Las obras de la plaza de Consolación Alto, en plena judería de Calatayud, está previsto que se retomen a finales de esta semana. Lo harán después de que a mediados de enero los trabajos quedasen paralizados al quedar al descubierto por debajo del nivel del suelo los restos de dos arcos de ladrillo y el Ayuntamiento tuviera que pedir un informe arqueológico para que Patrimonio examinase el valor de los vestigios.

Casi un mes después de que se autorizase la elaboración del estudio, las catas realizadas en este enclave de los barrios altos bilbilitanos han dejado al descubierto en el centro la estructura total de los arcos, uno de ellos perteneciente a una de las viviendas del entorno, así como algunos restos de lo que parecen muros. "Nos han dado autorización para que la obra siga, y los restos se han datado y documentado”, explicaba la concejal de Urbanismo Mercedes Sarrate.

Así, concretaba que los operarios se centrarán "en la renovación de redes y pavimento en la parte de los viales, que es lo más urgente para facilitar cuanto antes que se pueda volver a circular y que no haya más problemas añadidos", apuntaba Sarrate. En este sentido, lamentaba las repercusiones a los vecinos y esgrimía que “ha sido algo que hemos tenido que asumir como algo sobrevenido, con el correspondiente perjuicio en tiempo y dinero que ha tenido que asumir el ayuntamiento”.

Por su parte, en cuanto al espacio que queda en el centro de la plaza, la responsable de Urbanismo detallaba que “se podría tapar, pero vamos a esperar a que nos den alguna alternativa”. De hecho, en el proyecto original de renovación de la plaza, que se acometió después de que se originara un socavón por una avería en la red de saneamiento y tras varias reclamaciones de los vecinos, no se contemplaba ninguna actuación especial donde han aparecido los restos.

"Lo vamos a pensar, pero sería fruto de otra actuación. Habría que buscar un proyecto, presupuesto y financiación, de momento lo estamos estudiando", reconocía Sarrate. El inicio de las obras de reparación se demoró hasta mediados de enero, cuando comenzaron los trabajos de la empresa Construcciones y Obras Tomey, con un presupuesto de 55.677 euros.