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Visita 6 lugares en los que Aragón cambió el mundo

El año comenzaría el 16 de marzo si un pequeño pueblo celtibérico cerca de Calatayud no se hubiera enfrentado al imperio romano. ¿Quieres saber qué otras cosas cambiaron la historia?     

Los talleres, como el de la imagen de archivo, son una parte importante en la fiesta de Los Idus.
Los talleres, como el de la imagen de archivo, son una parte importante en la fiesta de Los Idus.
JORGE MIRET

Las uvas de Nochevieja nos las comeríamos en marzo si un pequeño poblado celtibérico zaragozano no hubiera plantado cara a las tropas romanas. ¿Quieres conocer otros hechos trascendentales que se vivieron en Aragón? Te proponemos seis lugares  en los que tuvieron lugar episodios que hicieron cambiar la historia o marcaron la vida de personajes aragoneses que revolucionaron sus campos y dieron un vuelco al mundo de su época.

- Mara es la primera parada, una pequeña localidad zaragozana, en la comarca Campo de Calatayud. Junto a ella se encuentran los restos arqueológicos de lo que fuera la ciudad celtibérica de Sekaiza,que los romanos bautizaron como Segeda. Esta pequeña localidad es la responsable de que el año comience en enero y no en marzo. Si en el año 154 a. C la ciudad celtibérica de Sekaiza no se hubiese enfrentado al todopoderoso Imperio Romano, así seguiría siendo. Hasta ese momento, Roma daba por comenzado el año el 15 de marzo , con el equinoccio de la primavera, que ellos denominaban ‘Idus de marzo ’. Sin embargo, la resistencia de este pequeño asentamiento celtíbero puso tan nerviosa a la metrópoli romana que decidió cambiar su calendario para acelerar dos meses la renovación anual de los cónsules y poder así empezar a mandar sus tropas a luchar contra Sekaiza. Se llevó así a cabo un cambio en el calendario, que ha llegado hasta nuestros días. Mara recrea ese episodio decisivo para la historia de Occidente, con la celebración de los ‘Idus de Marzo’ que se celebra mediados de ese mes, y en agosto con la fiesta de ‘Vulcanalia’, que recuerda la cruenta batalla librada finalmente entre celtíberos y romanos.

ARAGON PREVIA FESTIVIDAD DE SAN JORGE EN LA ALJAFERIA / 22-04-2018 / FOTO: ARANZAZU NAVARRO [[[FOTOGRAFOS]]]
Visitantes en el palacio de la Aljafería, en Zaragoza
Aránzazu Navarro

El Palacio de la Aljafería de Zaragoza es una visita inexcusable para todo el que viaja a la ciudad del Ebro por su valor histórico y artístico: su patio de naranjos y sus arcos de filigrana árabe, el salón del trono y otras dependencias renacentistas, su célebre torre del Trovador inspiradora de una ópera... Esta fortaleza es el palacio árabe situado más al norte del planeta, y fue la residencia de Al Muqtadir, señor de la taifa o reino independiente de Saraqusta, que rigió de 1046 a 1081, creando en ella una corte de sabios y pensadores, en la que se preservó el saber occidental en momentos en que no existían todavía las universidades y apenas Córdoba y algunos monasterios en Europa conservaban las enseñanzas de los clásicos que conforman nuestra cultura. En ese centro de conocimiento destaca el zaragozano Abu Bakr Muhammad ibn Yahya ibn al Saig ibn Bayya, más conocido en el mundo latino como Avempace, científico que funda la ‘falasifa’ (filosofía) y abre el camino a Averroes, comentarista de la obra de Aristóteles, y otro de los eslabones para que el acervo cultural clásico se preservara en el mundo durante la Edad Media.

Cascada en el monasterio de Piedra.
Cascada en el monasterio de Piedra.
Oliver Duch

Monasterio de Piedra, Nuévalos (Zaragoza). Este monasterio cisterciense fue el primer lugar en el que se cocinó una taza de chocolate, hecho que sucedió en 1520. El cacao era una bebida de mayas y aztecas, que fue descubierta por el mundo occidental cuando Hernán Cortés llegó hasta esas tierras. A este conquistador lo acompañaba como traductor del maya, Fray Jerónimo Aguilar, que había sido fraile en el monasterio de Piedra y quien mandó semillas de cacao al cenobio aragonés. Mayas y aztecas tomaban el cacao puro, resultando por ello una bebida muy amarga. Antonio de Álvaro, abad entonces del monasterio, decidió añadirle azúcar, canela y vainilla, cocinando así la primera taza de chocolate, tal y como la conocemos. Una princesa española lo llevó a Versalles y acabó haciendo furor en las cortes europeas.

El monasterio de Piedra es un bello edificio de arquitectura cisterciense que acaba de cumplir los 800 años desde su fundación. De su conjunto religioso puede visitarse la iglesia, el claustro y las estancias en las que discurría la existencia de los monjes: sala capitular, cillería o almacén, el refectorio o comedor, y la cocina, la misma de la que salió el primer chocolate a la taza. Además, existe un museo en el que se explica la historia del chocolate. Hay que visitar igualmente el entorno natural en el que se encuentra el monasterio, un parque natural en el que juega el agua, en arroyos, cascadas, estanques y manantiales.

Casa Natal de Goya en Fuendetodos.
Casa Natal de Goya en Fuendetodos.
Guillermo Mestre

Fuendetodos, a 45 km de Zaragoza, es la localidad natal de Francisco de Goya, el pintor con el que comienza el arte contemporáneo. Innovador desde siempre, su pintura se adelanta cien años al impresionismo, el expresionismo y el surrealismo. En Fuendetodos todavía puede visitarse la casa en la que nació un 30 de marzo de 1746, cuando su padre, José Goya, trabajaba como dorador en el retablo del altar mayor de la iglesia parroquial. Se trata de una casa labriega, de piedra, siguiendo la arquitectura típica rural. Se puede visitar también el museo del Grabado, instalado en una casa típica aragonesa, en donde pueden verse dos colecciones de grabados del genial pintor. Junto a la casa natal de Goya se encuentra la sala de exposiciones temporales Zuloaga, porque la que han pasado importantes nombres del arte tanto nacional como internacional y en la que ahora puede verse una muestra del diseñador español Alberto Corazón. En el entorno se pueden ver sus neveros, construcciones de piedra en la que se conservaba la nieve para el verano, o llegar en un paseo a los focinos, una zona de hoces y umbrías en la que podemos encontrar una vegetación insólita en estas latitudes, como helechos y plantas pirenaicas.

Centro de Interpretación de Ramón y Cajal, en Ayerbe.
Centro de Interpretación de Ramón y Cajal, en Ayerbe.
Hoya de Huesca

En Ayerbe, en el centro de interpretación Ramón y Cajal, podremos conocer la revolución que los descubrimientos de este premio Nobel, considerado el padre de la neurobiología, supusieron para la ciencia. Santiago Ramón y Cajal descubrió que las neuronas que formaban el tejido cerebral eran células individuales y fue capaz de describir cómo se relacionan y hacen que fluya la información por el cerebro (un mecanismo que llamó sinapsis), aunque era imposible verlo con los microscopios de la época. Su influencia en la ciencia del XIX está al nivel de Pasteur o Darwin. Para mostrarlo se valía de sus maravillosos dibujos, un arte que desarrolló en sus años escolares en Ayerbe, donde vivió desde los ocho años, al estar su padre, médico, destinado allí. Antes vivió en Larrés y en Valpalmas, donde también hay un centro que recuerda su figura. Un paseo por Ayerbe nos permitirá descubrir sus magníficas casonas y palacetes, como el de los Marqueses de Urriés o su iglesia de San Pedro, del siglo XII, con su hermosa torre románica. Muy cerca se encuentra el castillo de Loarrre.

Centro Buñuel Calanda.
Centro Buñuel Calanda.
Elena Pérez Beriaín

Calanda, en la comarca del Bajo Aragón, es la localidad natal de Luis Buñuel, un caso aparte no sólo en la cinematografía española, sino en la mundial. Máximo exponente en España de la corriente surrealista, que desarrolló junto al pintor Salvador Dalí, con quien debutó como realizador en 1929 con ‘Un perro andaluz’, obra rupturista que Bretón reconocía como la primera de esta corriente vanguardista. Fue también un adalid del ‘tercer cine’, un movimiento al margen tanto del cine industrial de Hollywood como del cine de autor europeo, con el que rompía por segunda vez los estándares cinematográficos de su época. El Centro Buñuel Calanda (CBC), nos acerca a la figura de este creador brillante e irreverente, solo fiel a sí mismo, que quiso que a su muerte sus cenizas se esparcieran en el monte Tolocha, cerca de su pueblo natal. En la visita a la localidad no hay que perderse el ayuntamiento, con los dos magníficos frescos de estilo rococó de la fachada lateral, la iglesia parroquial de la Esperanza o las diversas ermitas. Sin duda el mejor momento para visitar Calanda es la Semana Santa, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, cuando cientos de tambores ‘rompen la hora’ al mediodía del Viernes Santo y su sonido retumba durante horas.

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