Memoria Histórica

Conservar el ADN y los recuerdos antes de que desaparezcan junto a sus familiares

A la espera de que se materialice la creación de un banco de ADN para identificar los cuerpos recuperados en las exhumaciones, varias asociaciones recogerán muestras en Zaragoza a personas con allegados desaparecidos durante y después de la Guerra Civil española.

Comienzan los trabajos que permitirán la exhumación de los dos hermanos de Calatayud en el Valle de los Caídos
La familia de los hermanos Lapeña, de Calatayud, ha luchado durante años por conseguir su exhumación del Valle de los Caídos
Enrique Cidoncha

Denuncian la tardanza de las administraciones. Por eso, tres asociaciones aragonesas se han lanzado a la recogida de muestras de sangre y de testimonios de personas con allegados desaparecidos durante la Guerra Civil.

Consideran que el tema urge porque la memoria, si no se conserva, también desaparece. Acaban de cumplirse 80 años del fin de la Guerra Civil española y los familiares de las víctimas que desaparecieron durante y después de la contienda se van haciendo mayores. Muchos habrán fallecido ya sin saber qué fue de sus allegados ni dónde acabaron enterrados. Otros, los menos, continúan a la espera y mantienen la esperanza de que alguien mueva hilos para poder escribir un final a la historia de sus hermanos, padres o esposos.

Es el caso de Martín Arnal, vecino de Angüés, que tiene 97 años y lleva 82 -desde el 4 de enero de 1937-, luchando por restaurar la memoria de su hermano Román. Los dos eran apenas unos chavales cuando estalló la guerra y Román, que simpatizaba con los anarquistas, cayó preso del bando nacional y poco más se supo.

Arnal ya vislumbra el final de su lucha porque el pasado mes de octubre las asociaciones Arico, Charata, Batallón Cinco Villas y CRMAH llevaron a cabo la exhumación de una fosa en el cementerio de Los Mártires de Huesca en la que aparecieron cinco cuerpos. Según los registros de la Cruz Roja de la época, que recogió y enterró cinco cadáveres aquel día de enero, uno de ellos podría ser el de su hermano.

En este caso, Martín ya se hizo pruebas de ADN y está a la espera de que se cotejen las muestras y le corroboren si los restos son, tal y como cree, los de su familiar.

600 fosas, 10.000 personas

Sin embargo, según recordaba recientemente el diputado de Podemos Alfonso Clavería con motivo de la aprobación de la Ley de Memoria Democrática, en Aragón hay 600 fosas en las que estarían enterradas 10.000 personas víctimas de la contienda y de la dictadura. Hasta ahora, según los datos recopilados por la Asociación por la Recuperación e Investigación contra el Olvido (Arico), en la Comunidad se han intervenido hasta la fecha 85 fosas, pudiendo acometer la exhumación en 52 y recuperando los restos de 375 personas.

Faltan, por tanto, muchos cuerpos por localizar e identificar y el tiempo corre en contra de la memoria. “Cuanto más lejano sea el familiar, más difícil será cotejar el ADN. Por eso, debido al desinterés y a la falta de voluntad de la Administración para poner ya en marcha el tantas veces anunciado banco de ADN de las víctimas de la Guerra Civil española, y en vista de la apremiante necesidad de obtener esas muestras, hemos decidido iniciar una recogida de muestras abierta a todas las personas interesadas. A la espera de que se cree un día un banco oficial estatal o autonómico, de momento esas muestras serán custodiadas en el laboratorio privado de Genética Personalizada de Zaragoza por la doctora Pilar Madero”, expone Miguel Ángel Capapé, presidente de Arico.

La iniciativa parte tanto de Arico, como de las asociaciones Batallón Cinco Villas de Ejea de Los Caballeros y Charata de Uncastillo. Es gratuita e invitan a todo aquel que tenga esperanza en que un día se localice a un familiar suyo en futuras exhumaciones a pasarse por la sede de la Casa de la Memoria Histórica Democrática de Zaragoza, en el número 105 de la avenida de América, cualquier jueves en horario de 17.00 a 20.00. “Si algún interesado no puede venir a esas horas o no tiene la posibilidad de desplazarse hasta allí, puede ponerse en contacto con Arico en el teléfono 669379954 porque estamos abiertos a desplazarnos nosotros si hiciese falta”, invita Capapé.

"De momento financiaremos nosotros la recogida, que consiste solo en una gota de sangre. Lo que hará el laboratorio es simplemente custodiarlas porque no tenemos la capacidad para extraer el código genético de esas muestras ni la creación del banco. Así, si un día se llega a hacer realmente el famoso banco, podríamos incorporarlas y no las habremos perdido", detalla el presidente de Arico.

Con la aprobación el pasado mes de noviembre de la Ley de Memoria Democrática, el Gobierno de Aragón se comprometía a promover, en colaboración con el Instituto de Medicina Legal de Aragón, la creación de esta base de datos genética. Aunque al mismo tiempo sus portavoces matizaron que no resultaría óptimo disponer de 17 bancos de ADN distintos (uno por comunidad autónoma), de forma que todo apunta a que habrá que esperar a que se den pasos a nivel nacional para poder ver materializada del todo la idea.

Además de sangre, los interesados también pueden compartir sus recuerdos y perpetuarlos para la posteridad. Los jueves, en el mismo horario, además de recogidas de muestras de ADN se grabarán en vídeo los testimonios de todos aquellos que así lo deseen.

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