El asesino condujo 180 km tras cometer el crimen y luego se quitó la vida en Teruel

Javier Salvador se desplazó hasta la capital turolense como ya hiciera en 2003 tras matar a su mujer en La Puebla de Híjar.

El cadáver fue hallado a las 4.20 en el piso de la calle Pradilla de Zaragoza donde vivía el homicida.
El cadáver fue hallado a las 4.20 en el piso de la calle Pradilla de Zaragoza donde vivía el homicida.
Oliver Duch

José Javier Salvador, el presunto asesino de la abogada zaragozana Rebeca Santamalia, se dirigió a Teruel tras cometer el brutal crimen y, a las 00.20 de este jueves, se suicidó tirándose del viaducto. Hace 15 años también se presentó en la ciudad para confesar el asesinato a tiros de su esposa, Patricia Maurel, en La Puebla de Híjar. Condenado por este crimen en 2005 a 18 años de cárcel, estuvo en la prisión turolense hasta que fue trasladado a Zuera en 2013 con el tercer grado otorgado por el juzgado de vigilancia penitenciaria.

A primera hora de la madrugada de este jueves, una patrulla de la Policía Nacional vio a Salvador andar solo por el nuevo viaducto de Teruel, pero en un abrir y cerrar de ojos desapareció del campo de visión de los agentes. Cuando los policías se acercaron para ver qué le había ocurrido, comprobaron que había fallecido al arrojarse desde el puente que une el Centro Histórico con el Ensanche.

El asesinato de Rebeca Santamalia y el suicidio posterior de su presunto asesino, José Javier Salvador, conmocionaron a los vecinos de La Puebla de Híjar como ya ocurriera con el de Patricia Maurel. El alcalde, Pedro Bello, reconoció que, a pesar del tiempo transcurrido, la tragedia vivida en 2003 sigue estando "a flor de piel"en el pueblo.

Bello explicó que, aunque desde diciembre de 2016 Salvador estaba en libertad condicional, no había vuelto a aparecer por la localidad ni tampoco por la vecina Híjar, donde viven los tres hijos que tuvo con Maurel. Los vecinos de La Puebla guardaron a las 13.00 de este viernes un minuto de silencio ante el Ayuntamiento en repulsa por el segundo asesinato cometido por su exvecino y contra la violencia machista en general.

El apuñalamiento mortal de Santamalia afloró el recuerdo de los trágicos hechos ocurridos en la tarde del 22 de mayo de 2003, cuando José Javier Salvador, tras convencer a su mujer –en aquellas fechas candidata a la alcaldía de La Puebla por el PP– para que le acompañara en su coche a un paraje alejado del casco urbano, sacó súbitamente la carabina que portaba en el vehículo y efectuó nueve disparos contra ella, ocho de ellos mortales, según recogió la sentencia condenatoria de la Audiencia Provincial de Teruel.

El arma acababa de ser adquirida por Maurel como regalo para uno de sus hijos de 8 años –la pareja tenía otros dos niños, de 7 y 4 años–. Mientras vaciaba el cargador, el arma se encasquilló. Retiro el proyectil atascado y siguió disparando hasta agotar la munición. Varios de los impactos se efectuaron con el cañón casi en contacto con la frente de su esposa, como señaló el fallo condenatorio.

A continuación, pidió a un amigo que le trasladará en coche a Teruel, donde confesó su crimen y fue detenido. Pedro Bello comentó que el periplo que siguió Salvador ayer desde el lugar del crimen, en Zaragoza, hasta la capital turolense, le recordó el que hizo tras cometer el asesinato de Patricia Maurel.

El homicidio le puso en contacto con la que, 15 años después, sería su segunda víctima, su abogada defensora, Rebeca Santamalia, casada y con un hijo.

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