Blecua y Torres, del pozo-fuente a las piedras fecundantes y los cortejos

Los dos pueblos que conforman el municipio atesoran una riqueza histórica notable; dos ermitas de Santa Ana y la pétrea magia de esas formaciones tan místicas comparten espacio en el término.

Jesús Fernando, en el interior del aljibe contiguo a la ermita de Santa Ana, en Blecua.
Jesús Fernando, en el interior del aljibe contiguo a la ermita de Santa Ana, en Blecua.
Laura Uranga

La secretaria interventora del municipio de Blecua y Torres, Lourdes Escabosa, comenta con el alcalde José María Zamora –casi treinta años en el consistorio– que nadie como ‘El molinero’ para hablar en profundidad del pueblo; se refiere a Jesús Ferrando, cuyo padre ejerció en la molienda en Siétamo y del que le viene el apodo, extendido ahora a su hijo. José María, pintor de profesión durante toda su vida activa, es de Torres de Montes; Jesús, que trabajó en la parcela de Urbanismo en la administración provincial, nació en Siétamo pero sus padres son de Blecua y él lleva desde pequeño en el pueblo. José María arroja luz sobre la actualidad local. "Antes había mucha gente trabajando los campos; ahora llevan las tierras y el ganado entre cuatro familias, pasa en los dos pueblos. Queda ganado porcino y vacuno, pero oficios tradicionales ya no hay. En invierno dormimos poco más de 60 entre los dos pueblos, un poco más en mi pueblo que en Blecua. La gente se ha ido marchando; es verdad que han venido algunos jóvenes a Torres, que van trabajando donde pueden; en el pueblo no hay muchas opciones".

Jesús Ferrando es el orgulloso titular de la saga de los ‘molineros’ de Blecua. "No me importa, ojo, es como llaman a la familia. Este es mi pueblo; gracias a los años que trabajé en Urbanismo, conozco bien la provincia, y soy pesimista; la anunciada muerte de los pueblos es real, no hay solución; y mira que me gusta mi pueblo, pero no veo esperanza. ¿Gente que pueda venir y trabajar gracias a la banda ancha? Sí, muy bien, pero no hay sitio para muchos. Además, ¿qué hacen aquí por la tarde? La calma no basta para el que no está acostumbrado".

Blecua y Torres: piedras fecundantes y un pozo de los deseos

Blecua tiene un museo etnográfico particular centrado en herramientas antiguas, y una ermita-castillo que lleva años en recuperación, y que preside la vista de todo el pueblo; estuvo activo hasta el siglo XV. En el inicio de la recuperación de este edificio se instaló una escalera metálica lateral –no sin polémica– y ahora se arregla el interior, además de haberse habilitado un mirador en la zona superior, contigua al aljibe del siglo XI; ­la ermita es posterior, se erigió sobre el siglo XIII. Curiosamente, Torres también tiene su ermita de Santa Ana. Iglesia de Blecua está consagrada a la Asunción; la de Torres de Montes es de los Santos Reyes y la Epifanía del Señor.

Pozo-fuente y cuevas

Como ocurre en otras localidades de la Hoya y el Somontano, Blecua presume de su pozo-fuente, antiguo suministro del pueblo hasta que llegó el agua de Vadiello. También destacan tres parideras con casetas de planta cuadrada y cubierta piramidal, así como el paraje de Zalacaín y una curiosa sucesión de lagares rústicos. Sin embargo, una de las grandes particularidades del municipio son las cuevas fecundantes que tanto estudió el malogrado investigador oscense Manuel Benito Moliner; hay una en Blecua y tres en Torres, con el agujero de Mazú –de Torres– como representante local más genuino. "En esa se cabe perfectamente dentro –apunta José María– y es muy curioso ver su interior picado en piedra y la especie de banquito interno". "Se dice –apunta Jesús– que el tema de las piedras fecundantes es pura leyenda, también hay quien sostiene que son enterramientos, pero es innegable el misticismo del tema. Manuel Benito Moliner arrojó teorías muy interesantes sobre ellas. En algunas hay que entrar a gatas, suelen ser oscuras y se sale de ellas en una especie de simulación del nacimiento; no en vano recuerdan al aparato reproductor femenino".

Tradiciones festivas

Como muchos pueblos de la zona, en Blecua y Torres se va a la Virgen del Pueyo en romería. "Se iba el 8 de mayo –explica Jesús– y al día siguiente era la fiesta de San Gregorio aquí, la más importante que tenemos; se subía a la ermita del santo y venía la orquesta Estrellas Negras, que tenía mucha categoría; el 15 de agosto llegaban las fiestas mayores, que hace 60 años pagaban los mozos de gasto, los solteros; cada uno ponía 500 pesetas y muchos trabajaban extra varios meses para conseguirlas por no caer en deshonra, entonces era un dineral". "En Torres –apunta José María– se celebra San Rafael el 24 de octubre, con procesión y entrega de caridades en forma de torta. También se celebra Santa Bárbara el 4 de diciembre, y hay romería a Liesa: antes era a la ermita, ahora se va a la iglesia del pueblo".

Jesús recuerda también que en Santa Águeda, las chicas invitaban a merienda y baile en el salón, sin vigilantes. Jesús detalla la secuencia del cortejo mutuo. "En carnaval, que siempre caía un poco más tarde, eran los chicos los que tomaban la iniciativa. Si había parejas que repetían un par de piezas de baile y luego volvían a compartir en la fiesta de mayo, ya era casi oficial la cosa entre ellos. Mientras tanto, el resto del año se iba a buscar ‘agua con el botijo’ al pozo-fuente: era la manera de volver a verse sin que los padres pusiera obstáculos. En fin, eran otros tiempos, ¿verdad?".

En datos

Comarca: Hoya de Huesca.

Población: 182.

Distancia a Huesca, su capital de provincia: 22 km.

Los imprescindibles

El Viejo Remolón

Se celebra en Torres antes de cuaresma; fabrican un muñeco de paja que representa al invierno, y van pidiendo comida por el pueblo con esta copla: ‘O Viejo Remolón no quiere comer pan, sólo chulleta y güevo y chocolate si l’en dan’.

Agujero Mazú

A esta cueva fecundante Se llega desde Torres de Montes por la carretera hacia Pueyo de Fañanás; está próxima a la ermita de Santa Ana. Se accede por una embocadura amplia a la cámara principal, de tres metros de diámetro.

Agustín Arnalda

Aunque su linaje tiene especial calado en el Pueyo de Fañanás, este profesor de Humanidades en la Seo de Zaragoza a principios del XVII nació en Blecua. Su ascendencia es italiana; concretamente, de la región de Liguria.


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