El calendario de vacunación de adultos empezará la próxima semana con 8 recomendaciones

Salud Pública suministra los fármacos a los centros de salud para que comiencen a inmunizar a partir del día 22.

Una enfermera pone una inyección a un paciente.
La vacunación es la mejor manera de prevenir determinadas enfermedades.
Mariano Castejón

"Hay que acabar con la idea de que la vacunación es un acto ligado a la población infantil". El jefe de servicio de Prevención y Promoción de la Salud, Luis Gascón, destaca así la importancia del calendario de vacunación de adultos, que entra en vigor la semana que viene y contempla de momento ocho recomendaciones.

Los centros de salud podrán comenzar a administrar las dosis a partir del día 22, por lo que Salud Pública ya ha comenzado a suministrar los fármacos y a facilitar información a los profesionales de los diferentes sectores sanitarios. Aragón ha sido una de las primeras comunidades en empezar a aplicar este calendario, que fue impulsado por el Ministerio de Sanidad y consensuado entre todas las comunidades.

El objetivo, según explica Gascón, es implantar la "cultura de vacunación en los adultos" y conseguir coberturas tan elevadas como las que se han logrado en la población infantil (más del 90% están inmunizados).

La compra y suministro de las dosis destinadas a la población adulta supondrá un gasto extra de 500.000 euros en un presupuesto global de vacunas que asciende a 8,2 millones.

Pero, ¿qué tipo de vacunas se incluyen en este calendario? Son ocho tipos diferentes. Cinco de ellas se aconsejan para la población general: tétanos-difteria, triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis), varicela, antineumocócica y gripe. Mientras, la de hepatitis B, meningococo C y el Virus del Papiloma Humano (VPH) se han pautado para un determinado cohorte de la población, determinado por su edad.

El calendario de vacunación de adultos pivotará sobre los profesionales sanitarios de los centros de salud. Serán los médicos de Familia y las enfermeras los que analicen la historia clínica del paciente y valoren la necesidad de que se inmunice. No obstante, según subraya Gascón, la Dirección General de Salud Pública también valora el uso de otras estrategias para conseguir inmunizar a la mayor población posible. Por ejemplo, entre las iniciativas que se plantean, está la de enviar una carta a los aragoneses que cumplan 65 años para aconsejarles la vacunación contra el neumococo. El objetivo es que el 60% de los mayores de 65 años reciban esta vacuna, un porcentaje similar al que se alcanza con la de la gripe cada año.

Petición de los expertos

El Ministerio de Sanidad, con el beneplácito de las comunidades autónomas, ha aprobado el calendario de vacunación de adultos tras las numerosas peticiones de los profesionales sanitarios. Hasta dieciocho sociedades científicas solicitaron en el año 2017, por ejemplo, la vacunación contra el neumococo de la población mayor de 65 años por los riesgos que esta enfermedad entraña para ellos. Los mayores tienen una mayor predisposición a sufrir la enfermedad, ya que es normal que coincidan varios factores de riesgo y la respuesta inmune disminuye con el paso de los años.

Sanidad también ha atendido las peticiones de los expertos en el caso de la vacuna contra el sarampión, rubéola y parotiditis. Recomienda la triple vírica a aquellos nacidos a partir de 1970 y que no hayan pasado la enfermedad. Considera que la vacunación es la manera más efectiva para controlar y reducir la incidencia de estas enfermedades.

Precisamente, en las últimas semanas, la rubéola ha resurgido en España tras un brote de 16 afectados en un matadero de la localidad zaragozana de Zuera. Como medida preventiva, la Dirección General de Salud Pública ha aconsejado la vacunación a los trabajadores no inmunes para evitar más contagios, aunque no descarta que puedan registrarse más casos entre los empleados de este mismo centro de trabajo o los familiares más cercanos. Esta es una enfermedad muy contagiosa.

Desde 2012, Aragón no había registrado ningún caso de rubéola. Ese año, enfermaron 28 personas en Alcañiz y Zaragoza, sobre todo, población de origen rumano. El año pasado, a nivel nacional, se contabilizaron 15 (incluidos los primeros 12 aragoneses).

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