Heraldo del Campo

La lucha contra el silencio de los corderos

Ganaderos e investigadores de la Universidad de Zaragoza trabajan para recuperar y evitar la extinción de una raza de ovino creada en Ontinar de Salz en los años 70.

Ejemplares de la raza Salz en la localidad zaragozana a la que deben su nombre, Ontinar del Salz.
Ejemplares de la raza Salz en la localidad zaragozana a la que deben su nombre, Ontinar del Salz.
Apromer

La celebración del Día de San Antón en la localidad zaragozana de Ontinar del Salz contó este año con la presencia de ejemplares de ganado ovino autóctono de la localidad. Se trata de ovejas de la raza Salz, una variedad poco conocida, que se creó en los años 70 de la mano del doctor de la Universidad de Zaragoza Isidro Sierra, y que es la única raza sintética, es decir, originada de un cruce de otras dos, rasa aragonesa y romanov, registrada en el Catálogo Oficial de Razas.

La oportunidad de llevar estos animales a Ontinar de Salz se dio gracias al esfuerzo de Miguel Moreno, presidente de la Asociación de Agricultores Profesionales del Medio Rural (Apromer), quien durante sus estudios de Veterinaria dedicó uno de sus trabajos de investigación a esta variedad. «Queríamos no solo dar a conocer esta raza, de cuya existencia sabe muy poca gente, incluso en el propio Ontinar, sino también dar algunos pasos para tratar de revertir la situación en la que se encuentra actualmente», explica Moreno.

Y es que solo quedan alrededor de 3.000 ejemplares de esta raza de corderos, una cifra que permite calificarla de «especie en peligro de extinción». «Hace algunos años se llegaron a contabilizar entre 7.000 y 8.000 cabezas». Los animales están repartidos por diversas explotaciones en la localidad de Pina de Ebro, en la franja limítrofe de Cataluña y en la provincia de Teruel. Sin embargo, ha despertado interés más allá de la comunidad, ya que algunas cabezas han viajado hasta Extremadura a una granja dirigida por dos ganaderas.

Esta disminución de animales, lamenta Moreno, se ha debido a diversos factores. «Por un lado al hecho de que las administraciones hayan apostado por otras variedades de ovino, y, por otro, a la propia situación del sector y del medio rural en Aragón, cada vez más envejecido». Sin embargo, él prefiere incidir en el lado positivo. «Somos pocos, pero absolutamente apasionados por nuestra actividad».

Raza prolífica

La raza Salz se caracteriza por su gran adaptabilidad al medio en el que se desarrolla, por lo cual pueden encontrarse en zonas muy diversas. Otra de sus características más destacadas es su prolificidad. En cada parto, las ovejas pueden parir tres y hasta cuatro crías, cuando el promedio en otras variedades es de una cría. «Esto supone una mayor dedicación, puesto que hay que destetar a los corderos, alimentarlos con biberón…». Como compensación, esto supone una mayor rentabilidad para las explotaciones ya que se requiere un menor número de madres para el mismo número de crías.

Además, los corderos de raza Salz, explica Miguel Moreno, «ofrecen, según estudios realizados, una carne más tierna, de mayor elasticidad, y un mayor rendimiento por canal». Por ello, sus impulsores ponen sus miras, a medio plazo, en la obtención de algún tipo de certificación de calidad de esta variedad como pudiera ser la de Indicación Geográfica Protegido o la Denominación de Origen.

Además de en la difusión de esta variedad, investigadores y ganaderos trabajan en otras líneas. Entre ellas, la de la mejora genética a través de cruces con otras razas, para lo cual los ganaderos se están reservando los mejores ejemplares.

Actualmente se están realizando cruces con variedades como la inra 401, que aporta ganancia a la prolificidad de esta especie. Asimismo, se está trabajando en la elaboración del árbol genealógico de esta raza.

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