Más de 14.000 fotos antiguas para mantener viva la memoria de Caspe

Alfredo Grañena, presidente de la Asociación de Amigos del Castillo del Compromiso, atesora miles de imágenes sobre la historia de Caspe y sus vecinos.

En el pasado no había Instagram ni ninguna otra red social. Ni falta que hacía. Las vecinos hablaban entre ellos y, cuando había oportunidad, hasta posaban para una fotografía que enseguida se convertía en un pequeño tesoro, un instante capturado en un documento gráfico de valor incalculable: una foto familiar, de una fiesta importante, un acontecimiento… imágenes que han perdurado en colecciones particulares y en archivos públicos y que, en conjunto, conforman la historia de una ciudad como Caspe a través de sus protagonistas: los caspolinos.

Alfredo Grañena, presidente de la Asociación de Amigos del Castillo del Compromiso de Caspe, lleva recopiladas más de 14.000 fotografías de Caspe y sigue adelante con esta tarea. “Es un ‘hobby’ y es, también, un deber moral que me impongo”, cuenta.

Fruto de esta afición es el libro que publicó el pasado año, ‘Fotos antiguas de Caspe’, que recoge 350 fotos seleccionadas de entre 10.000. Sobre la temática de estos testimonios gráficos Grañena señala su diversidad “aunque hemos dado especial relevancia a los oficios y labores cotidianos, a la escolarización en Caspe, a su ‘pasado glorioso’ y su importante legado cultural y artístico, desparecido en gran medida en 1936. También cuenta con capítulos más introvertidos, como el de la guerra y sus repercusiones, y otros más amables, como el de la música en Caspe”.

Las fotos que componen esta colección proceden, principalmente, de archivos personales. “La gente me abre sus álbumes y, a veces, sus recuerdos y testimonios. En un porcentaje menor también me he servido de archivos como el del Centro de Estudios Comarcales del Bajo Aragón-Caspe, el Archivo Diocesano de Tarragona o el Archivo Mas (Barcelona)”, comenta.

“Tan importante como las imágenes, o más incluso, ha sido darles un hilo conductor que nos acercara a la historia de Caspe desde un punto de vista ameno, sin academicismos. Para ello, he contado con el inmenso caudal de vivencias que me han ido aportando los vecinos de Caspe desde hace muchos años. Si elegir las fotos adecuadas ha sido difícil; hilar los textos aún lo ha sido más”, confiesa.

El libro ha agotado su edición y se han vendido más de 1.000 ejemplares. “Tengo la sensación de que aún tenía recorrido -reconoce-. No obstante, no habrá segunda edición. Pero existe la posibilidad de que se publique una segunda parte. Sin duda, hay material para varios libros más. Pero ahora necesito ordenar, archivar, analizar y, sobre todo, recuperar fuerzas. Ha sido un proceso enormemente exigente”.

Entretanto, el presidente de la asociación caspolina continúa reuniendo fotografías e investigando el pasado de Caspe para unir con el presente una historia que sigue viva y que, entonces y ahora, sigue marcando el devenir de los caspolinos.

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