Otra forma de practicar la agricultura se está tratando de promover por parte de algunos profesionales del sector. Una manera de tratar las tierras y los productos más sostenibles, más saludables para los consumidores y más amigable con el medio ambiente. La base del modelo actual no es otra que el petróleo, que además de su uso intensivo como combustible de la maquinaria de los sistemas agrícolas, resulta el compuesto fundamental de los plaguicidas, herbicidas, pesticidas y fertilizantes. Las consecuencias se reflejan en nuestro entorno, con la pérdida de fertilidad de los suelos, deforestación o el aumento del efecto invernadero. Sin embargo, también supone un riesgo para la salud de los consumidores, tal y como certificó la Organización Mundial de la Salud en 2015, cuando calificó al glifosato -principal herbicida- como "probablemente cancerígeno".

Unos 15 especialistas se reunieron para abordar la agroecología desde diversas perspectivas en Binéfar. ‘Con los pies en el suelo’ son las jornadas celebradas el pasado jueves y que concluyeron ayer por la tarde con la visita a varias explotaciones de la comarca de la Litera. "El principal problema para que muchos profesionales no pongan en práctica esta forma de trabajar es la desinformación", apunta Alberto Pérez-Roldán, ponente y director de Agroholistic. Por ello, un centenar de asistentes han podido conocer de primera mano casos concretos de agricultura ecológica.

En Aragón existen varias explotaciones de este tipo. Una de las más destacadas se encuentra en Bardenas, cuyo propietario, Antonio Ruíz, recibió el premio al agricultor destacado de la Alianza Alimentaria Aragonesa en 2014. "Los clientes nos preguntan que cómo producimos unos alimentos tan altos en nutrientes, y la clave reside exclusivamente en la agroecología", asegura. Ruíz pone como ejemplo su caso para que otros sigan este camino. "Llevamos muchos años practicándola y hemos demostrado que es una agricultura viable económica, social y medioambientalmente". Además, asegura que los casos de cáncer que se han dado en los últimos años debido a los agroquímicos han provocado una reacción por parte de los productores. "Aunque aún queda mucho camino por recorrer, pero se están buscando alternativas para el uso abusivo del glifosato", dice.

En la Litera se sitúa Grupo Oses, empresa dedicada a la producción y deshidratación de forraje, que, en sus cuatro plantas situadas en Aragón, trabaja el cultivo de alfalfa como alternativa a la rotación. "A través de la alfalfa mejoramos suelos y combatimos plagas de maleza por su alto contenido en proteína", explica Maite Oses, directora de Compras y Logística. "Nuestro compromiso con el medio va más allá, y desde hace años consumimos biomasa en lugar de combustible fósil", añade.

El presidente de Remana en Argentina y Uruguay, Eduardo Cerdá, explicó algunas técnicas que llevan a cabo en esta organización. "En lugar de trabajar el monocultivo, nosotros hacemos asociación de cultivos, lo cual hace la función de sustitutivo de los herbicidas puesto que evita la aparición de maleza", indica. Cerdá repasó la situación de las últimas dos décadas: "Llevamos 20 años de una agricultura extremadamente química, con muchos problemas de enfermedades en nuestras comunidades rurales, con más de 32 tipos de maleza resistentes a los herbicidas, que han aumentando los costes de los productores". La solución, para Cerdá, se encuentra en la agroecología: "Creemos que es la agronomía de los próximos años, porque se están logrando rendimientos parecidos sin ese uso de agroquímicos".

La apuesta por un modelo respetuoso y una alimentación sana

El Ayuntamiento de Binéfar se ha destacado en los últimos años como uno de los más responsables con el entorno. Desde el consistorio se han tomado varias medidas para potenciar la agroecología, por ejemplo, con la creación de unos huertos municipales en los que se han impartido cursos sobre horticultura ecológica y técnicas favorables para la salud humana. Medio centenar de personas participaron en estos cursos en 2018, que se esperan repetir próximamente y cuyo objetivo es habilitar un espacio municipal de aprendizaje sobre horticultura ecológica, los usos tradicionales y la alimentación sana y sostenible, según explican desde el área de Medio Ambiente, promotora de la iniciativa.

El 1 de septiembre del pasado año también se celebró la primera edición de la degustación de productos de huertos ecológicos. Se ofreció a los binefarenses todo tipo de verduras y hortalizas, desde pimientos y pepinos a tomates y patatas, que pudieron saborear en distintos platos elaborados para la ocasión.

A pesar de las reticencias de muchos agricultores, poco a poco se va descubriendo una nueva forma de trabajar los campos y algunos profesionales ya aplican estas técnicas alternativas. 

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