Se estrenó en la política directamente como alcaldesa.

Así es. Llegué a la política en mayo de 2011 y soy alcaldesa desde mayo de 2011, así que entré desde mi casa al Ayuntamiento.

Urrea está a solo 38 kilómetros de Zaragoza. ¿Les beneficia o les perjudica?

Nos beneficia porque los fines de semana, puentes y vacaciones, vuelve al pueblo mucha gente que vive en Zaragoza, porque estamos a solo 25 minutos de distancia; y nos perjudica porque Zaragoza es un polo de atracción muy fuerte y la gente prefiere vivir en la ciudad por los servicios.

Este ha sido su caso.

Eso es. Resido en Zaragoza fundamentalmente por el colegio de mi hijo. En Urrea hay cole, con 35 niños, pero para las actividades extraescolares hay que desplazarse a otros pueblos.

Están cerca de Opel España. ¿Cuántos vecinos trabajan en la planta?

Bastantes, y también en las empresas auxiliares de Pedrola o de Épila.

¿Cómo va a repercutir la instalación de Bon Àrea?

Esperemos que para bien, que dé empleo. Que sea un foco de atracción de personas que quieran vivir en el pueblo, y no solo en Urrea, y que logremos mantener población y fijar población nueva, que es importante.

Rondan los 410 habitantes. ¿Les ha afectado la despoblación?

La verdad es que muchos jóvenes nos hemos ido del pueblo para vivir mayoritariamente en Zaragoza, algunos en Épila. Siempre digo que espero que Urrea no entre en la uci y se mantenga en planta, de manera que la gente, aunque no sea para vivir sino para sus vacaciones o fines de semana, quiera volver al municipio.

¿Cómo es la gestión municipal?

Voy dos días a la semana, y cuento con un equipo de concejales y de trabajadores en el Ayuntamiento que hacen que la tarea sea más sencilla.

Solo hay una concejal del PSOE en la oposición.

Y además tiene delegaciones, como el equipo de gobierno. El pueblo está por encima de la política.

¿Por qué entró en política?

Nunca había tenido ambición política. Un día me llamaron mis amigos para presentarnos. Lo reflexioné y lo hice por mi madre, que fue concejal en las primeras elecciones democráticas.

¿Volverá a presentarse?

Creo que ocho años en la alcaldía ya es suficiente, pero aún no lo tengo decidido.

¿Qué es lo más importante que ha hecho en estos dos mandatos?

Teníamos unas piscinas mancomunadas con Plasencia y por fallos estructurales las tuvimos que cerrar. Y tuvimos que hacer unas nuevas. Queremos construir alguna pista deportiva.

¿Cuáles son sus proyectos?

Estos meses queda arreglar la calle principal. Un reto cumplido es la amortización de la deuda que tenía el Ayuntamiento cuando llegamos, de 120.574 euros.

¿Qué es lo mejor y lo peor de estar al frente de la alcaldía de un pueblo pequeño?

Lo mejor, representar a tu pueblo. Es muy reconfortante lo que te enseña la gente. Y el equipo que estamos en el Ayuntamiento. Somos un grupo de amigos que queremos trabajar para que Urrea siga adelante. Lo peor, pocas cosas.