Diez humedales que no puedes perderte en Aragón

Aragón cuenta con numerosos ibones, galachos, estancas, balsas… espacios acuáticos que merece la pena valorar y conocer. Cuatro de ellos están incluidos en la Lista Ramsar de humedales de importancia mundial.

La imagen muestra una de las zonas más húmedas de los tremedales.
La imagen muestra una de las zonas más húmedas de los tremedales.
LUIS ANTONIO GIL PELLIN

El 2 de febrero es el Día de Mundial de los Humedales, desde que en 1971 se firmase en esa fecha el Convenio Ramsar, acuerdo internacional para preservar estos espacios naturales, muy frágiles pero que son fundamentales para el equilibrio ecológico. Los humedales son fuente de biodiversidad, proporcionan agua y elementos para innumerables especies vegetales y animales que dependen de ellos para subsistir. Dan sustento a amplias poblaciones de aves, mamíferos, reptiles, anfibios, peces e invertebrados y constituyen a su vez valiosos depósitos de material genético vegetal.

Aragón cuenta con cuatro humedales incluidos en la Lista Internacional Ramsar por su importancia internacional: Gallocanta, Chiprana, Saladas de Sástago-Bujaraloz y las turberas de Orihuela del Tremedal. Además, la Comunidad cuenta con numerosos ibones, galachos, estancas, balsas… espacios acuáticos que merece la pena valorar y conocer.

Ofrecemos una lista de 10 humedales de Aragón, con características muy diversas, que no te puedes perder.

- Laguna de Gallocanta (Campo de Daroca y Comarca del Jiloca): con sus 7,5 km por 2,5 km de anchura, es el mayor humedal salino de toda la península y el mejor conservado de Europa. Parada obligatoria para millares de aves migratorias, en especial las grullas (aunque en ella se han visto hasta 220 especies ornitológicas distintas), que cruzan los Pirineos en otoño y primavera, razón fundamental de su inclusión en la Lista Ramsar. Precisamente hoy Gallocanta celebra también su Fiesta de Despedida de las Grullas y el Centro de Interpretación de la Laguna (978 734 031; carretera de Bello a Tornos) ofrece visitas guiadas gratuitas a las 11.00 y 15.30. Está declarada Reserva Natural.

- Ibones del valle de Chistau (Sobrarbe): Los ibones son lagos de origen glaciar, de aguas cristalinas y azuladas, que se encuentran en el Pirineo aragonés, entre los 1.700 y 3.000 metros de altitud. Los lagos de Millars, Leners o la Basa de la Mora son estupendos ecosistemas acuáticos de alta montaña donde vive el tritón pirenaico. Instalado en un idílico circo, a la Basa de la Mora, o ibón de Plan, se puede llegar fácilmente tomando la pista que desde Saravillo llega al refugio de Lavasar.

Un cuchara común emprende el vuelo en la laguna de Sariñena

- Laguna de Sariñena (Los Monegros): situada en un entorno estepario, la laguna de Sariñena es un paraíso para las aves, tanto para especies migratorias como residentes: aguilucho lagunero, ánsar común, ánades reales, avefrías, cercetas, cormoranes y garcillas bueyeras habitan la laguna, mientras que acuden a beber tambien aves esteparias propias de los áridos terrenos circundantes: sisones, avutardas o cernícalos primilla. En la entrada a Sariñena se sitúa el centro de interpretación de la Laguna, que ha prepadado actividades para observar a la gran variedad de aves que eligen este humedal para pasar el invierno, de 10.00 a 14.00 y de 15.00 a 19.00, durante este fin de semana.

- Galachos de la Alfranca (Zaragoza): los galachos son meandros abandonados del río, que han mantenido, en ese caudal retenido, un ecosistema propio. Los galachos de la Alfranca de Pastriz, La Cartuja y El Burgo de Ebro, constituyen uno de los ecosistemas ribereños mejor conservados de Aragón. Están poblados de sotos de ribera, carrizos, juncos… que sirven de protección a aves como el martín pescador, pato cuchara, ánade real o cormorán. Situado a 15 km de Zaragoza, se puede llegar por el Camino Natural de La Alfranca, y desde su centro de interpretación se ofrecen visitas guiadas para la observación de aves. El horario de estas visitan es a las 10.45, 13.00, 15.45 y 17.00.

Rueda de Jalón y los Ojos de Pontil: un amor sólido

- Ojos del Pontil (Rueda de Jalón, Valdejalón): en este humedal realmente singular el agua mana a una temperatura constante de 22 grados. Los días fríos de invierno, el contraste entre el aire frío y el agua cálida genera una niebla que se eleva permanentemente desde los Ojos dando al paraje un atractivo muy especial. En época de migración es posible ver en ella, o en su orla de vegetación palustre, un buen número de aves.

- Saladas de Chiprana (Comarca de Bajo Aragón-Caspe): incluidas en la Lista Ramsar y protegidas como reserva natural, los tapetes microbianos de su fondo y riberas reproducen cómo se formó el origen de la vida en la Tierra. Importante población de tarro blanco, chorlitejos patinegros, zampullines, cigüeñuelas, patos colorados y fochas comunes... y de plantas como el ‘Microcnemum coralloides.’ El Centro de Interpretación de la Reserva Natural de las Saladas de Chiprana ha preparado visitas con las que explicar la importancia de este humedal y con las que describir la fauna y flora que habita este paraje. Las visitas pueden hacerse de 10.00 a 14.00 y de 15.00 a 19.00, este sábado y domingo.

Candelacypris aragonica, un diminuto organismo que sólo vive en las saladas de Sástago y Bujaraloz.

- Saladas de Sástago y Bujaraloz (Monegros): hace cinco millones de años, el mar cubría Aragón. Las aguas se retiraron pero la sal se quedó, dejando sustratos salinos en la depresión del Ebro. Como un antiguo vestigio de ese mar queda este conjunto lagunar de 26 cubetas que ha llegado hasta nuestros días y alguno de los microorganismos que las habitan tienen su origen en aquellas aguas marinas, caso del ‘Candelacypris aragonica’, un diminuto organismo que sólo vive aquí. Estas lagunas son tan singulares que forman parte de la Lista Ramsar. Conviene sobre todo visitar la Salada Grande, donde se encuentran los paneles explicativos que permiten comprender mejor este ecosistema. Desde allí sale la ruta para recorrer este espacio.

- Laguna de Cañizar (Villarquemado, Comunidad de Teruel): este antiguo humedal, desecado en el siglo XVIII, se recuperó hace una decena de años como espacio natural. Desde entonces ha pasado diversas vicisitudes relativas a la mayor o menor presencia de agua, pero este año vuelve a contar con una lámina de agua que ha permitido la vuelta de la avifauna, entre la que han podido verse 3.500 grullas durante su migración, patos, avetoros y otras acuáticas.

Los tremedales de Orihuela ya figuran entre los humedales más singulares del mundo

- Los Tremedales de Orihuela (Sierra de Albarracín): también llamados ‘gotiales’, estas zonas húmedas de los Montes Universales son turberas, terrenos de un sustrato ácido permanentemente encharcados que hacen que el suelo se quede suelto y esponjoso, tanto al pisarlo parece que la tierra tiemble y se hunda, como en una especie de arenas movedizas. Situados en medio de un espeso bosque de pino silvestre, salpicado de rebollo, quejigo y jara, son también ricos en musgo.

- Galacho de Juslibol (Zaragoza): Aunque su importancia desde un punto de vista ambiental sea relativa, incluimos este pequeño humedal en la lista por ser un espléndido ejemplo de cómo una laguna originada de manera artificial puede llegar a ser un espacio completamente naturalizado. Es el último galacho creado en el Ebro (tras al inundación de 1961) y será el final con toda probabilidad, dada la regulación que tiene ya el río. Los sedimentos dejados fueron luego aprovechados como gravera para la construcción de la autopista vasco-aragonesa. Cuando se acabó esta explotación, las zonas excavadas se fueron llenando del agua que llega de los flujos subterráneos del río y poblándose, poco a poco, de vida vegetal y una fauna diversa. Desde su centro de visitantes se organizan todos los domingos visitas para conocer este espacio y la biodiversidad que lo habita.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión