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El carné de coche automático, una realidad tímida pero creciente en Zaragoza

Aunque el porcentaje de permisos de conducción de este tipo de vehículos es mínimo en la ciudad, la cifra se ha duplicado respecto al año pasado.

Foto de archivo de algunos coches de autoescuela circulando por Zaragoza
Foto de archivo de algunos coches de autoescuela circulando por Zaragoza
Asier Alcorta

Pie en el embrague, cambio de marcha y acelerar. Este paso indispensable para la conducción, unido al control del volante, de los pedales y la atención a la señalización vial, puede convertirse en un problema para algunos aspirantes que están en proceso de obtener su permiso de conducción B y por ello aprender a conducir un coche automático, sin caja de cambios, puede ser una de las soluciones.

La expedición de permisos de conducción para vehículos automáticos es una realidad minoritaria en Zaragoza que, sin embargo, se ha duplicado en el último año, situándose en torno a los 200 carnés al año. "Es una cifra muy pequeña porque se sigue prefiriendo obtener el permiso B utilizando un coche manual, ya que eso te da más libertad, pero sí que se ha notado un repunte en el último año", explica el presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Zaragoza (APAZ), Sergio Olivera.

Y es que, obtener el permiso para un coche con cambio de marchas te permite conducir también uno automático, pero no a la inversa. Según cuenta Olivera, aquellos aspirantes que apuestan por aprender con uno automático lo hacen fundamentalmente por tres motivos. "Se da el caso de aquellos alumnos que les cuesta muchísimo esfuerzo hacerse con uno manual y apuestan por los que no tienen marchas. También algunos que saben que cuando se saquen el carné solo van a poder conducir el de sus padres o familiares que es un vehículo automático. Por último, los casos en los que el aspirante presenta alguna discapacidad y en el reconocimiento médico se les exige el manejo de uno sin marchas. Realmente es minoritario porque  Examinándote de coche automático solo podrás conducir ese tipo", comenta.

Así, en las, aproximadamente, 120 autoescuelas que hay en Zaragoza y provincia solo existen 3 o 4 vehículos automáticos con los que practicar. "Este tipo de vehículos suelen tener un coste mayor y las autoescuelas que disponen de ellos prestan este servicio adicional que suele tener un coste más elevado que el manual, aunque todo depende del centro", añade el presidente de APAZ.

Un examen a prueba de nervios

Según los últimos datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), el 73% de las personas que se presentan al examen práctico de conducir no lo aprueba en el primer intento. Olivera lo ratifica y explica que no se trata "de una prueba cualquiera". "Es un examen muy diferente a todos los demás en el que los nervios influyen muchísimo. La mayoría de los que se presentan han hecho más exámenes en su vida en los que si están nerviosos solo se enfrentan a un papel. En estos tienes que coordinar y manejar un vehículo con ese añadido", comenta.

Además, otra de las causas de los suspensos puede ser la falta de práctica. "Hay algunos alumnos que se presentan al examen cuando todavía no tienen la preparación suficiente, posiblemente por el precio de las clases", reconoce. El precio de las autoescuelas es un tema complicado de definir y apenas hay datos recientes sobre ello ya que varía en función del centro. Según el último estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en Aragón obtener el permiso de conducir oscila de media entre los 900 y los 1.500 euros, dependiendo del número de exámenes  y las clases que se hayan dado.

A pesar de esto, Olivera considera que los exámenes prácticos suelen estar "mitificados". "Puede haber un miedo a enfrentarse a ellos, pero la realidad es que todo el que se ha examinado sabe que al fin y al cabo se acaba superando y que con práctica todo se mejora", afirma.

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