tribunales

Un empresario ofrece un contrato a un obrero después de caerse desde 4,5 metros de altura

Le llevó los documentos al hospital donde había ingresado con múltiples fracturas. El fiscal le pide 18 meses de cárcel y 21.962 € de indemnización.

Audiencia Provincial de Zaragoza.
Audiencia Provincial de Zaragoza.
Guillermo Mestre

El dueño de una empresa de fontanería se sentará en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial por haber tratado de ocultar presuntamente que no había hecho contrato alguno a un profesional del gremio al que envió a hacer unos trabajos en la cocina del restaurante del teatro de Las Esquinas y sufrió un grave accidente que le ha dejado importantes secuelas.

Las acusaciones mantienen que el encartado, Cristian Q. A., no solo intentó regularizar la situación del empleado 24 horas después del percance sino que trató de que le firmara un contrato a tiempo parcial –"con intención de frustrar los derechos del trabajador (...)", según la Fiscalía– señalando, además, que su jornada comenzaba a las 15.00, cuando el accidente ocurrió sobre las 13.50. De esta forma imputaba la responsabilidad del accidente al trabajador.

Para el Ministerio Público y la acusación particular, ejercida por el abogado Fernando González Forradellas, Cristian Q. A. es autor de un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de lesiones graves, pero mientras el primero solicita una condena de un año y medio de prisión y una indemnización de 21.962 euros, el segundo reclama cinco años y tres meses de prisión, una indemnización de 36.298 euros por la hospitalización y el tratamiento y 20.000 más por daños morales. La defensa, a cargo de María del Carmen González, niega los hechos y pide la absolución.

El accidente laboral se produjo el 4 de diciembre de 2013. La empresa de Cristian Q. A. había instalado con anterioridad la fontanería del restaurante y hacía tareas de mantenimiento. Sus servicios fueron requeridos para instalar colectores y cambiar unos codos y, como Rubén C. M. había trabajado ya para esa empresa, bien con contrato o como autónomo, el acusado lo llamó para encargarle las nuevas tareas.

Una escalera de tijera

Esa mañana lo acompañó a las instalaciones le explicó que debía cambiar los codos de las tuberías, situadas a 5 metros de altura. Según las acusaciones, no le proporcionó arnés y el andamio que estaba puesto el día anterior había sido desmontado para hacer una función y ya no se había vuelto a montar.

Lo que le facilitó fue una escalera de tijera y lo dejó allí solo. Sobre las 13.50, cuando llevaba varias horas subido, quitó un codo y, a pesar de que había advertido en el restaurante que no se usaran los desagües, cayó sobre él una lluvia de agua y desechos que le desestabilizó y le hizo caer desde 4,5 metros de altura. El fontanero sufrió fractura abierta de pelvis, fractura de muñeca y policontusiones, estuvo 76 días hospitalizado y tardó 236 días en curar.

Cuando se enteró del accidente, el empresario, según las acusaciones, quiso ocultar la realidad de su relación laboral con el empleado y ordenó que le dieran de alta en la Seguridad Social 24 horas después del accidente pero con fecha de la jornada anterior. Además, se presentó en la habitación del hospital para que firmara el contrato en el que figuraba que empezaba su jornada a las 15.00. La dirección general de Inspección de Trabajo levantó un acta contra la empresa por infracción grave. La acusación particular pide que se imponga a la mercantil una multa de 162.000 euros.

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