Los partidos estudian una modificación urgente de la Ley Electoral de Aragón para aumentar el número de escaños de 67 a 69 y evitar así que en las próximas elecciones autonómicas Teruel pierda un diputado como consecuencia de la caída de población. Es imprescindible que la despoblación de los territorios no vaya acompañada de una pérdida de representatividad política que aún les restaría más posibilidades de desarrollo.

Los votos tienen un peso distinto según el lugar donde esté colocada la urna. No vale lo mismo un voto en Zaragoza que en Alcañiz. Ni en Tramacastilla de Tena o en Caspe. Su cotización en las elecciones depende de la circunscripción en la que se vote, su tamaño, la población y el número de partidos que concurren a las elecciones. Es un hecho que el voto de algunos ciudadanos cuenta mucho más que el de otros. Pero eso permite dar sobrerrepresentación a los distritos electorales menos poblados para tratar de que la fotografía final sea lo más equilibrada posible desde la óptica social. Por eso resulta oportuno el esfuerzo por modificar la normativa vigente para que Teruel y Huesca mantengan sus 14 y 18 diputados autonómicos, respectivamente. A cambio, la provincia zaragozana saldría también beneficiada ya que se llevaría dos escaños extra.

En Aragón existen tres circunscripciones para elegir a los representantes de los ciudadanos en las Cortes, pero solo en la ciudad de Zaragoza está la mitad de la población. Por ello, las provincias de Teruel y Huesca han sido bonificadas para tener más representación. Sus votos cuentan más. Eso provoca ‘distorsiones’ como que a los partidos que concentran mucho voto urbano les salga más caro un diputado que a las formaciones que tiene más votantes en Teruel y Huesca. No obstante, son ‘distorsiones’ electorales que sirven para mantener un necesario equilibrio social.