¿Se pensaba que la Navidad ha acabado? Nada más lejos de la realidad. A escasos días de despedir el año, y mientras esperamos la llegada de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, todavía hay quienes apuran para poner a prueba su creatividad y disfrutar de actividades para toda la familia dentro o fuera de sus hogares. Para los más caseros, Pilar Mesones (UnaOcaLoca) propone una actividad de reciclaje navideño para dar una nueva vida a las viejas bolas de Navidad de nuestro árbol. Tan solo hay que comprar telas y cintas y ponerse manos a la obra.

“En casi cualquier casa encontramos colecciones de bolas de árbol de navidad completamente desfasadas o cuyos colores ya no se llevan. En lugar de tirarlas o comprar unas nuevas, podemos personalizarlas a nuestro antojo”, explica Mesones. Y para ello tan solo hacen falta varias telas –“si son recicladas mucho mejor”, advierte- y lazos de colores. “Además, puede ser una forma divertida de pasar la tarde en familia”, añade.

“Este año también hemos realizado corazones de tela para colgar y abetos con palos y cintas recicladas. Es una buena forma de dar salida a los retales de tela sobrantes y de paso, de año en año, cambiar el look de la casa sin gastar dinero”, añade Mesones.

También en Idealidades, marca de artesanía de la zaragozana Silvia Buil, propone una idea para dar salida a los envoltorios de los regalos de estos días, así como a todo tipo de cartones, cartulinas y folios de colores. Se trata de una divertida manualidad para llevar a cabo en cualquier hogar y crear nuestros propios portalápices de los Reyes Magos, a elegir entre Melchor, Gaspar o Baltasar.

“La base puede ser un portalápices de madera, como los que usé yo, o un rollo de papel pero que sea lo más fuerte posible. Se forra con papeles de diferentes colores, y con varias tiras de color, enroscadas en un lapicero, se consigue la barba”, explica Buil. El resto de detalles, como los ojos, las coronas y todo tipo de acabados, dependerá de los materiales y de la buena mano de cada uno.

Desde la Mercería El Siglo, Elena Marín, su propietaria, lleva varias semanas viajando con sus muñecos de Papá Noel realizados con calcetines por varios puntos de Aragón. “Durante la noche de las Tiendas Creativas hicimos 45 y otros 30 en un taller en Luesia, en la comarca de las Cinco Villas, donde se hicieron otros 30. ¡Ya no sabíamos de dónde sacar más calcetines!”, bromea. En este caso, además de proponer un elemento decorativo “muy resultón”, es una buenísima opción para deshacerse de calcetines viejos y abalorios o botones desparejados.

“También hemos hecho varios talleres de bolas de patchwork con trocitos de varias telas seleccionadas de la tienda, aunque pueden hacerse hasta con prendas vaqueras”, asegura. En este caso, se recortan pequeñas piezas cuadradas de tela de distintos colores que se pliegan en forma de triángulo y se colocan con alfileres. “Es un ornamento laborioso pero que puede hacer cualquier persona”, asegura Marín.

Creatividad al poder

Pero ¿existe un boom de este tipo de manualidades o es solo una percepción general? En opinión de Marín la diferencia está en las redes sociales. “Se hace más o menos lo mismo, pero ahora se luce y presume mucho más que antes. También es cierto que han cambiado el tipo de labores elegidas durante estas fechas que han pasado de ser manteles y objetos más complejos a calcetines de chimenea o coronas”, concluye.

Desde la empresa Suministros Herco, ubicada en Cuarte de Huerva, también quisieron llevar las manualidades navideñas hasta los niños de la zona con un taller para más de un centenar de alumnos del colegio público Foro Romano. “Lo novedoso del taller es que los elementos utilizados son reciclados”, explican fuentes de la empresa.

“Durante la mañana, los participantes realizaron sus propias coronas navideñas a base de cartón con estrellas rojas y en estampado de pergamino”, explica Chema Remartínez, miembro de la AMPA y padre de una de las participantes, Lucía, que también elaboró su propia corona decorativa. “Sin duda, lo más importante es que sea una manualidad con material reciclado porque para ellos es un aprendizaje”, asegura.