La crisis demográfica en Aragón va más allá de la provincia de Teruel, se extiende también a comarcas como el Campo de Daroca, que se movilizará el próximo día 9 para pedir medidas urgentes contra la despoblación. En nuestra Comunidad y por toda la España interior, los territorios despoblados se resisten a la decadencia y el abandono y reclaman ayudas y derechos, un trato justo. Un mensaje que las instituciones del Estado tienen que atender.

En lo que va del siglo XXI, las treinta y cinco localidades del Campo de Daroca han perdido el 18 por ciento de su población. Una dolorosa sangría que amenaza con echar el cierre en muchos pueblos y con sellar definitivamente el futuro de una de las comarcas más características de nuestra Comunidad. Carente de especiales ayudas financieras para hacer frente e intentar paliar, aunque fuera mínimamente, esta decadencia, es natural que sus ciudadanos no quieran permanecer pasivos. Daroca se rebela contra una situación injusta, que se ve agravada por la falta de inversiones públicas. La concentración que tendrá lugar el 9 de marzo debe ser, para las autoridades aragonesas y españolas, algo más que una llamada de atención. Deben reaccionar.

También Teruel, donde la crisis demográfica pone en riesgo a toda una provincia, continuará sus movilizaciones, uniendo fuerzas con otras provincias y localidades de la España interior que sufren carencias similares. La manifestación del próximo 31 de marzo en Madrid debería ser la señal para que los problemas de despoblación y envejecimiento que padece gran parte de España entren por fin, de verdad, a formar parte de la agenda política, del debate público y de las preocupaciones generales de la sociedad española. Aragón padece esta grave crisis de manera especialmente aguda y los aragoneses tenemos por ello especial responsabilidad a la hora de arropar estas reivindicaciones y de defender un trato justo y equitativo para todos.