Caspe

La DGA debe más de 12.000€ al escultor de un memorial inaugurado hace un año

El Ejecutivo trató de pagar "antes de fin de año". El artista no pudo acudir a Zaragoza a firmar la factura por estar trabajando en la fecha indicada.

Un momento de la inauguración del memorial, en marzo de 2018.
Un momento de la inauguración del memorial, en marzo de 2018.
DGA

La localidad de Caspe inauguró el 18 de marzo de 2018 un memorial en recuerdo de los brigadistas internacionales que participaron ocho décadas atrás en la batalla que se desarrolló en la localidad en el marco de la Guerra Civil española. El presidente de Aragón, Javier Lambán, defendió en el acto la necesidad de no olvidar la doble tragedia del enfrentamiento armado en la localidad zaragozana, "tanto por el elevado número de víctimas mortales como por el olvido en el que cayó después".

El autor de la obra, el caspolino Pablo Morales, todavía no ha cobrado los emolumentos por su trabajo, un monolito sobre un pedestal que, en conjunto, superan los cuatro metros de altura que se yerguen en el paraje de El Vado y que fueron entregados hace más de un año. La cifra que se le adeuda supera los 12.000 euros y en ella se enmarcan diferentes gastos que Pablo tuvo que adelantar: "Compré los materiales necesarios, pagué los portes en camión y la grúa para la instalación, el corte con láser de los elementos, el chorreado con arena para limpiar la superficie...".

Este autónomo también desembolsó por adelantado los emolumentos de otro trabajador que le ayudó con las labores. "Tuve que contratar a un compañero porque los plazos que me dieron fueron ajustados en exceso. Se me dio el visto bueno a la obra apenas diez días antes de la entrega. Tengo otros encargos y debo cumplir con cada uno de ellos, no puedo dejar ninguno aparcado, pero aún así llegamos a tiempo dos días antes de la fecha", indica.

Desde el Ejecutivo aragonés se defiende que "ha habido interlocución constante con el artista", asi como que "se le llamó para que acudiera a firmar en diciembre y cobrara antes de acabar el año y no pudo hacerlo. Al no ser posible, hubo que reiniciar el expediente, generar uno nuevo y volver a empezar de cero. Se está trabajando para darle la solución más ágil".

El escultor, que combina esta labor con sus facetas de músico y lutier, sostiene que no se le facilitó en ningún momento la ejecución del cobro: "Envié toda la documentación que se me requirió, pero en un momento determinado se me pidió que enviase mi firma a través de WhatsApp, lo cual no consideré oportuno. Se me requirió que acudiese a firmar en el día, pero yo no podía porque estaba trabajando, así que pedí que me pasaran por correo o fax lo que tuviese que firmar y yo se lo haría llegar. Eso nunca lo recibí".

Fuentes del Gobierno de Aragón reiteran que se cumplirá con el pago, si bien la prórroga presupuestaria ha complicado la ejecución del mismo. También recuerdan que "la DGA ha mostrado desde el comienzo de la legislatura una sensibilidad muy especial con la memoria democrática, como se ha podido comprobar en la normativa creada al efecto, las ayudas a las asociaciones de memoria o el impulso al Museo de la Guerra". Precisamente este memorial tendrá "categoría de Lugar de Memoria".

El papel de los brigadistas

La Batalla de Caspe se enmarca en la ruptura del frente y avance de las tropas franquistas y está muy relacionada con la caída de Alcañiz, el 14 de marzo de 1938, en la que tuvo un papel fundamental el bombardeo que sobre la población civil ejecutó la aviación italiana, ocasionando centenares de víctimas mortales. El 3 de marzo de 2018 se conmemoró ese bombardeo y se registró esa fecha como Día de la Memoria en Aragón.

Los combatientes internacionales que llegaron a Caspe realizaron una tarea de defensa y contención para que la población pudiese realizar la retirada hacia Cataluña de la manera más ordenada posible. Lo lograron pese a la evidente desventaja militar. El final de la batalla, ocurrido donde ahora se levanta el monumento, fue especialmente cruento y las bajas se contaron por millares en ambos bandos. Los cuerpos de los brigadistas, recuperados de dos fosas comunes, descansan en el cementerio de Caspe. Precisamente fue en ese acto de primera inhumación, en 2016, cuando el Presidente de Aragón se comprometió a la realización del monumento.

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