La Trapa, ruta con raquetas por los montes nevados de Villanúa

Con las últimas nevadas, esta excursión circular por el valle del Aragón hara disfrutar a los amantes de las salidas con raquetas, aunque, eso sí, se trata de una ruta indicada solo para iniciados.

Las salidas con raquetas permiten disfrutar del paisaje y de la práctica deportiva.
Las salidas con raquetas permiten disfrutar del paisaje y de la práctica deportiva.
Ángel Gayubar

Los temporales de nieve de días pasados han dejado las montañas del alto valle del Aragón pletóricas de alegría blanca, exultantes, rebosantes. Cada copo de nieve tenía inscrito en su rostro una invitación para venir a por él. Sí, porque con el invierno llega la nieve, y con ella, la temporada de raquetas. Hoy elegimos una ruta por los montes de Villanúa, quizá ya para iniciados, máxime si es la primera del año, pero que muy fácilmente se puede recortar, disfrutando igualmente de una magnífica mañana blanca de monte.

Dejamos los vehículos junto a la residencia de Villanúa y porteamos unos cientos de metros las raquetas, para colocarlas bajo los pies en el mirador, pasado el puente del barranco. Desde allí, ya por la pista hasta tomar el sendero justo en la entrada a la estación de ferrocarril, marcado como PR-HU 1. Pronto vamos tomando altura, lo que nos permite ampliar nuestro campo visual sobre el fondo del valle y su cabecera.

Obligada visita al dolmen de Letranz, que posa junto a nosotros con su mejor sonrisa, al propio tiempo que el sol nos va entrando por encima de la selva de Villanúa. Se cruza en varias ocasiones el trazado de la pista vieja, y finalmente se llega a la nueva, a la altura de la continuación de este camino viejo a Collarada que venimos siguiendo, pero que no tomamos, porque a él saldremos, y es que justo aquí comenzamos la circular. De querer acortar, podríamos tomar la pista y descender apaciblemente por ella.

Pero nosotros la seguimos hacia arriba unas decenas de metros, hasta que en una curva a la derecha, la dejamos que siga a su aire, y tomamos el desvío sin perder la dirección que llevamos, para irnos metiendo en el barranco de los Azús, alternando considerables rampas con tramos más tendidos. Como en hora y cuarto salimos ya del bosque, en un punto muy próximo al refugio de la Trapa, a unas explanadas de tasca de puerto que dormita bajo una considerable capa de nieve, posiblemente de más de un metro. Llegar hasta él sólo confiere una dosis más de disfrute, ya que el sol nos acompaña en el tránsito. Finalmente lo alcanzamos, y junto a él, esa pequeña balsa que hay que adivinar, y unos cercos de piedra para reunir el ganado, y que la nieve también oculta.

La Punta Espata, convertida en ralla, y sus inseparables Bacunes, nos muestran sus caras norte. Breve parada y comenzamos el descenso por ese camino viejo que el bosque y la nieve ocultan, y que en una hora nos deja en la pista, que cruzamos para continuar por él y alcanzarla de nuevo a la altura de los prados de Moscasecho, justo donde hemos iniciado el bucle que ahora cerramos. A partir de aquí sólo queda desandar lo andado en la subida hasta el inicio de la ruta. Primero por el sendero, y luego ya, los últimos cientos de metros, relajaditos por la pista, donde damos por terminada esta magnífica circular con la que hemos estrenado la temporada de raquetas.

Mapa de la excursión por La Trapa.

DATOS ÚTILES

Duración: 5 h /5 h 30 min.

Distancia: 11,5 km.

Desnivel: +/- 880 m.

Observaciones: ruta más técnica por el sendero, por el que se disfruta de la magia del bosque. Si se quiere un recorrido más apacible, se puede hacer por la pista.

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