La sujeción a la ley
Desde la autoridad que le concede saberse miembro y parte activa de la arquitectura institucional del Estado, el fiscal del Tribunal Supremo Javier Zaragoza, inmerso con gran protagonismo en el juicio del 'procés' y reconocido con el Premio Aragón 2019, recordó ayer que no hay democracia sin respeto a la legalidad y que "la esencia de la democracia radica en el sometimiento de todos, ciudadanos y muy singularmente poderes públicos, a las leyes democráticamente aprobadas".
La celebración del acto central del Día de Aragón en el Patio de Santa Isabel de la Aljafería brindó ayer la oportunidad de escuchar las atinadas y serenas palabras de Javier Zaragoza (Alcorisa, 1955). El fiscal del Tribunal Supremo, Premio Aragón 2019, señaló que "la esencia de la democracia radica en la sujeción a la ley», e insistió en que la ley es «el instrumento que sirve para garantizar una convivencia ordenada y pacífica en la que se respeten los derechos y libertades de todos". La reflexión de Zaragoza, un mensaje nítido en coincidencia con la vista que juzga en el Tribunal Supremo los hechos que buscaron subvertir el orden constitucional en Cataluña, quedó reforzada al señalar que la sociedad debe conocer que el fiscal actúa siempre "bajo el sacrosanto imperio de la ley, cuyo cumplimiento es la clave de bóveda de una democracia parlamentaria".
El acto institucional, el último de esta IX legislatura que encara su recta final, en el que el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, aprovechó para atribuir a la mala gestión de toda la clase política la deriva catalana, sirvió también para la entrega de la Medalla al Mérito Cultural al músico Joaquín Carbonell y para que la cineasta Paula Ortiz recibiera de manos de la presidenta del Parlamento regional, Violeta Barba, la Medalla de las Cortes.
