Heraldo del Campo

Gente de la Tierra

Pasión por los tractores del siglo XX

Los más de 200 miembros de la Asociación Española de Amigos de la Maquinaria Agrícola tienen una cita en Barbastro el próximo día 9 de marzo

Eugenio Cabau, con su Lanz, fabricado en 1962.
Eugenio Cabau, con su Lanz, fabricado en 1962.
E. C.

En el año 2003, un grupo de apasionados de las máquinas que revolucionaron el mundo de la agricultura y la ganadería en el siglo pasado decidieron constituir la asociación ‘Amigos de la Maquinaria Agrícola’, que, en la actualidad, cuenta con más de 200 miembros. Entre ellos se encuentra el oscense Eugenio Cabau, quien este año será uno de los encargados de organizar, en Barbastro, la asamblea anual de esta entidad, el próximo 9 de marzo.

A sus 52 años, Eugenio es miembro de la entidad desde 2015, momento en el que decidió unirse y formar parte de «este grupo de amigos que compartimos las mismas aficiones y también la ilusión de difundir la cultura agromecánica y las actividades relacionadas con la mecanización», apunta.

Natural de Berbegal, aunque vive en Barbastro desde hace 27 años, Eugenio tiene tres tractores antiguos, de los años 1962 y 1973, que son un tesoro para él. Se trata de un Lanz, que compró en Monzón, y dos Barreiros que adquirió en La Almolda y en La Rioja. «Uno de ellos está totalmente restaurado y con los otros me pondré en breve. De vez en cuando lo saco al campo, para darle vida porque no me gusta tratar la maquinaria como si fuera un monumento. Quiero que siga teniendo uso y me sirva para hacer pequeñas tareas agrícolas como se hacían hace años.

En esta edición, los socios de la comarca de Somontano van a presentar para su aprobación la iniciativa ‘La ruta de los tractores’ en la provincia de Huesca. «Estamos casi seguros de que saldrá adelante. A nosotros nos hace especial ilusión poner en marcha un recorrido con tractores antiguos durante seis días por distintas carreteras y zonas de la provincia de Huesca, que arrancará la última semana de agosto si contamos con los permisos necesarios. Uniremos nuestra pasión por la maquinaria con la visita a pueblos de la zona, y también a alguna bodega y almazara», señala.

"No me gusta tratar la maquinaria como si fuera un monumento"

Él asegura que esta pasión es similar a la de cualquier otro coleccionista de coches, relojes, cuadros o joyas. «Es algo que llevas en la sangre y, si te gusta, nunca dejarás de buscar piezas para arreglarlas y volver a darles vida», concluye.

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