Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Una investigación aragonesa pretende acelerar los tiempos de producción de plantones de pistacho

Los viveros tienen problemas para satisfacer la demanda. En Aragón, el cultivo está creciendo exponencialmente, hace dos años tan solo había 25 hectáreas declaradas y, en la actualidad, Apistar agrupa a socios que cultivan 300 hectáreas.

Para tener éxito en el cultivo del pistacho hay que prestar mucha atención al cultivo y al asesoramiento
Para tener éxito en el cultivo del pistacho hay que prestar mucha atención al cultivo y al asesoramiento
Pixabay

El denominado oro verde gana adeptos en Aragón. Ahora, el grupo de investigadores de Biología del Desarrollo y Material Vegetal en Frutales, liderado por Juan Antonio Marín, de la Estación Experimental de Aula Dei (EEAD), un instituto de investigación zaragozano perteneciente al área de Ciencias Agrarias del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), está desarrollando un método de producción rápida de plantones de variedades comerciales de pistacho.

La falta de plantas, la creciente demanda y la dificultad de producir plantones ha llevado a que dichos investigadores hayan desarrollado diversas técnicas para que las empresas viveristas puedan satisfacer la demanda. “Se trata de identificar en una etapa temprana el fallo que puede dar el plantón y no una vez se encuentra en el campo o a punto de comercializar”, explica Marín, que alude al hecho económico: “Si se detecta el problema en las primeras fases, se reducen las pérdidas”.

Y es que por lo que se ha observado se trata de un cultivo con el que los viveros suelen tener muchos problemas de propagación, ya que no solo necesitan una técnica muy depurada y profesional, sino que además dicho plantón es muy susceptible a las condiciones meteorológicas. Por este motivo, este grupo de investigadores de EEAD está desarrollando técnicas de micropropagación que producen patrones clonables selectos, sanos y uniformes, con el objetivo de proporcionar una cantidad ilimitada de plantas a través de la multiplicación masiva, es decir, como si “se fotocopiase un clon selecto”, aclara Marín.

Además, por otra parte, se está investigando un procedimiento de injerto, que como señala el Marín, “es el punto débil de la creación de plantón”. Se trata de un cultivo in vitro que permite injertar directamente el extremo superior del tallo sobre patrones juveniles, permitiendo no solo una producción más rápida de los plantones, sino que podría detectar cualquier problema en una etapa temprana.

A pesar de que el grupo de investigadores de EEAD continúa analizando este cultivo, cuatro viveristas, ubicados en el norte de Andalucía, en Castilla-La Mancha y en Extremadura, ya están aplicando estas técnicas, con las correspondientes licencias y soporte técnico. “En Aragón, a pesar de que el cultivo está creciendo exponencialmente, ya que hace dos años tan solo había 25 hectáreas declaradas y en la actualidad, la recién constituida Asociación de Pistacheros de Aragón (Apistar)  agrupa a socios que cultivan 300 hectáreas, el pistacho no tiene tanta tradición como en el sur, donde desde hace 30 años apuestan por el cultivo”, explica Marín.

Aludiendo a esta revolución del oro verde en los campos aragoneses, el investigador que lidera este proyecto asegura que para tener éxito se necesita prestar mucha atención al cultivo y asesoramiento. “La planta es muy cara y la inversión no se va a recuperar hasta dentro de diez años, por este motivo, el asesoramiento es fundamental”, asegura. “Se trata de un cultivo que tiene una alta rentabilidad, ya que puede producir durante 40 años y tiene un precio en el mercado muy superior a sus competidores, por ello muchos aragoneses han apostado por él”.

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