Bronca en las Cortes: de la garrapata política al callaos de una "puta vez"

"Garrapatas políticas" que se apropian de logros ajenos, parásitos... Con dureza verbal ha respondido este viernes el presidente de Aragón, Javier Lambán, al popular Luis María Beamonte, en una tensa y preelectoral sesión de control al Gobierno en la que se han perdido las formas, hasta el punto de que el consejero de Presidente, Vicente Guillén, ha llegado a espetar "callaos de una puta vez" a diputados populares bastante exaltados. La pregunta: "¿Tiene previsto el Gobierno de Aragón medidas concretas que den respuesta a las demandas de los turolenses?" ha abierto la caja de los truenos, y ha obligado a la presidenta de las Cortes, Violeta Barba, a intentar poner orden en un hemiciclo donde la batalla dialéctica preelectoral eclipsa ya a la cortesía parlamentaria.

No le ha gustado a Lambán que Beamonte acusara a su ejecutivo y al de Pedro Sánchez de ser "nocivos" para Teruel. Y el presidente del PP-Aragón ha citado, a modo de ejemplo, los "40.000" turolenses que se manfiestaron el 6 de mayo en Zaragoza, los 10.000 que salieron a la calle el 9 de febrero para pedir una sanidad justa, la situación de las cuencas mineras con el próximo cierre de la térmica... Y el presidente de la DGA no ha dudado al contraatacar. "Quien respeta a los turolenses es el PSOE y este gobierno está haciendo cosas por ellos", se esforzaba en argumentar Lambán, mientras iban subiendo de tono las quejas desde la bancada popular. Tanto, que Guillén ha conminado a los parlamentarios a callarse primero "de una puta vez", inmediatamente de forma un poco más cortés, y a escuchar lo que líder socialista tenía que decir.

Pero llovía sobre mojado, y no parecía que sus señorías se fueran . Hacía unos minutos que el secretario general del PSOE-Aragón había acusado a Beamonte de ser "el paradigma de la falta de respeto a los turolenses". ¿El motivo? Su presencia a la manifestación del 9 de febrero en Madrid por la 'Unidad de España'. "Usted no estaba en Teruel. Estaba en la plaza de Colón, que clamaba por la supresión de la autonomía y del autogobierno, a punto de cantar al unísono el Cara al sol en una vuelta a la España de los años 50".

Así que seguían los ánimos muy caldeados entre socialistas y populares. "El libro de Pedro Sánchez qué daño le está haciendo", se oía. "Todos somos Pedro Sánchez", coreaba alguno en lo que viene a ser intentar meter el dedo en la llaga. "Señor Campoy, ¡vale ya!", ha pedido, a voz en grito, Violeta Barba. "Señorías, hagan el favor de guardar silencio. Llevamos diez minutos escasos de pleno, por favor", ha rogado. Todo, en un espectáculo poco edificante para quienes desde la tribuna de invitados 'disfrutaban' de la sesión de control al Gobierno.

Tras el PP, ha llegado el turno de Podemos, que apoyó ayer la reprobación al Gobierno que propuso el PP, y Lambán también ha cargado contra Maru Díaz, que le reprochaba su política de vivienda. "Cada vez que en España se habla de vivienda en relación con Podemos, de lo que se acuerda todo el mundo es del chalé de Pablo Iglesias, que no es la mejor solución que se les puede ofrecer a los españoles para solucionar los problemas de vivienda, ni en cuanto alquiler ni en cuanto a propiedad. No todo el mundo puede acceder a un chalé de lujo como el señor Iglesias y su señora", le ha recriminado.

Aún quedaba tiempo para más. En el ejercicio de "lealtad mutua" que Lambán ha reiterado que le profesa a Arturo Aliaga, ha recomendado al presidente del PAR que centre sus preocupaciones en "desentenderse de pactos que no corresponden a su lealtad, en no transitar demasiado por plazas de Colón en las que se canta el Cara al sol y se invoca la desaparición de las autonomías y el trasvase del Ebro y en ser consesuente con los principios fundacionales del PAR que son los principios que usted siempre ha defendido con más acierto que errores".