El Gobierno ultima el grueso de las obras de Yesa y Mularroya tras años de retrasos

El Ministerio para la Transición Ecológica ultima el grueso de las obras del recrecimiento de Yesa y de Mularroya tras años de retrasos y sobrecostes. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) asegura que el cuerpo de la presa de Mularroya estará "completamente terminado" en julio y que en agosto se habrá implantado el plan de emergencia "en su totalidad".

En cuanto al recrecimiento de Yesa, que ya ha costado 253 millones –un 110% más de lo presupuestado, según el Tribunal de Cuentas–, la Confederación da prácticamente por acabado el cuerpo. Solo quedarían cuatro metros para alcanzar los 108 sobre los cimientos. Este último tramo, condicionado por la pantalla de impermeabilización que se comenzará a construir en primavera, no ha registrado avances en el último medio año. En estos momentos se están realizado las inyecciones correspondientes, proceso que, de acuerdo con las previsiones de la CHE, podría abarcar todo el año.

En este caso, el porcentaje de ejecución alcanza el 68,4%, cuatro puntos más que hace seis meses. En paralelo, se está trabajando en el muro defensivo de Sigüés, una de las obras incluidas, junto al dique de cola, en el tercer modificado de la obra. Una vez acabada, la presa abarcará más de 3.500 hectáreas repartidas entre los términos municipales de Yesa, Sigüés, Artieda, Mianos o Undués de Lerda, entre otros.

El embalse de Mularroya, presupuestado en más de 154 millones de euros, está al 62,5%, pero, como Yesa, no estará listo hasta finales de 2021. Desde la Confederación Hidrográfica aseguran que, en ambos casos, las obras continuarán con normalidad y no se verán afectadas por la situación presupuestaria actual, ya que, al estar ya en marcha, estos trabajos se incluyen en la programación de las inversiones plurianuales comprometidas por el Estado.

El cuerpo de la presa de Mularroya alcanza actualmente los 82,06 metros de altitud de un total de 82,56. Se ha llegado, explican desde la CHE, "hasta la cota de finalización de los parámetros de escollera" y ahora queda el extendido de material para la coronación de la presa, así como la colocación de adoquines, farolas, barandillas, jardineras, arquetas, canalizaciones o drenajes. Entre los hitos ya concluidos destacan la variante de la N-IIa, ejecutada a falta de la capa de rodadura. Sí se ha colocado la señalización vertical y parte de la horizontal.

El Ejecutivo central también da "totalmente por terminado" el viaducto y la variante de la A-2302. Señala, a este respecto, que también se está trabajando en las medidas compensatorias que se incluían en la nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA), entre las que se incluye la adecuación de líneas eléctricas para la defensa de las aves.

Yesa y Mularroya siguen siendo objeto de polémica. Al riesgo de posibles seísmos del que alertaron hasta siete profesores de la Universidad de Zaragoza en el caso de Mularroya se une el rechazo que continúa generando el recrecimiento de Yesa, cuya seguridad volvió a ser cuestionada en el Congreso de los Diputados hace apenas cuatro meses. Entonces, fue la propia ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien defendió que el proyecto era "suficientemente estable y seguro". No obstante, colectivos como Coagret aseguran que "no está informando convenientemente a los afectados" e insisten en paralizar "ya" las obras.

Almudévar, al 5,25%

En cuanto al embalse de Almudévar (Huesca), la previsión es terminar antes del 30 de noviembre de 2021. A 30 de diciembre de 2018, once meses después de que empezasen los primeros movimientos, se había ejecutado el 5,25% de la obra (5,3 de 102,2 millones de euros). Una vez que se llegue al 100%, el embalse será capaz de almacenar 169,71 hectómetros cúbicos. Según explican de la CHE, los trabajos desarrollados el pasado año superaron ligeramente la anualidad comprometida. "Actualmente se continúa con el desagüe de fondo, los terraplenes de ensayo y la construcción de la torre de toma", señalan desde la Confederación. Otro proyecto, el de Lechago (Teruel), está ya "en una fase de puesta en carga muy avanzada". En 2018 permitió reducir los efectos de dos avenidas extraordinarias en su cuenca.