Valtorres, frasco pequeño para esencia guerrera

Los problema de conectividad móvil e internauta chocan con la determinación de un pueblo que no quiere abandonarse a su suerte y sigue contando con emprendedores que quieren seguir en él.

Jacinta Bernal y su esposo Ramón Bernal, que se hará centenario en mayo, en la cocina de su domicilio.
Jacinta Bernal y su esposo Ramón Bernal, que se hará centenario en mayo, en la cocina de su domicilio.
Laura Uranga

A Noelia Sánchez se le encienden los ojos al hablar de Valtorres. Ella llegó de Zaragoza hace doce años, y aquí ha echado raíces con su esposo Carlos, hijo del pueblo. Tienen una niña de cuatro años y un niño de dos, los últimos que han nacido en Valtorres y, si no ocurre algo inesperado, los últimos que nacerán en un tiempo fuera de su núcleo familiar. Carlos es agricultor y Noelia educadora y monitora en el colegio de Ateca, a siete kilómetros, donde se escolarizan sus pequeños. Son felices en este municipio minúsculo, el más pequeño de Zaragoza tras Maleján y uno de los más reducidos en dimensiones de todo Aragón; eso sí, la logística no es sencilla.

Noelia Sánchez es teniente de alcalde de Valtorres; forma tándem en esta legislatura con la alcaldesa Marta Fernández, profesora en la escuela de idiomas. Noelia ya fue concejal otros cuatro años; el anterior alcalde era el marido de Marta, Javier García, que actualmente ayuda por voluntad propia con tareas varias del pueblo, desde leer contadores a tareas administrativas puntuales.

Valtorres: buena esencia en frasco pequeño

El caballo de batalla de la administración local es la pésima conectividad telefónica e internauta. "Esto afecta a todo –lamenta Noelia– porque uno de los retos el municipio era potenciar una modesta oferta turística, además de atraer empresas; estamos a cuatro kilómetros de Calatayud, en un entorno diverso, pero así es complicado hasta poner una casa rural. Tenemos albergue en las antiguas escuelas, muy bonito y funcional para grupos grandes con 18 plazas en literas, que lleva Verónica Lupkian, encargada también del bar; ella es rumana, vino con su hijos u lleva tres años aquí, estamos encantados con su trabajo, y ella también se siente bien aquí".

Noelia es de Zaragoza y encontró en Valtorres lo que buscaba. "Mis suegros han sido siempre agricultores, tuvieron seis hijos y es dieron estudios a todos, pero a Carlos le encanta el pueblo y la agricultura. Yo había veraneado siempre en Biescas antes de que creciera tanto, y siempre me apeteció probar la vida en un sitio pequeño; mis tíos tenían una casa aquí, vine tras hacer mi doctorado para ver cómo era vivir en el pueblo, y encontré lo que me encontré –sonríe– aunque al principio fue cosa de fines de semana, porque él también estaba fuera; ha habido años muy duros con las cosechas, pero creo que le dimos una alegría a mis suegros porque su trabajo ha tenido continuidad. Estamos dándole vueltas a temas de transformación con Marta y Javier, algo relacionado con la fruta, que sea artesano y exquisito, pero queremos planearlo bien".

En Valtorres hay almendra y cereza en secano; de la vega destaca la pera, melocotón y manzana. También hay algo de ganado, aunque la instalación de una granja demasiado cerca del pueblo ha creado malestar por los olores que genera. El término es tan pequeño que la mitad del monte de entrada es de Terrer. Hacia Calatayud, el acceso es por un camino asfaltado. "No está en buenas condiciones, aunque es el más usado porque nos ahorramos muchos kilómetros para ir a Calatayud, que por ahí está a cuatro kilómetros de Calatayud. Fue una compensación por el paso de la autovía, pero no se le ha dado el mantenimiento adecuado", aclaran Noelia y Javier.

El anterior alcalde y actual voluntario sin límite de horas pone el dedo en una llaga de amplio espectro. "Lo tengo claro, y el ejemplo está en Canarias, zona deprimida que supo maximizar el valor de su potencial turístico y gozó de beneficios fiscales para emprendedores. Si en los pueblos pequeños no hay apoyos e infraestructuras, morirán todos. Al nuestro, si todo sigue así, le quedan quince años como mucho. Por si fuera poco, están cerrando empresas en localidades cercanas donde trabajaba gente de aquí". "Nosotros lo tenemos claro, queremos quedarnos; ojalá mis hijos piensen lo mismo cuando crezcan –apunta Noelia– y puedan formarse en temas agrarios si eligen esta vida".

De los peques al más veterano; Ramón Bernal y su esposa Jacinta Bernal viven en su querido Valtorres, y él le ha cogido el gusto a envejecer con alegría; en mayo se hará centenario, y su ánimo al recibir visita foránea es admirable. Una hija vive en Calatayud y viene a cada rato a verles; los vecinos también pasan ronda, y le van a celebrar los 100 años por todo lo alto. Su sonrisa lo vale todo.

En datos

Comarca: Comunidad de Calatayud.

Población: 47.

Distancia a Zaragoza: 96 km.

Los imprescindibles

Valtorres Extreme

Se hace en verano; el año pasado fue el 29 de julio, y consistió en diez vueltas al monte de San Juan, con meta en la plaza. Tras la carrera hubo mercadillo y comida popular. También hay adiestramiento canino desde hace unos años.

Patrimonio

La ermita de San Juan es el mayor tesoro religioso local, y objeto de romería; la iglesia antigua se cayó y desvalijaron todo el patrimonio artístico. El monte de San Juan se está señalizando actualmente, senda a senda

Paellas

El verano pasado abrió en Valtorres un restaurante estacional centrado en paellas; lo ideó una pareja de Barcelona con hijos que pasó un tiempo de alquiler. Han presentado un proyecto para repetir y perdurar.


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