Nuestro perfecto CSI

Son capaces de saber qué ha pasado con solo mirar el escenario de un crimen, un robo o una agresión. La Policía Científica cumple 25 años con un inmenso futuro

25 ANIVERSARIO DEL CSI ARAGONES / POLICIA CIENTIFICA / JEFATURA SUPERIOR DE POLICIA / 15/04/2019 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]]
Una de las máquinas que determinan los billetes falsificados. 
Oliver Duch

Fue Alphonse Bertillon (1853 – 1914), un oficial de policía francés, quien desarrolló el método de identificación criminal por huellas digitales y la medición de varias partes del cuerpo y la cabeza. La antropometría o Bertillonage. Toda una revolución que constituye el primer paso en el camino de progreso de la criminalística, de la batalla contra la criminalidad. Hoy, el futuro está en el uso de drones, de la realidad virtual, del reconocimiento facial, de la investigación en el ADN, no solo del hombre, sino aplicado al estudio de lo que nos rodea, la tierra, el agua, los animales y que lo dice todo sobre el asesino, el delincuente o el agresor. Desde Bertillon, la investigación del crimen ha formado parte esencial de los cuerpos policiales con la creación de la Policía Científica que en España tiene 109 años, aunque no fue hasta hace 25 cuando se creó su propia Comisaría General, lo que le permitió separarse del área de la Policía Judicial, tener autonomía y crecer, profesionalizarse y avanzar mucho en las técnicas de investigación. Se puso en marcha en 1994, siendo ministro del Interior y Justicia Juan Alberto Belloch y su actividad suele dividirse en cuatro grupos: investigación, análisis, antropología forense y balística.

"La Policía Científica hace un trabajo trasversal, está presente en todo porque somos quienes ‘leemos’ qué es lo que ha pasado, tomamos las huellas de lo sucedido y lo documentamos para el juzgado" explica Pilar García, Inspectora jefe desde 2014 de la de Zaragoza donde trabajan 35 personas las 24 horas del día, los 365 días del año. Un equipo de especialistas en Balística, Informática Forense, Documentoscopia, Reseñas, Inspecciones Oculares... Expertos que determinan cómo fue la caída por una ventana desde una casa de las Delicias de una pequeña de 18 meses el pasado 23 de marzo; la trágica muerte de dos jóvenes en el entorno de la Ronda Norte de Zaragoza en el Pilar de 2011; el asesinato de una mujer delante de su hijo en un punto de encuentro en 2016... Áreas que explican desde cómo se detecta un billete de 20 euros falso a cómo se regenera una huella dactilar de un anciano muerto en la soledad de su casa para su identificación, porque, aunque se desempeñan conjuntamente con los forenses, son ellos quienes identifican y a veces es complicado; áreas de trabajo en las que se está en constante evolución.

Ficha policial con las huellas dactilares documentadas.
Ficha policial con las huellas dactilares documentadas.
Toni Galán

La Policía Científica es la que hace esa primera inspección ocular que determina en muchas ocasiones qué es lo que ha ocurrido. Es quien se pone en la mente del asesino, del ladrón, del agresor, del agresor sexual, del suicida. "Los primeros que acuden suelen ser los agentes de Seguridad Ciudadana que avisan al 091, que lo coordina todo y desde donde se nos llama. Todo es muy rápido", explica la Inspectora jefe. En el mismo escenario de los hechos se recaban todos los indicios o vestigios que ha podido dejar el autor que puedan dar con su identificación y reconstruir los hechos, que pueden ser desde una salpicadura de sangre a huellas dactilares, restos biológicos, balas, pequeños trozos de un jarrón roto con parciales de una huella o en un papel, o las que quedan en una mesa o en una máquina tragaperras de un bar que intentan forzar para robar el dinero, como sucedió en Zaragoza en 2017. Desde una muerte violenta a un incendio, una agresión sexual, un homicidio, un robo. Pero también, las balas que han impactado en un cuerpo. Luego, todo va al laboratorio y, como en el campo policial la ciencia avanza, los casos pueden reabrirse años después, se hacen "rebúsquedas, sobre todo en los graves", indica Pilar García. Porque con muestras de ADN que se recogieron cuando la técnica no estaba tan avanzada y que "se conservan en laboratorios en condiciones adecuadas, pueden volverse a pedir por parte de los grupos de investigación, la autoridad judicial o una de las partes", con esa máxima de que ningún caso se queda sin resolver, "y en los graves, casi de oficio, se siguen haciendo estas pruebas con técnicas más modernas para lograr identificar a los autores".

La importancia del ADN

Todas las huellas dactilares se introducen en el SAID, el Sistema Automático de Identificación Dactilar, centralizado y compartido con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, incluidos la Ertzaintza y los Mossos d’Esquadra. Son solo de personas fichadas, delincuentes. Pero no sucede como en esas series policiacas en las que el ordenador te da la imagen del asesino: "Cuando se lanza una búsqueda, te ofrece unos candidatos pero no te dice cuáles son, es el agente policial quien con su pericia va haciendo coincidir las crestas papilares. Es un trabajo complicado porque la huella no suele estar limpia porque la persona puede que esté sudando o tenga la mano sucia. Esto fue una revolución en su momento porque antes se trabajaba con fichas, con tarjetas biográficas, y era la experiencia del agente quien identificaba al delincuente". El Said se comparte también con otras policías europeas, gracias al Tratado de Prüm de 2005 firmado para estrechar la colaboración europea en materia de lucha contra el terrorismo, la delincuencia transfronteriza y la migración ilegal, y ha permitido numerosas identificaciones entre países.

El estudio científico de los documentos y de su contenido comenzó a realizarse en España en los años cincuenta y, ya integrada en la Científica, desde Documentoscopia se determinan todas las falsificaciones de documentos, pasaportes, DNI, billetes, ropa, imitaciones de obras de arte. Con unas lámparas especiales podemos ver cómo un billete de 20 euros falsificado luce mucho más que el auténtico (los delincuentes les ponen blanqueantes ópticos). Así cayó, por ejemplo en el barrio de San José de Zaragoza, después de una larga investigación, el falsificador Javier G. A., alias ‘Gallego’, un experto informático que había hecho de la fabricación de billetes de 50 euros su reto personal y que los vendía por 5€.

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Distintas balas preparadas para su análisis
Oliver Duch

La Policía Científica es la que hace esa primera inspección ocular que determina en muchas ocasiones qué es lo que ha ocurrido. Es quien se pone en la mente del asesino, del ladrón, del agresor, del agresor sexual, del suicida. "Los primeros que acuden suelen ser los agentes de Seguridad Ciudadana que avisan al 091, que lo coordina todo y desde donde se nos llama. Todo es muy rápido", explica la Inspectora jefe. En el mismo escenario de los hechos se recaban todos los indicios o vestigios que ha podido dejar el autor que puedan dar con su identificación y reconstruir los hechos, que pueden ser desde una salpicadura de sangre a huellas dactilares, restos biológicos, balas, pequeños trozos de un jarrón roto con parciales de una huella o en un papel, o las que quedan en una mesa o en una máquina tragaperras de un bar que intentan forzar para robar el dinero, como sucedió en Zaragoza en 2017. Desde una muerte violenta a un incendio, una agresión sexual, un homicidio, un robo. Pero también, las balas que han impactado en un cuerpo. Luego, todo va al laboratorio y, como en el campo policial la ciencia avanza, los casos pueden reabrirse años después, se hacen "rebúsquedas, sobre todo en los graves", indica Pilar García. Porque con muestras de ADN que se recogieron cuando la técnica no estaba tan avanzada y que "se conservan en laboratorios en condiciones adecuadas, pueden volverse a pedir por parte de los grupos de investigación, la autoridad judicial o una de las partes", con esa máxima de que ningún caso se queda sin resolver, "y en los graves, casi de oficio, se siguen haciendo estas pruebas con técnicas más modernas para lograr identificar a los autores".

Todas las huellas dactilares se introducen en el SAID, el Sistema Automático de Identificación Dactilar, centralizado y compartido con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, incluidos la Ertzaintza y los Mossos d’Esquadra. Son solo de personas fichadas, delincuentes. Pero no sucede como en esas series policiacas en las que el ordenador te da la imagen del asesino: "Cuando se lanza una búsqueda, te ofrece unos candidatos pero no te dice cuáles son, es el agente policial quien con su pericia va haciendo coincidir las crestas papilares. Es un trabajo complicado porque la huella no suele estar limpia porque la persona puede que esté sudando o tenga la mano sucia. Esto fue una revolución en su momento porque antes se trabajaba con fichas, con tarjetas biográficas, y era la experiencia del agente quien identificaba al delincuente". El Said se comparte también con otras policías europeas, gracias al Tratado de Prüm de 2005 firmado para estrechar la colaboración europea en materia de lucha contra el terrorismo, la delincuencia transfronteriza y la migración ilegal, y ha permitido numerosas identificaciones entre países.

Las muestras de ADN se conservan siempre, y se inician 'rebúsquedas' hasta que se aclaran los casos   

El estudio científico de los documentos y de su contenido comenzó a realizarse en España en los años cincuenta y, ya integrada en la Científica, desde Documentoscopia se determinan todas las falsificaciones de documentos, pasaportes, DNI, billetes, ropa, imitaciones de obras de arte. Con unas lámparas especiales podemos ver cómo un billete de 20 euros falsificado luce mucho más que el auténtico (los delicuentes les ponen blanqueantes ópticos). Así cayó, por ejemplo en el barrio de San José de Zaragoza, después de una larga investigación, el falsificador Javier G. A., alias ‘Gallego’, un experto informático que había hecho de la fabricación de billetes de 50 euros su reto personal y que los vendía por 5€.

Balística fue esencial en la lucha antiterrorista. El subinspector Eduardo Sancho explica cómo todas las balas dejan señales y quedan a su vez señaladas, y cómo a través de un microscopio se comparan las vainas, se buscan las lesiones que dejan. Se dispone en toda España de un armero con más de 2.400 armas en estado óptimo para la comparación y uso en las diferentes investigaciones. Además, la Científica trabaja estrechamente con el Instituto de Medicina Legal "porque cuando hay una muerte violenta estamos en el levantamiento y en la autopsia. Es fundamental. Y si hay un herido y está el hospital ellos nos proporcionan la bala".

Los incendios

Una de sus investigaciones más complejas es la de incendios. La Inspectora jefe explica que "es de las situaciones más difíciles, porque el escenario suele estar muy alterado, y es lógico porque los bomberos hacen su trabajo quitan cosas que pueden tener mucha carga de fuego para evitar problemas, echan agua y cuando entramos está desvirtuado, porque se va cuando ya está todo apagado para poder trabajar. Hay cursos específicos para esto". El grupo dedicado a este tipo de investigaciones colabora de manera estrecha con las unidades caninas del propio cuerpo; perros capaces de detectar de manera instintiva la presencia de trazas de líquidos inflamables. También está el grupo de Análisis químico-toxicológico-biológico, encargado de análisis de laboratorio para funciones relacionadas con la identificación de sustancias estupefacientes, la identificación de ADN o el análisis de sustancias explosivas. Y el de Acústica forense, que analiza elementos probatorios de carácter acústico, así como de la investigación de locutores o manipulaciones sonoras o de registro y que, por ejemplo, resultó fundamental para el esclarecimiento reciente de un homicidio cometido en Santander. Además, se está en constantes avances, y, desde la misma manera que tras los atentados del 11 de Marzo se crearon especialistas en escritura manuscrita árabe, hoy se está impulsando la infografía forense.

Sin olvidar la Entomología, que data la muerte de una persona, que nos dice cuánto tiempo lleva muerto y que puede ser fundamental, como hemos visto con el pequeño Julen, que murió por la caída al pozo de Totalán.

El futuro

El ADN es el futuro de su trabajo, aunque de momento "se toma por determinados delitos, generalmente muy graves. Es voluntario y si la persona se niega hay que solicitar una orden al juez. Tenemos que enviarlo a Barcelona que es nuestro laboratorio de referencia y suelen tardar los resultados unos dos meses. Todo va luego a un banco de datos", indica Pilar Gracia. Pero lo importante es que no sólo se trabaja en el ADN humano, "sino que es también fundamental el de la tierra, el de los insectos", porque son esas cosas las que dicen de dónde procede un resto que se ha encontrado en un escenario, y que puede determinar, por poner un ejemplo, de qué parte del valle del Ebro es. "Te da muchas lecturas sobre quién puede ser el asesino o el agresor que ha estado ahí. Si el autor vive en Monegrillo o en Casetas, por el ADN del polen o una planta de la zona. Podemos identificar por dónde se ha movido, aunque por el momento solo tenemos la composición de algunas tierras". Y en un ahogado, el análisis del agua, porque no es lo mismo la del Ebro que un ahogado en una bañera…

La manera en la que se tomaban a principio del siglo XX los datos antropométricos y que revolucionó la investigación policial.
La manera en la que se tomaban a principio del siglo XX los datos antropométricos y que revolucionó la investigación policial.
Toni Galán

En ese futuro se incluye lo que será una revolución, como el uso generalizado de los drones, como estamos viendo en el incendio en Notre Dame de París; y, sobre todo, el reconocimiento facial, el empleo de sistemas biométricos capaces de detectar en tiempo real la imagen de un sospechoso y que sería muy beneficioso en especial en la lucha antiterrorista. "La Comisaria General invierte mucho en investigación -dice la Inspectora jefe-, está en contacto con policías europeas y son los que marcan lo que tenemos que hacer. Además no hay que olvidar que los delincuentes quieren ir por delante de nosotros".

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