"Me fui de casa con 13 años porque quería venir a Europa"

Hamid, marroquí, fue un 'mena' acogido por el Gobierno de Aragón. Llegó solo a Zaragoza con 17 años. Ahora trabaja en una empresa de construcción.

Hamid fue un 'mena' acogido por el Gobierno de Aragón. Ahora trabaja en una empresa de construcción.
Hamid fue un 'mena' acogido por el Gobierno de Aragón. Ahora trabaja en una empresa de construcción.
P. F.

"Si volviera atrás en el tiempo, vendría otra vez a España pero no en patera", asegura Hamid, marroquí de 27 años que lleva una década viviendo en Zaragoza. Trabaja en una empresa de albañilería y vive en un piso de alquiler con otros jóvenes. Él fue un 'mena' (menor extranjero no acompañado) que se subió a una patera con 16 años y llegó a Zaragoza con 17. Fue acogido por el Gobierno de Aragón y pasó por varios pisos de acogida. "Entiendo que vengan ahora más chicos extranjeros, todos queremos una vida mejor", afirma.

Hamid es bereber, de Ouarzazate, una ciudad en el sur de Marruecos. Tiene 12 hermanos, solo fue un año a la escuela. "De niño no entendía el árabe, en la escuela me pegaban y tenía que ayudar en casa. Así que me puse a trabajar en el campo con mi padre. A los 13 años me fui de casa. Había escuchado que la vida en Europa era mejor, y yo quería ir a Europa. Primero fui a Dajla (ciudad del Sáhara Occidental, en la costa atlántica), allí estuve tres años trabajando y ahorrando", cuenta Hamid.

En diciembre de 2007 se subió a una patera en Dajla rumbo a Las Palmas. Iban 19 chicos: 9 menores y 10 mayores de edad. Pagó 600 euros. "Al principio no tenía miedo, pero luego lo pasamos muy mal. Había olas de seis metros de altura. Estuvimos todo el viaje sacando agua con cubos, 60 horas de travesía. Hasta que nos vio un barco cerca de la costa y vino a rescatarnos la Cruz Roja", recuerda.

En la comisaría les hicieron una radiografía de la mano para comprobar la edad (muchos expertos critican este método porque da muchos errores). Luego lo enviaron a un centro de menores, con otros 180 chavales, donde estuvo nueve meses. Entre los años 2006 y 2008 España vivió un momento álgido de llegada de 'menas', que ahora se está volviendo a producir y aumentar. Entonces los centros de Canarias y Andalucía estaban saturados, y era habitual que sus gobiernos trasladaran a algunos chicos a otras comunidades autónomas.

Su llegada a Zaragoza

Hamid se buscó la vida él solo: "Me fui del centro de menores. Un conocido mayor de edad me compró un billete de avión de Las Palmas a Barcelona y viajé solo. Luego fui un tiempo a Lérida. Un amigo me dijo que en Zaragoza y Bilbao había centros donde ayudaban a los menores, y vine a Zaragoza, que estaba más cerca", cuenta.

Su amigo le dio un consejo, que ha seguido siempre: "respeta las normas, pórtate bien". En Zaragoza la Policía le llevó al Centro de Observación y Acogida (COA), una residencia para menores que ya cerró, en la que algunos estaban días y otros permanecían meses. Él solo estuvo una semana, y lo trasladaron a un centro de menores más pequeño, gestionado por una entidad social, situado a las afueras de Zaragoza.

"Éramos 15 chicos, de Marruecos, Senegal, Mali y Argelia. De día había dos o tres educadores con nosotros y de noche, uno. Todos íbamos a estudiar a diferentes centros en Zaragoza. La convivencia era buena", recuerda. Él hizo un curso de jardinería en el centro sociolaboral de Oliver, luego siguió con las prácticas en la empresa Consolida Oliver y después le hicieron un contrato de dos años.

Cuando cumplen los 18 años

Tras cumplir los 18 años, algunos 'menas' pasan al Programa de Emancipación Personal, como Hamid. El Gobierno de Aragón les sigue ofreciendo alojamiento, formación y ayuda en su proceso de emancipación. Hamid vivió seis meses en una residencia para jóvenes en su situación y otros seis meses en un piso compartido. En esta etapa los educadores hacen una labor de acompañamiento pero no viven permanentemente con ellos. Hamid mantiene muy buena relación con chicos y educadores que conoció durante esos años.

Tras terminar el periodo de acogida, a Hamid le tocó enfrentarse solo a la vida real, como cualquier joven de 19 o 20 años. Pasó unos meses en el paro, con trabajos esporádicos en el campo. Luego se apuntó a un curso de albañilería en el centro de educación de adultos CODEF de la Almozara, que le abrió las puertas a su trabajo actual. Lleva cuatro años en una empresa de reformas, y está "encantado". Manda dinero a su familia en Marruecos y va a verles una vez al año en vacaciones. Su hermano pequeño ha podido ir a la universidad, cuenta con orgullo.

La llegada de 'menas' a España se ha multiplicado en España en los últimos meses y ha desbordado el sistema de acogida. Según los últimos datos oficiales del Gobierno, España tiene acogidos o tutelados a más de 12.000 menas, la mayoría chicos marroquíes llegados en patera. Andalucía y Cataluña concentran el mayor número de estos chicos. Aragón ha cuatriplicado en un año el número de 'menas' acogidos: en diciembre de 2017 los servicios sociales atendía a 49 chavales y ahora a más de 220.

"Cuando veo las noticias de los chicos que llegan a España, me acuerdo de lo que viví. Escapé de la pobreza y entiendo a los que vienen ahora para mejorar su vida. Les diría que aprovechen las oportunidades y las ayudas. A mí me ayudaron mucho, estoy muy agradecido", asegura.

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