Nuevo récord de contratos a personas con discapacidad en 2018, casi 3.000 firmados en Aragón

Esta cifra supone un aumento del 93% en los últimos diez años, aunque la mayoría de contratos han tenido lugar en Centros Especiales de Empleo.

Huesca es la provincia aragonesa que más creció en la concesión de contratos con estas características con un 32,7%
Nuevo récord de contratos a personas con discapacidad en 2018, casi 3.000 firmados en Aragón
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El año 2018 ha concluido con una cifra récord en contratación de personas con discapacidad, continuando con una tendencia alcista, iniciada en 2012, que ya parece imparable. Así, a 31 de diciembre de 2018 las personas con discapacidad habían firmado en Aragón 2.944 contratos, un 1% más que el año anterior y un 93% más que hace una década. Sin embargo, siete de cada diez han tenido lugar en el ámbito del empleo protegido, a pesar de que la ley establece que sean un trampolín para acceder a la empresa privada.

La Fundación Adecco ha recogido estos datos del Ministerio de Empleo, y su director general, Francisco Mesonero, ha celebrado las cifras obtenidas ya que, según ha declarado, reflejan "la cada vez mayor participación de las personas con discapacidad en la esfera laboral y que rompe estigmas tan arraigados como la inactividad y la dependencia”.

No obstante, si se analizan los datos con más detenimiento, se puede observar que el incremento ha tenido lugar, fundamentalmente, en el ámbito del empleo protegido, es decir, en Centros Especiales de Empleo (CEE). Estos centros están diseñados específicamente para personas con discapacidad que, en ese momento, no pueden ejercer una actividad profesional en el mercado ordinario y que deben constituir el 70% de la plantilla de trabajadores.

A día de hoy, la legislación establece que los CEE han de significar, siempre que sea posible, un trampolín hacia la empresa ordinaria, sin embargo, no es lo que sucede en la mayoría de los casos. En los últimos diez años, el porcentaje de contratos en el ámbito protegido en Aragón ha pasado del 49% al 70%, mientras que en la empresa ordinaria la proporción ha descendido del 70% al 30%.

Es por esto que, según Mesonero: “El reto es establecer, en los CEE, indicadores cuantificables de tránsito hacia el empleo ordinario. De lo contrario, se corre el riesgo de que, en lugar de constituir una excepcionalidad temporal, se perpetúen como una opción permanente que choque con el cumplimiento legal".

Adecco destaca el peligro de que los CEE se conviertan en una medida "finalista" para las personas con discapacidad: "De este modo, se eclipsan los entornos ordinarios como máximos exponentes de inclusión sociolaboral y, aunque se incrementa la participación de estos profesionales en el empleo, no se avanza en la normalización de la discapacidad en nuestra sociedad. Es en la empresa ordinaria donde el concepto inclusión alcanza su plena coherencia, pues la discapacidad pasa a un segundo plano y prevalecen el talento y las competencias profesionales".

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