elecciones generales

Prietas las filas socialistas a orillas del Ebro

La militancia del PSOE arropó a sus líderes y candidatos en el segundo mitin de precampaña  de Sánchez en Zaragoza, donde (casi) todos aparcaron sus diferencias.

Pedro Sánchez asegura en Zaragoza que el PSOE defenderá con uñas y dientes el autogobierno y el Estado autonómico
Visita del actual presidente, Pedro Sánchez, en un acto de precampaña en el Palacio de Congresos de Zaragoza.
José Miguel Marco

La sala del Palacio de Congresos de Zaragoza elegida este domingo para la celebración del acto de precampaña del PSOE se quedó pequeña. A las diez de la mañana ya había en el recinto de la Expo ciudadanos esperando para entrar a un mitin que iba a empezar dos horas más tarde y en el que los teloneros eran Pilar Alegría, Susana Sumelzo y Javier Lambán, y el plato fuerte iba a servirlo el presidente del Gobierno y actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Pasadas las once, la sala estaba llena, no quedaban sillas libres, y la organización tuvo que ampliar el espacio para evitar que hubiera más gente de pie que sentada. Una cosa es arropar al líder y otra, dar unan imagen de hacinamiento y desorden. Al final, según cálculos de la organización, 1.700 aragoneses se trasladaron hasta Ranillas para escuchar a los candidatos socialistas.

El acto de este domingo se pareció más bien poco al celebrado dos meses antes en Zaragoza con el mismo cartel socialista en los cines Palafox. En febrero, ya fuera porque el día era gélido y oscuro o porque aún la precampaña no estaba en su apogeo, el ambiente fue frío y al acto más bien aburrido.

El de este domingo –en una sala luminosa y diáfana, con la cartelería roja en la que se leía ‘La España que quieres’ y ‘Haz que pase’, rodeado de corazoncitos– tuvo a los asistentes entregados desde el primer momento. Fueron continuas las interrupciones, los aplausos y los gritos de ‘presidente’, ‘presidente’ cuando hablaron Lambán y Sánchez o ‘alcaldesa’ cuando tomó la palabra Alegría. Incluso hubo alguna espontánea que intervino dando la réplica al actual presidente del Gobierno.

La imagen que se empeñaron en dar los cuatro intervinientes fue de unión y entendimiento, un prietas las filas en las que Sánchez no tuvo empacho en mencionar en dos ocasiones al anterior presidente aragonés Marcelino Iglesias para agradecerle su trabajo, lo que no debió ser del agrado de Lambán, su eterno rival interno. Por contra, sí tuvo que gustar al hijo del expresidente, Marcelino Iglesias Cuartero, que estuvo, junto con otros muchos cargos socialistas, en el acto. Buen ambiente y buena sintonía pese a las diferencias conocidas entre los líderes socialistas: Lambán necesita a Sánchez en la Moncloa para seguir perfeccionando "el laboratorio socialista del siglo XXI" en el que, aseguró, ha convertido Aragón. Y Sánchez precisa a Lambán (y a otros presidentes autonómicos) para tener tiempo y apoyos.

Aunque la ejecutiva federal impuso las listas al Congreso y al Senado y dejó fuera a los candidatos propuestos por Aragón, los defenestrados sí acudieron al acto y estuvieron en primera línea. Fue el caso de los diputados nacionales Óscar Galeano e Ignacio Urquizu o de la eurodiputada Inés Ayala, rescatada por Alegría como número tres de la lista municipal. También estaba entre el público el edil Roberto Fernández, que pese a ser uno de los más votados por las bases no está en la candidatura. A poco metros del director general de Energía, Alfonso Gómez, que sí figura en la lista municipal, Fernández departía amigablemente con el comisionado aragonés para la despoblación, Javier Allué.

A las puertas del Palacio del Congresos, como ya hicieran en octubre en la visita de Sánchez con su ministra Celaá al centro de FP en Plaza, un grupo de policías exigieron con banderas de España la equiparación salarial. No tendrán oportunidad de hacerlo de nuevo en campaña, ya que no está previsto que Sánchez vuelva.

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