Director de HERALDO DE ARAGÓN

Batallas internas

Barba y Santisteve, en un plenario de ZEC.
Barba y Santisteve, en un plenario de ZEC.
Guillermo Mestre

La evidencia de todo crecimiento se resume en que uno mismo termina por parecerse a sus mayores. Los guiños rechazados y los modos repudiados que impulsaron el destete se suelen recuperar con la ayuda del paso del tiempo. Se tenga forma humana o naturaleza política, los años activan idénticos vicios y descubren los mismos errores. ZEC y Podemos han alcanzado con demasiada prontitud una mayoría de edad política que les ha sumergido, al igual que a todos, en sus cuitas y luchas internas de partido. El anuncio de la presentación de la candidatura de la presidenta de las Cortes, Violeta Barba, a las primarias de Podemos para conformar la lista al Ayuntamiento de Zaragoza, aparte de un mensaje claro y directo para el alcalde Pedro Santisteve por parte del secretario general de Podemos en Aragón, Nacho Escartín, muestra la existencia de un tiempo nuevo en la formación morada. Barba, mejor candidata a priori que Santisteve y que ha asumido su papel en las Cortes con voluntad institucional, sabe de su tirón político y de su capacidad para reconstruir las relaciones con el PSOE municipal. Su llegada, para muchos esperada, implica la búsqueda de un nuevo acomodo ante las seguras dificultades que tendrá Podemos en el ámbito autonómico, a la vez que confirma la importancia que concede Nacho Escartín a la ciudad de Zaragoza.

El tiempo en que Podemos, Izquierda Unida y ZEC se sentían unidos ha pasado a mejor vida. Hoy, la tensión entre las tres formaciones es una evidencia palpable y los morados tienen muy claro que la elaboración de la lista al Ayuntamiento es un asunto de su incumbencia directa y sometido a un control que no deber ser el de Santisteve. Barba, dispuesta a ocupar el puesto número dos y que, a fecha de hoy, no tiene la intención de disputar con nadie la condición de cabeza de cartel, rechaza y reprocha, al igual que Escartín, la falta de rumbo político fijado por el alcalde, que no ha logrado en toda la legislatura un acuerdo estable con el resto de las fuerzas de izquierdas (PSOE y CHA). La elaboración de la lista municipal es una preocupación para Podemos y para los miembros del equipo de Gobierno. Fernando Rivarés, por ejemplo, ya ha abandonado su militancia en IU para sumarse al proyecto de Barba y poder repetir así como concejal.

La dudas sobre el posible resultado electoral de ZEC crecen cada día, al igual que el sentido que tendría el papel de Santisteve en la bancada de la oposición. Para esa nueva etapa, Podemos no confía en el actual equipo de ZEC y piensa en Barba como la persona indicada para reconstruir un grupo municipal que también debe corregir la proporción del resto de las familias políticas que se incluyeron en la última lista y la presencia de Podemos en la ciudad. No se busca la ruptura ni el enfrentamiento directo (aunque todo puede pasar), tan solo que Santisteve acepte la proporción que a él y sus ‘comunes’ les corresponden, un mensaje que también se ha trasladado a Izquierda Unida. Como no existe partido sin corriente ni familia política, hablar con el sector de Álvaro Sanz, coordinador de general de IU Aragón, no es lo mismo que hablar con Alberto Cubero, por lo que las negociaciones para lograr un espacio en las listas se presentan harto complejas. Mientras, en el seno de Podemos, tampoco Escartín tiene controlado el terreno que pisa. Erika Sanz, diputada en las Cortes regionales y que perdió primarias tanto con el propio Escartín como con Maru Díaz (candidata autonómica de Podemos), y con enganche directo con Pablo Echenique, está buscando una alternativa que permita apoyar a Santisteve y Luisa Broto.

La evidencia en la que están inmersos Podemos y sus confluencias, el caso de Madrid con Manuela Carmena así lo confirma, descubre una tensión política entre el liderazgo público logrado por quienes han ocupado cargos como el alcalde Satisteve y entre la autoridad que quiere ejercer un partido que sabe que no tiene margen para la equivocación.