Aragón acumula ya cuatro años de crecimiento. Todos sus sectores productivos registraron tasas positivas en 2018 y su producto interior bruto (PIB), que cerró el ejercicio con un incremento interanual del 3,03% –por encima de la media de España y Europa–, superó los 36.000 millones de euros. Las exportaciones alcanzaron los 11.915,7 millones y la tasa de paro descendió un 6,1% en el último año, según el dato de marzo, hasta situarse en los 65.412 desempleados. En el extremo opuesto está la deuda regional, que alcanzó niveles de récord y representa ya el 21,9% del PIB, en torno a 8.251 millones de euros.

La Comunidad sí logró, pese a todo, cumplir el objetivo de déficit de 2018. Se le exigía que no superase el 0,4% y se quedó en el 0,32%, porcentaje que le permitirá abandonar el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y buscar financiación en los mercados. El mayor problema vuelve a ser, una vez dejados atrás los momentos más duros de la crisis, la incertidumbre económica. Los directivos aragoneses temen que la inestabilidad política, el ‘brexit’ o el proteccionismo de Estados Unidos puedan lastrar los índices de crecimiento. Así lo refleja el último Indicador de Opinión que elabora la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA), en el que se detecta un incremento del pesimismo entre los empresarios. Tampoco ayuda, en el plano autonómico, que el presupuesto del Gobierno de Aragón, de 6.162 millones de euros, esté prorrogado desde principios de año, ya que imposibilita sacar a concurso inversiones.

Importaciones y exportaciones

Hasta ahora, como confirma el último Boletín Trimestral de Coyuntura del Gobierno de Aragón, los principales indicadores económicos se habían visto beneficiados por la evolución positiva de la economía. El crecimiento registrado se explica, sobre todo, por el buen comportamiento de la demanda interna. La externa, en cambio, fue negativa, ya que las exportaciones de bienes y servicios aumentaron a menor ritmo que en 2017. El descenso interanual fue del 0,9% frente al incremento del 2,9% registrado en el conjunto de España.

El dinamismo del sector fue, pese a todo, notable. Sobre todo teniendo en cuenta que en Aragón se exportaron mercancías por valor de 11.915 millones de euros y que las importaciones alcanzaron los 11.760. El resultado: un superávit de 155 millones.

El impulso empresarial permite que en Aragón haya 577.000 personas ocupadas, según la última Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al cuarto trimestre de 2018. Se trata, en todo caso, de un dato mejorable, ya que al cierre del pasado ejercicio había alrededor de 21.900 hogares con todos sus miembros activos en paro, una cifra que se mantiene en la actualidad.

De acuerdo con la EPA, 315.700 de los ocupados son hombres, un 1,25% menos en comparación con la encuesta del trimestre anterior. Las mujeres, por su parte, son 261.300. Si se atiende a los sectores, el primario anotó un crecimiento del 0,8% respecto a 2017, un dato que, pese a ser positivo, se queda por debajo de la media nacional. La industria manufacturera, por su parte, experimentó una subida del 0,7%. No obstante, fue la construcción, según el Boletín de Coyuntura de Aragón, el sector que más contribuyó a la creación de empleo, con 6.500 nuevos puestos, cifra que se traduce en un crecimiento interanual del 21,4%. En segundo lugar se situó el sector servicios, con 2.400.

La última EPA revela que en la Comunidad trabajan en la agricultura unas 37.000 personas. La industria, especialmente la automoción, ocupa a 113.600; la construcción, a 36.900, y el sector servicios, a 389.500. Por edad, 4.100 empleados tienen entre 16 y 19 años y 23.300 se sitúan entre los 20 y los 24. El grueso, 441.100, están entre los 25 y los 54, mientras que 108.400 pasan de los 55.

Aragón supera actualmente las 90.900 empresas. La mayoría se enmarcan, precisamente, en el sector terciario: prácticamente 19.500 se dedican al comercio al por mayor y al por menor o a la reparación de vehículos. Destacan, asimismo, 14.700 centradas en las actividades administrativas y de servicios auxiliares, las 7.700 que integran la hostelería o las 5.880 de transporte y almacenamiento.

Estas cifras tienen su reflejo en el PIB. Los servicios representan, según los Datos Básicos de 2018, el 58% del producto interior bruto de la Comunidad. La industria aporta un 18% y los impuestos sobre productos, un 9%. Les siguen la construcción (6%), la agricultura (5%) y la energía (4%).

Mayor preparación

Otro dato positivo es que el porcentaje de la población que ni estudia ni trabaja se ha reducido un 7,5% en los últimos cinco años. En 2013 se situaba en el 19% y en 2018, último año del que se tienen datos completos, alcanzó el 11,5%. Esto tiene su reflejo en el número de aragoneses de entre 25 y 64 años con educación universitaria o ciclos formativos de grado superior. En 2013, eran el 34,8% y actualmente, el 38,4%. No menos importante es el 56% de la población asalariada de menos de 30 años que está sobrecualificada para el puesto que ocupa, un porcentaje que se sitúa ocho décimas por encima de la media española.

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