El consejero Soro llega a Fitur andando kilómetro y medio por la protesta de los taxistas

El autobús que transportaba a la delegación aragonesa se quedó bloqueado antes de llegar a la feria y hubo que echar pie a tierra.

El consejero Soro, con la directora general de Turismo, Marisa Romero, este miércoles en Fitur.
El consejero Soro, con la directora general de Turismo, Marisa Romero, este miércoles en Fitur.
Iñaki Etxarri

Probablemente, el ‘stand’ más visitado en la jornada inaugural de Fitur 2019 fue el que ‘montaron’ a las puertas del recinto ferial de Ifema cientos de taxistas con sus vehículos, protestando contra las VTC, y los decenas de antidisturbios de la policía nacional que protegían la feria que han inaugurado esta mañana los reyes Felipe VI y Letizia. La protesta de los taxistas formó un monumental caos de tráfico en Madrid, sobre todo en las inmediaciones de Ifema. Decían ayer los taxistas en tono amenazante que a Fitur “no iba a entrar ni Dios” y su amenaza no surtió efecto porque, mal que bien, todo el mundo estuvo presente en la jornada inaugural de la Feria Internacional de Turismo, pero a algunos les costó llegar más que a otros, como al consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Ejecutivo autonómico, José Luis Soro, que junto a buena parte de la delegación aragonesa que acudía a la feria vieron como su autobús quedaba parado a las 9.30 de la mañana, “a kilómetro y medio de Ifema”, y sin posibilidad de avanzar por el tapón formado por los taxis que llevan concentrados desde el lunes frente a las puertas del recinto ferial.

Tras una espera considerable por si se abría el tráfico, al consejero y a parte de la delegación aragonesa no les quedó más remedio -tampoco había una boca de metro cercana- que echar pie a tierra y caminar kilómetro y medio hasta las puertas de IFEMA, entre taxistas protestando, antidisturbios prestos a cargar, alguna que otra barricada incendiada y cientos de asistentes a Fitur que, al final, maleta en ristre, tuvieron que tomar la misma determinación que Soro. Éste, que debido al incidente llegó con considerable retraso a la Feria, quitaba importancia al incidente cuando al filo del mediodía atendía a los medios de comunicación en el stand de Aragón. “Bueno, una anécdota”, decía, “lo importante es que ya estamos aquí, aunque con algo de retraso”.

Mientras Soro caminaba en la fría mañana madrileña rumbo a Fitur sorteando la kilométrica barricada de los taxistas, en el stand de Aragón la directora general de Turismo, Marisa Romero, hacía de ‘cicerone’ en las primeras actividades programadas como el convenio firmado entre el Gobierno de Aragón y la Fundación Once para dotar de mayor accesibilidad al Camino de Santiago.

A la vez, Óscar Marco, maestro cortador jamonero, sacaba sus ‘armas de guerra’ y cortaba con maestría, loncha a loncha, una de las piezas de la D.O. Jamón de Teruel con la que se obsequia a los visitantes que se acercan al stand de la DGA en Fitur. Los folletos ya estaban encima de los mostradores en los que se ‘vende’ las excelencias de la región y los primeros visitantes disfrutaban de la visita interactiva al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en un stand en el que destacaban las dos impresionantes Harley Davidson que presiden el espacio Slow Driving.

Mientras, fuera, los taxistas seguían gritando sus consignas y dentro, todo seguía su curso en el habitual caos –una presentación aquí, una reunión allí, que si un vinito, que si un mojito…- en que suele convertirse el primer día de Fitur. Eso sí, las conversaciones siempre se iniciaban igual: “me ha costado tres horas llegar y al final andando con la maleta… Pues yo he venido en el metro e íbamos como sardinas en lata…”  Normal: No había taxi… Ni Uber, ni Cabify. Pero al final “todo Dios” llegó a Fitur… Aunque sea tarde.

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