan reconocido hasta cinco testigos en la Jefatura Superior de Policía de Zaragoza.

Cuando van a cumplirse 18 años del atentado contra el político aragonés, el Juzgado de Instrucción 1 de la Audiencia Nacional puede cerrar ya la investigación por lo que el terrorista se sentará en el banquillo por este crimen, que todavía está sin resolver.

La fiscal Ángela Gómez-Rodulfo declaró ayer a HERALDO que "más de cinco testigos han reconocido sin ningún género de dudas" al Mikel Carrera en las últimas semanas.

La investigación policial se emprendió después de que el juzgado solicitara en octubre del año pasado una comisión rogatoria en Francia para que Borja Giménez, el hijo del expresidente del PP Aragón y quien le acompañaba la tarde de su muerte, cuando ambos iban a un partido del Real Zaragoza, acudiera a una rueda de reconocimiento.

El terrorista, que cumple cadena perpetua en Francia por el asesinato de dos guardia civiles en Capbreton en 2007, fue identificado entre ocho personas en dicha rueda. Los detalles de la mandíbula y la mirada resultaron inconfundibles pese a que ese día llevaba una peluca y una gorra para modificar su aspecto.

Tras la identificación, la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó hace un mes al juez instructor Santiago Pedraz que el departamento de Inteligencia de la Comisaría General de la Policía Nacional y de la Guardia Civil elaboren un informe sobre la banda terrorista en Aragón para apoyar la investigación sobre el atentado.

El arma y el comando 

La fiscal agregó que es necesario aportar todos los detalles posibles sobre el atentado de cara al juicio, como la pistola Hellier and Bellot, de fabricación checa, que fue la misma utilizada dos años antes en el asesinato del policía municipal Joseba Pagazaurtundua. En el suelo fueron hallados tres casquillos del nueve parabellum, munición habitual de ETA.

Asimismo, el informe de Inteligencia puede aportar información respecto al comando Basajaun, al que supuestamente pertenecía Mikel Carrera como liberado en la banda terrorista en 2001 hasta que huyó a Francia en 2003. Siempre ha tenido una estrecha relación con Francisco Javier Gaztelu, ‘Txapote’, jefe militar de ETA. A dicho comando se le atribuyen tres atentados entre 2001 y 2003 todavía sin resolver.

La investigación policial del caso de Giménez Abad chocó al principio con las dificultades de identificación del asesino, al tratarse de terroristas sin fichar, y se centró en la descripción del autor de los disparos a través de un retrato robot, realizado con una peluca y una gorra de béisbol. El crimen coincidió con la desarticulación de parte de un comando de información en Zaragoza y la detención de los etarras David Pla y Aitor Lorente en julio de 2000, cuya información pudo ser clave para cometer el atentado.