Heraldo del Campo

"La gente piensa que la oveja es tonta por naturaleza y no es cierto"

Teresa Navarro es la colegiada española más joven que se ha diplomado en el Colegio Europeo de Pequeños Rumiantes.

Teresa Navarro, en el Servicio de Clínica de Rumiantes de la Facultad de Veterinaria.
Teresa Navarro, en el Servicio de Clínica de Rumiantes de la Facultad de Veterinaria.
Guillermo Mestre

Cuando era muy pequeña, Teresa Navarro aprovechaba los meses de verano para disfrutar de los paisajes del Pirineo aragonés, acompañada de su familia. Y en ese entorno privilegiado descubrió el mundo de los pequeños rumiantes, ovejas y cabras, sobre todo, que era muy difícil de ver en su Valencia natal. Una visión que dejó huella en esta joven que, a sus 27 años, se ha convertido en la colegiada más joven del Colegio Europeo de Pequeños Rumiantes, algo que ha conseguido tras pasar un duro examen en inglés.

«Mi pasión por estos animales me animó a estudiar Veterinaria en Zaragoza, en una de las mejores facultades y de las más preparadas en este sector tan concreto. El mundo ovino en Aragón sí que tiene un peso específico, pero en el resto de España no es tan importante. De hecho, al hablar de prácticas clínicas en mi carrera, todo el mundo piensa en perros, vacas, gatos o caballos y a nadie se le ocurre inclinarse inicialmente hacia el mundo de las ovejas o cabras», matiza.

Pero ella lo tenía muy claro desde el principio y, después de concluir sus estudios, comenzó a trabajar como becaria del Servicio de Clínica de Rumiantes de la Facultad de Veterinaria durante dos años. «Fue una gran experiencia, porque a mi me encantan estos animales, que son unos grandes incomprendidos porque la gente piensa que una oveja es tonta por naturaleza y eso no es cierto. La realidad es que cuentan con un instinto muy gregario y son fieles y eso hace que sigan al resto del grupo en todas las circunstancias», apunta Teresa Navarro.

Centro europeo

Tras su paso como becaria, estuvo cuatro años preparando el examen para entrar al Colegio Europeo de Pequeños Rumiantes, y lo hizo de la mano de José María González Sainz, diplomado europeo desde 2013.

«Fue una prueba muy complicada porque, al tratarse de un centro europeo, tienes que conocer muy bien los sistemas de trabajo de todos los países, no solo del tuyo, y la metodología dista mucho unos de otros, ya que se rigen por sistemas de producción tradicionales y, por tanto, muy diferentes dependiendo de la cultura de cada lugar», matiza Teresa, quien conoce de primera mano muchas de estas costumbres, ya que viajó por diferentes rincones de Europa para documentarse.

Tras superar con éxito la prueba, Teresa sigue compaginando el trabajo de campo, en una empresa privada, con su tesis doctoral, en la que aborda el tema del estrés de los corderos en los cebaderos. «El equipo de investigación de la facultad lleva varios años realizando pruebas para estudiar el sistema inmune de los corderos y poder caracterizarlo con el fin de ver qué ocurre con ellos en esta fase concreta del proceso de crecimiento de estos animales y las repercusiones que tiene en el ciclo productivo, algo a lo que, hasta el momento, apenas se ha prestado atención», matiza Teresa, quien insiste en el valor de los rumiantes, no solo desde un punto de vista productivo, sino también por su importancia como «responsables del mantenimiento del medio natural en el que viven».

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