Un lugar en el mundo

Cada 27 de enero, aniversario de la liberación del campo de exterminio#de Auschwitz, la ONU celebra el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, una conmemoración que tiene su reflejo en Aragón.

La entrada al campo de concentración de Auschwitz, en Polonia.
La entrada al campo de concentración de Auschwitz, en Polonia.
Kacper Pempel / Reuters

En enero de 2010, Rolde de Estudios Aragoneses secundó una recomendación de Naciones Unidas hasta entonces no atendida en nuestra Comunidad: la conmemoración, en torno al 27 de enero, del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto y por la Prevención de Crímenes contra la Humanidad.

Desde entonces, consciente de que el trabajo por la cultura, por un Aragón más creativo, libre y justo es compatible con la preocupación por problemas más universales, nuestra asociación comparte esfuerzos con la Amical de Mauthausen, con el concurso de las Cortes, que dan sentido así a su condición de lugar de expresión de la libertad de los aragoneses. Esta tarde, de nuevo, el palacio de la Aljafería acogerá un acto emotivo y de significativa proyección hacia el presente.

Con motivo de ediciones anteriores, siempre hemos encontrado en HERALDO una magnífica tribuna para dar eco a las reflexiones que esta conmemoración nos inspiraba: el ejercicio de la memoria como herramienta de cambio, la educación como valor de futuro, la lucha contra la desigualdad (esa misma desigualdad a cuyos lomos cabalgan discursos de odio y sobre la que, precisamente en estos días, un informe de Oxfam Intermón arroja datos inquietantes) como fundamento de dignidad.

Los males acaecidos hace siete y ocho décadas en Europa han seguido y siguen manifestándose, bajo diferentes caras y en variados escenarios. Deberíamos invertir la tendencia al desdén por las lecciones que nos regala el pasado, seguir la consideración de la Historia como maestra de vida (Cicerón) y como madre de la verdad (Cervantes). De una verdad que resista a tantas mentiras que, a fuerza de repetidas, pretenden impostarla. Por ello, nuestro deber es la insistencia: dar continuidad al recuerdo de hechos que, por más que el tiempo pase, siguen siendo paradigma de barbarie, dotándoles de actualidad y sentido preventivo.

Es fundamental que, cada año, representantes de colectivos vinculados al pueblo judío, a la cultura gitana, a la diversidad afectiva y sexual, a la discapacidad… nos recuerden que persisten prejuicios e incomprensión en torno a ellos. Es importante que los descendientes de quienes sufrieron deportación y exterminio mantengan vivo el testimonio de sus mayores (como hará hoy Judith, nieta del superviviente José Egea, que nos acompañó en aquella primera conmemoración de 2010). Es vital oír la voz de los jóvenes que, como los estudiantes del IES Pedro Cerrada de Utebo, expondrán esta tarde sus reflexiones.

Todos los años, este Día Internacional aparece acompañado por mensajes que redimensionan su contenido. El ‘Holocaust Memorial Day Trust’ ha asignado a la edición de 2019 el lema ‘Torn from home’ (‘Expulsados de casa’). Ello nos traslada las deportaciones sufridas por millones de personas en las décadas centrales del siglo XX como episodios de ignominia, con el agravante de que muchos de quienes sobrevivieron nunca podrían volver a sus lugares de origen (como los republicanos españoles, muchos de ellos aragoneses, considerados apátridas merced a las autoridades franquistas que, tras la caída de sus aliados nazi-fascistas, disfrutaron de tolerancia internacional).

Evocar el desarraigo, la pérdida de identidad a que se vieron abocados tantos seres humanos, exige una radical toma de postura ante arbitrariedades y muestras de egoísmo global de las que somos testigos hoy día, y que socavan el derecho a contar con un suelo propio, sea en la escala que sea (desde la vivienda hasta el país de nacimiento o de acogida). Es urgente renovar el compromiso en la defensa de ese y de tantos otros derechos inalienables, dando sentido al lema ‘Holocaust Remembrance: Demand and Defend Your Human Rights’, asignado por Naciones Unidas a este Día Internacional.

Libertad («vivamos donde queramos vivir»), igualdad de oportunidades y justicia social son tres caras de un mismo reto. Todos merecemos un lugar en un mundo menos desequilibrado.

Carlos Serrano Lacarra es historiador y miembro de Rolde de Estudios Aragoneses