Aragón

Las denominaciones de origen ayudan a fijar la población en el medio rural

En Aragón, las DO del aceite del Bajo Aragón y el melocotón de Calanda han contribuido a que la comarca del Bajo Aragón se revitalice. También, el vino de Pago Aylés ha provocado un aumento del número de habitantes en Mezalocha.

La denominación de origen del melocotón de Calanda fue reconocida en 1999. DO Melocotón de Calanda
La denominación de origen del melocotón de Calanda fue reconocida en 1999. DO Melocotón de Calanda
Heraldo

“Las denominaciones de origen contribuyen, entre otras, a fijar la población en el medio rural”. Así lo asegura la Red Rural Nacional, una plataforma del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), que está cofinanciada por el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (Feader). Este organismo considera además que esta fórmula no solo contribuye a mantener la población gracias a la creación de oportunidades laborales en dichas zonas, sino que, además, “atraen el turismo y la inversión”.

Asimismo, la Red Rural Nacional, en su programa, hace hincapié en que las denominaciones de origen “potencian la vertebración del territorio”. Además, pone en valor que estas suponen un “punto de unión entre los sectores primario, secundario y terciario”, es decir, entre el agricultor, la industria y el turismo. Y es que el productor cuenta gracias a estos reconocimientos con un producto valorado tanto por los consumidores como por la industria, lo que conlleva no solo a que su valor en el mercado sea más alto, sino que además el sector turístico haya encontrado en este un potencial para atraer visitantes e, incluso, inversiones. A día de hoy, por ejemplo, el enoturismo atrae a más de 450.000 visitantes en Aragón, lo que trae consigo la creación de nuevos puestos de trabajo y la apertura de empresas dedicadas a ello. “Estas sinergias —como explican desde la Red Rural Nacional— potencian la diversidad y el arraigo cultural con el patrimonio del territorio, transformando las zonas rurales”.

Así, en Aragón, donde la despoblación ocupa titulares por su incidencia, se puede ver, analizando los datos del Instituto Nacional de Estadística, que en algunas zonas la situación crítica de despoblación se ha revertido o al menos no ha empeorado, tras la creación de una denominación de origen.

Las zonas del melocotón de Calanda, del aceite del Bajo Aragón y del Pago Aylés, las más beneficiadas

Es el caso de la comarca de Calatayud, que cuenta, desde 1990 con la DOP de Calatayud y que, además, desde 1986, el municipio bilbilitano tiene hectáreas reconocidas en la DOP Cava. La zona ha podido notar la repercusión que ha tenido la creación de estos reconocimientos, ya que aunque continúa perdiendo población (sobre todo desde 2012, hasta ese momento la población se mantuvo estable desde los 90), desde 1990 lo hace a un ritmo menos acuciante. De hecho, en estos últimos 30 años, ha descendido un 12%, hasta los 37.000 habitantes que tiene en la actualidad; mientras que en los 30 años anteriores a la creación de la DOP lo hizo un 42%, pasando de alrededor de 72.000 habitantes en los años sesenta, a 42.000 en los 90.

Lo mismo ocurre en la comarca Campo de Borja, cuando en 1980 su vino fue reconocido como DOP, y después, en 1986, algunas hectáreas del municipio de Ainzón fueron reconocidas en la DOP Cava. En este caso, la población se mantuvo estable, en torno a los 15.000 habitantes, desde la creación de la denominación de origen hasta 2012, desde ese momento la población ha caído un 8% hasta los 13.800. Un descenso menor que el que se produjo desde 1940 hasta 1980, cuando retrocedió un 28%.

La población en la comarca del Somontano de Barbastro, que cuenta con la DOP Somontano desde 1984, se ha mantenido estable desde su creación, en torno a las 24.000 personas; un número que hasta entonces había decrecido en los 40 años anteriores un 15%, ya que llegó a alcanzar los 28.300.

Este crecimiento, estabilidad o menor retroceso no se encuentra en la comarca Campo de Cariñena hasta el año 2000, a pesar de que sus vinos fueron los primeros reconocidos en Aragón (data de 1932) como DOP y que, después, desde 1986, el municipio de Cariñena contase con hectáreas reconocidas en la DOP Cava. Aquí, la población comarcal no remontó hasta el cambio de siglo cuando pasó de tener 9.899 habitantes (en 1932, la zona contaba con 17.238 habitantes) a 11.350, en 2011. Aunque el censo volvió a caer hasta los 9.853 en 2018.

Es destacable el caso de la localidad zaragozana de Mezalocha, que tiene 46 hectáreas cultivadas de la única bodega que conforma el Pago de Aylés, y que ha pasado de perder habitantes a ganarlos. Desde su reconocimiento en 2011, su población, 222 habitantes, ha aumentado un 8% hasta los 240; cuando en los siete años antes decreció un 22%, ya que en 2004 contaba con 285.

El caso de la DO Aceite Bajo Aragón, creada en el 2000 y que cuenta con 22.000 hectáreas de olivo, según la página del Gobierno de Aragón, y de la DO Melocotón de Calanda, reconocida en 1999, ha hecho que la comarca del Bajo Aragón se revitalice. Desde 1980 hasta el cambio de siglo, la población se había mantenido estable, en torno a los 26.000 habitantes, pero a partir de ese momento empieza a crecer de forma exponencial hasta los 30.000 habitantes en 2011, esta alza se ha estabilizado y ahora la comarca cuenta con 28.587 habitantes.

La DO Aceite Sierra del Moncayo, que comprende las comarca de Tarazona y el Moncayo y de Campo de Borja con 2.500 hectáreas, no ha tenido tanta incidencia en la primera zona desde su creación en 2010, ya que tanto antes del reconocimiento como después, la población se mantiene estable, aunque perdiendo una media de 400 habitantes cada 20 años, hasta los 13.796 actuales.

Analizando la incidencia en Fuentes de Ebro de la DO de su cebolla se puede notar, que desde su reconocimiento en 2010 la población se mantiene estable en torno a los 4.500-4.600 habitantes, mientras que anteriormente el número de habitantes había crecido desde los 3.800 registrados en 1990 hasta los 4.617 en 2010.

Por su parte, la DO Jamón de Teruel, creada en 1983, quizás no ha hecho aumentar la población, fruto de un mayor turismo, que sí se ha generado y potenciado gracias a este reconocimiento, y es que en esta ocasión al abarcar toda la provincia entran en juego otros factores.

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