Hace un par de años, Asaja Huesca le propuso a la Universidad de Zaragoza (UZ) el reto poner en marcha un proyecto experimental de seguimiento y control de ganadería extensiva, utilizando dispositivos que permitieran saber dónde estaba la cabaña en cada momento, de manera que fueran fáciles de localizar para el ganadero, lo que, a corto plazo, supondría un ahorro importante de tiempo y recursos para la explotación.

"Junto a este reto, otro de los objetivos de este ambicioso proyecto era demostrar que estos animales pastaban en muchas ocasiones en zonas boscosas, alejados de las zonas habituales. Y querían ratificarlo con el fin de que las ayudas de la Política Agraria Común reconocieran estas zonas de paso y se justificaran, de manera que el agricultor pudiera recibir subvenciones por ello. Además, se quería demostrar que gracias a este tipo de ganadería extensiva, se limpiaban y desbrozaban zonas de bosque que, de otra manera, sería imposible acometer", matiza Francisco Javier Zarazaga-Soria, investigador del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) dela UZ.

Tiempo después se han dado a conocer las primeras conclusiones del proyecto ‘Seguimiento y Control de la Cabaña Extensiva de Aragón’, que cuenta con el apoyo del Gobierno de Aragón a través de las subvenciones del Programa de Desarrollo Rural para Aragón 2014-2020, para 2016, y la Unión Europa a través de fondos Feder.

"Durante los meses que hemos estado analizando la situación, hemos sido capaces de desarrollar un sistema de recogida de la información y transmisión de la misma que se ha materializado en un dispositivo fiable, robusto, que puede ser portado por vacas, ovejas, cabras o cerdos. Y también hemos logrado establecer una comunicación bidireccional con el dispositivo instalado en el animal a gran distancia. En la actualidad, existe tecnología que manda los datos por satélite al ganadero, pero puede ocurrir que si te envían muchas señales se gaste pronto la batería o si te mandan pocas, no obtengas la información que necesitas en un momento concreto", indica.

Fácil de usar

Y en muchas ocasiones no se obtiene esta información porque los animales se mueven por lugares sin señal o los dispositivos que llevan se han movido y no transmiten los datos correctamente. Por el contrario, con este prototipo, es posible ver al animal a larga distancia, hasta casi seis kilómetros, algo que supone, en pleno Pirineo, casi una hora y media de andada para localizarlo sin la tecnología. "Además, está pensado para que la batería dure mucho tiempo, de manera que no haya que estar subiendo constantemente a cambiar la batería o pila", recuerda.

El prototipo también ofrece la posibilidad de disponer de un sistema de gestión en la nube que permita gestionar la información desde la granja del ganadero y, lo más importante de todo, que sea capaz de comunicar con el responsable del ganado cuando este se encuentra en el campo, de manera que acceda a los datos y localización desde el móvil.

"En estos momentos ya tenemos el prototipo, el siguiente paso es analizar los costes de producción y experimentación a gran escala, con el fin de afinar el producto para su uso comercial. Realmente no se trata de una experiencia cara, pero hace falta que algún comercializador se interese por ella. Si se consigue, se logrará el reto de ver cómo los ganaderos mejoran su calidad de vida gracias a la disminución del tiempo que emplean en el cuidado, búsqueda y localización de las cabezas que forman parte de su ganado extensivos", concluye Zarazaga.

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