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Ocho meses de culebrón para un divorcio esperado

La paciencia de Podemos Aragón se agotó el martes y lo comunicó a ZEC antes del mitin en el que Santisteve, ya rechazado, forzó un abrazo fingido con Pablo Iglesias.

Nacho Escartín (en el centro) junto a Luisa Broto y Pedro Santisteve en noviembre de 2017
Nacho Escartín (en el centro) junto a Luisa Broto y Pedro Santisteve en noviembre de 2017

Podemos Aragón enterró el martes su participación en la confluencia. Puso fin a ocho meses de culebrón para llegar a un divorcio esperado. Fue Nacho Escartín quien cortó de raíz las especulaciones tras una jornada esperpéntica que al alcalde del cambio Pedro Santisteve se le fue de las manos, y colmó la paciencia de los podemistas aragoneses, y de la cúpula nacional.

La confluencia remitió a Escartín su "primera y única oferta": los puestos cuatro y siete en una lista de integración. Sabían de antemano que para Podemos era inaceptable, pero buscaban mantener vivo un vodevil que llegó a su punto álgido en la Sala Multiusos.

Dos veces estuvo el alcalde entre bambalinas. La primera, antes del mitin de Iglesias, cuando Podemos Aragón ya la había rechazado. Aún así salió al ‘ruedo’ con ellos y robó a Iglesias un abrazo tan forzado como los gritos de "¡unidad, unidad!" que de forma ¿espontánea? se coreaba en la Multiusos cuando Escartín, Iglesias y Santisteve sabían de sobra que el pacto ya estaba roto. A pesar de ello, el alcalde, apesadumbrado, recordó a la prensa que iba a seguir "dejándose la piel por el acuerdo", y volvió a los camerinos buscando a Iglesias y se encontró de bruces a la cúpula podemista regional que le dejó muy claro que su presencia en la confluencia de Zaragoza era historia.

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