Alfarería artesanal con colectivos vulnerables

La cooperativa ejeana Cerámicas el Cierzo recibió el premio Arame a la RSC el año pasado.

La presidenta de Cerámicas El Cierzo, Pilar Sagaste, en su sede en Ejea de los Caballeros.
La presidenta de Cerámicas El Cierzo, Pilar Sagaste, en su sede en Ejea de los Caballeros.
A. García Cortés

La elaboración de piezas de alfarería es la piedra angular de la cooperativa de iniciativa social Cerámicas el Cierzo, pero también la excusa para organizar un amplio abanico de actividades orientadas a personas con discapacidad o a colectivos en situación de vulnerabilidad. La entidad, que no tiene ánimo de lucro, fue constituida en 2013 por tres socios con una amplia experiencia en el sector. En la actualidad, colabora con la Sociedad Cooperativa de Iniciativa Social de Ejea de los Caballeros a través de un convenio, por el cual ofrece un empleo "digno, adaptado" a pacientes de la red de Salud Mental de las Cinco Villas.

La cooperativa no es una empresa al uso, en la que la responsabilidad social corporativa (RSC) podría tener un papel más o menos relevante. En este caso, la RSC es "nuestra seña de identidad, nuestra naturaleza", analiza Pilar Sagaste, presidenta de la entidad. De la misma manera opinó la Asociación de Mujeres Empresarias Profesionales (Arame), que les distinguió con el Premio a la Responsabilidad Social: "Es un orgullo recibir un galardón que reconoce nuestra carrera, nuestra labor en artesanía, nuestro trabajo en el medio rural o con colectivos vulnerables".

La cartera de productos que comercializa es tan amplia como sus actividades sociales: albarelos, botijos, platos, jarras, reproducciones íberas o romanas, placas e, incluso, urnas funerarias de material biodegradable. También elaboran productos por encargo, desde menaje personalizado para restaurantes o dirigidos a actos concretos hasta piezas para instituciones. "Todos los procesos son artesanales", afirma Sagaste.

La organización cuenta con una tienda ‘online’, pero su mercado se limita –salvo excepciones– a Aragón. "De vez en cuando, surgen algunos pedidos fuera, como el año pasado en Segovia. Pero, por lo general, vendemos o en las Cinco Villas o en Zaragoza, donde varios establecimientos comercializan nuestros productos", explica. El ‘boom’ de lo artesano ha hecho crecer este sector en España, pero todavía se encuentra a años luz de las cifras de otros países europeos.

La entidad "ofrece un espacio que posibilita la realización de una labor estable para personas vulnerables, que encaja con sus capacidades", recalca Sagaste. Así, la alfarería sirve de hilo conductor para otras actividades, como la financiada por el Ministerio de Cultura, ‘Lírica cerámica’, que introduce el rap en el taller; o los encuentros con la Federación Gitana en Zaragoza. La presidenta no se marca ambiciosas metas; pero sí espera poder elaborar nuevos productos, así como desarrollar su línea cultural.

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