SALUD

Nueva esperanza para el sida

El segundo caso mundial de remisión del VIH da pistas a los investigadores para erradicar el virus del sida, una enfermedad crónica que produjo 112 nuevos casos en 2017 en Aragón

Juan Ramón Barrios presidente Omsida Aragón y María José Crusells, médico de Infecciosos del Hospital Clínico
Juan Ramón Barrios, presidente de Omsida Aragón y María José Crusells, médico adjunto de Infecciosos del Clínico de Zaragoza.
ARANZAZU NAVARRO

Su anuncio ha generado grandes esperanzas en la lucha contra el sida, porque un consorcio internacional coordinado por investigadores españoles ha confirmado la eliminación de la carga viral en un paciente tras ser sometido a un trasplante de células madre por un linfoma. Se trata de la segunda vez que se consigue este hito que la ciencia lleva persiguiendo sin éxito desde que se identificó el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). En esta ocasión, el estudio –liderado por el University College de Londres– se ha realizado en el marco del consorcio IcisStem que dirige el investigador de la entidad española IrsiCaixa Javier Martínez-Picado. El estudio se ha publicado en Nature, y es de tal impacto que los medios de comunicación anglosajones se saltaron el embargo de su difusión. El caso tiene muchas similitudes con el único documentado hasta ahora de curación del VIH, el de Timothy Ray Brown, del que en un principio tampoco se dijo el nombre. De hecho, durante años fue el ‘paciente de Berlín’, como el de ahora es el ‘paciente de Londres’. En ambos casos tenían cáncer, por lo que necesitaban un trasplante de células madre.

Se trata de un paso de gigante en la investigación para el fin del sida, aunque todos piden prudencia y no crear falsas esperanzas. María José Crusells, médico adjunto del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico Universitario ‘Lozano Blesa’ y Juan Ramón Barrios, presidente de Omsida Aragón, batallan contra esta enfermedad desde su nacimiento, desde los años ochenta e indican que la aplicación de la técnica usada en ambos casos es inviable, aunque sí da pistas para las investigaciones para la erradicación del virus. "No convierte al trasplante de médula ósea en tratamiento contra el VIH, no es una opción para todos los portadores del VIH, se trata de una intervención no exenta de riesgos y no está justificada en personas que tienen el virus controlado con fármacos antirretrovirales. También hay que destacar que éste mismo procedimiento se ha empleado en otros casos sin resultado", indica María José Crusells. "Es importante explicar que estos avances se dan en estudios especializados, en unas condiciones particulares que no se dan en la mayoría de las personas con VIH", precisa Juan Ramón Barrios. "Hay que aclarar, para no crear falsas expectativas, que no se pretendía trasplantar a pacientes para curar el VIH. Estos trasplantes son estrategias muy invasivas con una mortalidad de un 40-50 por ciento, según los investigadores, que informan sobre la no aplicación a las personas infectadas por VIH ya que tenían una enfermedad hematológica grave y necesitaban el trasplante para curar esa enfermedad. El consorcio que coordina el IrsiCaixa ha incluido desde 2014 el trasplante de 38 pacientes de VIH que debían someterse a uno de células madre a causa de una enfermedad hematológica, y 19 de ellos han superado el año después del trasplante, pero a ninguno de ellos se le ha suspendido la terapia antirretrovira".

"Los dos casos de remisión del VIH son excepcionales y abren puertas a la investigación"

Los dos casos comunicados de desaparición del virus son excepcionales, pero han abierto un importante camino en el desarrollo de nuevas estrategias que puedan llevar a la cura de la infección VIH. De estos casos se extrae una enseñanza más a largo plazo, que apunta a que desactivar la CCR5 podría curar la infección sin pasar por un trasplante, y en esta línea se está trabajando en terapia génica como una prometedora opción. Para Juan Ramón Barrios, afectado desde los años ochenta, "este descubrimiento significa mucho para las personas con VIH, supone la posibilidad de dejar de tomar los tratamientos antirretrovirales que a largo plazo pueden producir algunos efectos indeseados, en especial a las personas que llevamos tomando medicación desde hace muchos años. Con frecuencia he pensado que la investigación se ha centrado más en la creación de fármacos para frenar la replicación del VIH y así evitar una muerte casi segura, en lugar de estudiar otros perfiles, ya conocidos por la ciencia, como las personas llamadas ‘lentos progresores’ o los ‘controladores de élite’".

El objetivo médico hoy es conseguir revertir lo que es una enfermedad crónica, aunque el VIH y el sida siguen siendo un estigma social que marca la vida de quien lo tiene. En 2017, en Aragón se diagnosticaron 112 casos nuevos de infección por VIH, el 66,1% fueron hombres (74) y la práctica de riesgo heterosexual fue la más frecuente (54,5% de los casos), seguida de la homosexual (20,5%). El grupo de edad más numeroso, el de 35 a 44 años. Unas cifras casi estancadas que dicen que en España cada año se registran 3.500 casos nuevos de media, los mismos que en los últimos diez años, dato que desvela que no es una enfermedad del pasado y que en el presente hay algo que no estamos haciendo bien. Porque el problema del sida es ese repudio casi personal, esa resistencia a creer que podemos estar infectados, que es cosa del pasado, de gente "de mal vivir". "Es algo que no ves -explica José Ramón Barrios-, o lo ves imposible, porque esta infección se asocia a homosexuales, personas promiscuas, heroinómanos… y tu no te sientes dentro de esos grupos de riesgo, de un riesgo que es real". Porque, a día de hoy, el riesgo significa mantener una vida sexual activa sin protección. Porque desde que uno se infecta hasta tener sida pueden pasar 6 u 8 años, un tiempo muy importante porque se puede estar infectando a otros sin saberlo, porque se estima que unos 1.000 aragoneses conviven con el virus, sin saber que están infectados, ya que se contagia solo por vía sexual e intravenosa y no hay contagio si no hay carga viral en el enfermo.

En España la prueba del VIH es gratuita y confidencial para todos. Sin embargo, el 53% de las personas diagnosticadas de infección en Aragón en 2017 presentaba diagnóstico tardío, según el último informe del Ministerio de Sanidad.

Uno de los principales objetivos también en la investigación es la obtención de un vacuna. Para María José Crusells, es poco probable "que las vacunas terapéuticas consigan eliminar el virus del organismo, ‘cura esterilizante’, pero sí lo que se denomina ‘cura funcional’, el sistema inmunitario de la persona controlaría la replicación viral por sí mismo sin necesidad de tomar antirretrovirales. Este enfoque ha sido probado con éxito en ensayos preclínicos y se están analizando resultados de ensayos clínicos en fase 1 y fase 2. Pero si hablamos de práctica clínica habitual, fuera de ensayos, sería imprudente avanzar fechas en relación a esta terapia porque supondría crear expectativas en plazos de tiempo que probablemente no se ajustarían a la realidad. Es importante destacar que se está llevando a cabo por parte de diferentes grupos una constante investigación en este campo, con resultados hasta ahora muy esperanzadores".

"Creo que está próxima una vacuna que prevenga la infección de forma definitiva"

Juan Ramón Barrios es más explícito al indicar que sí es posible que esté próxima una vacuna que prevenga la infección, "aunque aún falta tiempo para que se desarrolle. Ya se ha conseguido evitar que nazcan niños con VIH de madres portadoras en los países que la población tiene acceso a los tratamientos antirretrovirales. Sabemos que una persona con VIH que tiene la carga viral indetectable no puede transmitir la infección. También sabemos que existen un tratamiento que evita que una persona se infecte de VIH si lo toma antes de la exposición al riesgo, la llamada PrEP, Profilaxis pre exposición, que es de una alta eficacia aunque en España aún no esté aprobada. Existe la llamada profilaxis Post exposición, un tratamiento antirretroviral que evita que una persona que haya estado en riesgo de adquirir el VIH, se pueda infectar si se la toma antes de 72 horas después de la exposición. Falta conseguir una vacuna que consiga prevenir la transmisión del VIH de una forma definitiva".

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