La Virgen del Pilar, en la catedral de Notre Dame

El templo parisino conserva en su sacristía una imagen de la Virgen del Pilar que luce un manto de la Guardía Civil.

La Virgen del Pilar en la catedral de Notre Dame
La Virgen del Pilar en la catedral de Notre Dame
Manuel Gracia

Esta vez, y de forma excepcional, la casualidad ha querido que la Virgen del Pilar quiera ser francesa y resida nada menos que en Notre-Dame, una de las catedrales góticas más antiguas del mundo. Fue construida en París entre 1163 y 1345 y en su interior han tenido lugar acontecimientos tan importantes como la coronación de Napoleón Bonaparte, la beatificación de Juana de Arco o la coronación de Enrique VI de Inglaterra.

Lo que quizás no es tan conocido es que, desde hace unos años, este destacado templo, uno de los símbolo de la capital francesa, conserva una imagen de la Virgen del Pilar en su sacristía.

El presidente del Centro de Estudios Borjanos, Manuel Gracia, desvela en una publicación el porqué de esta devoción pilarista tras una visita reciente a París y a la catedral de Notre-Dame de París, donde tuvo la oportunidad de recorrer algunas dependencias cerradas al público en general, entre ellas la sacristía. Allí comprobó que sigue guardándose esta imagen de la Virgen del Pilar con el manto de la Guardia Civil.

En 2016, el Centro de Estudios Borjanos ya había dado cuenta de esta curiosa veneración iniciada por el entonces sacristán general de la catedral, Stéphane Urbain, originario de Huesca. Gracias a la crónica enviada por José Ángel Fernández Salas a la filial borjana de la Institución Fernando el Católico, se tuvo la primera noticia de esta presencia de la Virgen del Pilar en la catedral parisina donde, además, cada 12 de octubre se colocaba la imagen en un altar lateral de la catedral, con una bandera española y rodeada de flores.

Cuando Fernández Salas visitó Notre Dame para asistir a una misa su sorpresa fue mayúscula al ver a “un joven Guardia Civil organizando en torno al altar todo lo necesario para la celebración”.

Sin embargo, no se trataba de un agente del Instituto Armado, sino de Stéphane Urbain, el sacristán general. Urbain nació en Tarbes y procede de una familia española exiliada en Francia tras la Guerra Civil. Aunque es químico de carrera, comenzó a interesarse por temas religiosos y fue entrando en contacto con sacerdotes y canónigos de Notre-Dame hasta que, con el tiempo, llegó a desempeñar el cargo de sacristán general de la catedral donde, entre otras funciones, se encargaba de todos los aspectos relacionados con las campanas del templo. De hecho, algunos diarios internacionales le dedicaron reportajes por este motivo, entre ellos ‘The New York Times’.

“El hecho de que hablara correctamente cinco idiomas (francés, español, italiano, alemán e inglés), así como su experiencia anterior como acólito en la catedral de Tarbes facilitaron que, cuando quedó vacante la plaza de sacristán general de Notre-Dame fuera elegido entre otros candidatos”, señala Manuel Gracia.

Respecto a su vínculo con la Benemérita, García explica que “conoció a la Guardia Civil en Bielsa, iniciando una cordial amistad con los agentes destinados en ese puesto. Ello nos llevó a pensar que la presencia de nuestra patrona en la sacristía del templo debía guardar relación con la figura del que fuera sacristán general. Así nos lo confirmó Laurent Prades, el conservador de la catedral que nos acompañó en la visita. Además, nos contó que Stéphane afirmaba ser Guardia Civil honorario”.

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